El consistorio tuvo
conocimiento de la celebración de fiestas de fin de año en dos establecimientos
públicos, uno de ellos ubicado en la urbanización El Clavín y el otro en la calle de Rufino
Blanco de la capital. En este último caso, se habían vendido entradas para la celebración de esta
fiesta.
Ninguno de los dos locales, según informa el Ayuntamiento de Guadalajara, disponían de la autorización municipal oportuna para la celebración de este tipo de fiestas, por lo que la Policía Local impidió la apertura al público de los citados locales,
devolviendo el importe de las entradas vendidas.