La silla

La  situación en Catalunya está entrando en un laberinto del que es difícil predecir donde están no sólo las salidas sino también las entradas. Por ello, hay muchas personas que ya ven el túnel a la salida de la luz. El discurrir de estos primeros pasos me hace pensar en el ciudadano (pueblo) que, estando cerca de la vía del tren, recibe la visita de un político. "Oiga buen hombre: si a usted le dicen que por esa vía vienen dos trenes en dirección opuesta ¿qué haría?: avisaría a las estaciones más próximas para que impidieran su salida. El político le dice que no hay teléfonos para avisar. Pues haría señales de humo. Sí, pero usted no tiene con qué encender fuego. Pues haría señales con un pañuelo. Sí, pero usted no tiene pañuelo. Entonces pediría una silla. ¿Una silla? Sí, para sentarme y ver como chocan y se destrozan".

Esta sería una de las alternativas si los líderes (¿?) actuales que son  los conductores de los trenes, no ponen "voluntad y amplitud de miras", pues iríamos hacia un previsible desastre de difícil evaluación. El ciudadano ya ha opinado pero le han marginado al vetarle soluciones.

De todas formas, entiendo que las partes se encuentran mediatizadas para decidir el camino a seguir o como sortear las dificultades. Convergencia está condicionada no solo por la rémora interna de Unió, ya que Duran, experto en toreo de salón (salón del Palace, se entiende), le tira de  la levita para que no sueñe con idealismos de imposible ejecución. También juegan su papel entidades casi todas ellas ubicadas en la Diagonal que desde todos los ángulos, y principalmente el económico, cada día van marcando los diques de contención y los canales de navegación. En la misma embarcación va ERC, polizón de aviesas intenciones, cuyo único objetivo real es presionar de tal forma que el barco (CIU) se hunda y ellos se queden con los botes salvavidas para proseguir hacia su Ítaca soñada.

La situación del PP, no es más clarividente. Tienen dentro lo peor de cada casa: Expresidentes, que desde fundaciones financiadas por todos, convocan a un aquelarre invocando el apocalipsis si se cede un milímetro. Medios de comunicación, también supervivientes por las ayudas oficiales, que se alinean en vanguardia y retaguardia con emisoras de radio y tv afines para impedir que el capitán Rajoy pueda darle al ciudadano una solución que no sea la silla. 

Como siempre digo, es peor que un hombre público quede mal en público que, una mujer pública quede mal en privado.

Establezcan hoy un AVE de comunicación y piensen en lo mejor para todos y no en lo mejor para algunos.