Mariano, el superviviente

Tenía todo en contra: paro galopante, comedores sociales abarrotados, caída sustancial en la intención de voto, pérdida de credibilidad, Bárcenas, Sepúlveda y demás parientes, un partido con amplios núcleos de desconcierto, crítica a la totalidad por parte de la oposición, meses por delante de enormes dificultades y pese a todo, Mariano Rajoy, no solo ha salido vivo del debate sobre el estado de la Nación, sino que, además, ha salido, en términos políticos, claramente reforzado. Y lo ha hecho tanto por méritos propios como por deméritos ajenos; es decir por un grupo socialista que no acaba de encontrar su sitio. No cabe decir que el discurso de Rubalcaba estuviera lleno de tonterías. No, no fue una retahíla de tonterías pero la política tiene una alta dosis de percepción y la percepción es un intangible que poco tiene ver ni con la verdad, ni con la justicia, ni con datos objetivos. Todo ello es necesario pero no suficiente para que quien se sube a la tribuna del Congreso salga bien parado.

Con todo en contra, el presidente del Gobierno logró algo que en política tiene un valor incalculable: a Rajoy, a día de hoy, no hay más alternativa que Rajoy que una vez más ha vuelto a realizar un extraordinario ejercicio de supervivencia, no más complicado que el que tuvo que realizar en los tiempos previos al famoso Congreso de Valencia, pero sí mucho más arriesgado. No creo que Rajoy destilara optimismo, ni que hablara de una España que no existe. Muy al contrario, realizó una muy dura descripción de la realidad asumiendo el enorme riesgo de "darle la vuelta" a base de duras medidas, de incumplimiento de su programa, de ganarse el enfado de muchos sectores de la sociedad, de caminar en solitario. El riesgo es inmenso. Se ha jugado todo a la carta de mantener su política económica. Si la apuesta le sale mal, si no cubre expectativas será su muerte política. Pero ¿y si le sale bien? Si resulta que a final de año la situación es mejor que la actual, si resulta que en 2014 comienza descender el paro e incluso se bajan los impuestos que han subido. Si esto ocurriera, además de superviviente, Rajoy sería un triunfador. No lo tiene fácil, de ahí el riesgo asumido.

Curiosamente, ha ocurrido que el líder la oposición ha ocupado tanto o más espacio que el propio presidente. En el debate del estado de la Nación el interpelado es el jefe del Ejecutivo, sin embargo, al menos en esta ocasión resultó ser también el estado del liderazgo de Alfredo Pérez Rubalcaba y a tenor del ánimo de su propio grupo, de los comentarios recogidos por los pasillos y de las crónicas escritas y orales, no cabe decir que le haya salido bien. Le ha salido tan de aquella manera que ha ayudado de manera espectacular e involuntaria a que Rajoy reafirmara su condición de superviviente. Sin duda, y aunque resulte paradójico, la mejor noticia que el PSOE, como partido, ha podido recibir de Rajoy no es solo que no va a dimitir, sino que va a agotar los cuatro años. ¿Qué ocurriría con el PSOE si a Rajoy le diera por convocar elecciones? Es seguro que los populares no repetirían sus últimos y espectaculares resultados, pero no sería nada improbable que propiciaran al PSOE un golpe que les conduciría al más absoluto de los comas políticos.

Con el debate ya concluido y a expensas de las resoluciones que se adopten la próxima semana, nada de lo que agobia y preocupa a los ciudadanos ha quedado solucionado. Las medidas dirigidas a autónomos y pymes, todas ellas necesarias y urgentes, van a ser bien acogidas por los afectados, pero a la vuelta de la esquina tenemos los asuntos que hacen espeso el ambiente, como es el caso Bárcenas, el caso Urdangarin, las escuchas de Cataluña, la ausencia de acuerdos de calado en una situación de "emergencia nacional" como dijo Rubalcaba, la desafección de los ciudadanos hacia sus políticos. Un debate no cambia la realidad, pero de este sí se saca una conclusión y es que la crisis, de momento, no se lleva por delante al Gobierno y como una ya se va haciendo mayor valora como un bien en sí mismo la estabilidad política. Resulta urgente que el PSOE encuentre su sitio porque en una democracia consolidada se tenga que llegar a la conclusión que alternativa a lo que hay, sea bueno o malo, sea precisamente lo que hay pero la realidad es la que es: la alternativa a Rajoy es el superviviente Mariano.