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Alex De la Cruz: buscando su pasión consiguió al buen samaritano

Alex De la Cruz: buscando su pasión consiguió al buen samaritano
sábado 19 de enero de 2013, 09:59h
Escuchar la historia de Alex De la Cruz es como estar ante una película. Su vida, rodeada de vicisitudes, lo ha hecho un hombre fuerte que puede mirar de frente a pobres y ricos.
Nació en Colón, una importante ciudad de Panamá, conocida como la antigua zona del puerto. Sus padres se divorciaron siendo él un niño de corta edad, por lo que fue a vivir con su padre y sus dos hermanos a casa de su abuela, un hogar humilde del que recuerda cada momento con inmensa felicidad.

A los 10 años, su madre, quien se había mudado a los Estados Unidos y estaba casada con un norteamericano, mandó a buscar a los niños para que pasaran vacaciones con ella. Los hermanos De la Cruz nunca más regresaron a vivir en Panamá.


Padre sustituto de sus hermanos, a los 17 años

El tiempo transcurrió entre la escuela secundaria y la universidad, hasta que la situación en el hogar se torno insostenible, por lo que Alex, de 17 años, decidió salir del hogar y seguir su camino en soledad. Al tiempo le informaron que su madre había tenido que ausentarse del hogar por problemas de salud, y es así como decidió asumir el rol de padre de sus pequeños hermanos.

"Fueron años muy difíciles. Tuve que trabajar mucho para mantener a mis hermanos, limpié botes y yates, y un buen día compré alarmas contra incendio, que instalaba en las casas de la zona. Esto me dio algo de dinero para comenzar a crecer. Tuve que representar a mis hermanos y hacer que estudiaran, todo sin autorización legal. Hicimos lo que teníamos que hacer, y hoy estoy muy orgulloso de ellos. El menor es el gerente regional de Sun Glass Hut y con quien mantengo una relación cercana", dijo.

Posteriormente, su madre reapareció en Miami, recluida en un sanatorio, recuperándose, por lo que decidió trasladarse con su hermano hasta la casa de sus tíos, en Miami, con quienes inicia una sociedad.

"Se trataba de una empresa de servicios a los cruceros. Trabajé como vendedor, ganando 200 dólares semanales. Pronto mis tíos me ofrecieron una pequeña sociedad, donde puse algo de mi pequeño capital. Con tiempo y trabajo, me convertí en el dueño de 50% de las acciones. En 2004, las vendí por 150 millones de dólares", explicó.

"He tenido diferentes negocios, incluso de comercio internacional, pero hay uno que especialmente me hubiese gustado que funcionara, tanto por la inversión en dinero como por el gran aporte a la humanidad: Se trata de un dispositivo para evitar que la nicotina invada el cuerpo de los fumadores. No pude contra las grandes empresas del tabaco, pero sé que algún día será el gran negocio médico, social y comercial. Luego, vino una gran inversión inmobiliaria, que me dejó excelentes beneficios, y decidí que mi meta era ayudar a la gente más necesitada".


Un creador de sueños que trabaja con pasión

Alex De La Cruz recuerda que su padre lo llevó a los 9 años hasta la Cruz Roja de Panamá, y desde esa época trabaja como voluntario, entendiendo que es parte de la labor de buen samaritano que hoy desarrolla.

"A los 30 años ya podía retirarme, y decidí dedicarme a lo que siempre había soñado: Ayudar a las personas de pocos recursos. Es por eso que viajo a Nicaragua y pongo todo mi esfuerzo en conseguir que más de 3.500 familias tengan un techo dónde vivir".

Alex cuenta que en una visita que hizo con el cónsul general de Nicaragua, Luis Martínez, a ese país, pudo ver que las viviendas eran débiles y que la gente vivía en condiciones deplorables, por lo que decidió comprar un terreno y pedir un crédito para construir un complejo de viviendas de excelente calidad, donde la gente pudiera vivir de manera decorosa, y a precios accesibles (15 mil dólares), con un margen de ganancias entre 1.000 a 1.500 dólares por casa.

Para Alex De la Cruz su nombramiento como Cónsul Honorario de Nicaragua fue una sorpresa, pero lo que más satisfacción le da es que su proyecto es el más grande de la historia de Nicaragua, superior incluso a la construcción de la planta más moderna de tratamiento de agua. El complejo proyecta tener todos los servicios, colegio, centros comerciales y canchas deportivas que permitan que cada familia se sienta feliz de vivir en él.

Una gran familia para crecer

Cuando habla de su familia se le ilumina el rostro y se nota que su esposa y sus hijos son el tesoro más entrañable en su vida. Tan es así, que al solicitarle que nos enumere las reglas del éxito, no duda en colocar la armonía y el amor familiar en el primer lugar:

"Pensar en la familia y saber que tu esposa e hijos son lo más importante para poder estar bien y tener éxito".
"Buscar la pasión en lo que desempeñas".
"Tomar decisiones correctas en los tiempos correctos".
"Tener persistencia y consistencia. Prepárate".
"Pensar que todo es posible y que no hay barreras que el ser humano no pueda derribar".

Para finalizar, nos dice que Dios está en todos sus actos y sus metas. Hoy en día, no busca sino una básica compensación financiera, ya que, como él dice, "lo importante es estar satisfecho de hacer lo que realmente amas y te apasiona. Estoy seguro de que el dinero vendrá solo".

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