Perlas catalanas

Vuelvo a retomar el tema de Cataluña con la ingenua intención de que tanto aquí como en el resto del país intenten entender realidades que parecen impermeables.
Hace unos meses en este medio escribí en un artículo, titulado "Cataluña Quo Vadis" que ante la euforia catalanista por los resultados electorales se olvidaba que: "Madrid tiene en estos momentos, y creo que por mucho tiempo, la llave de casi todas las puertas: Constitución, Fondo Económico, Legislación etc..." Parece ser que las modestas opiniones no son escuchadas y por ello ahora resulta que el Sr. Mas se sorprende, critica, y arremete contra el gobierno de Rajoy por la utilización que está haciendo de los organismos del Estado con el fin de desestabilizar el proceso soberanista iniciado en Cataluña. Como dije, para jugar en las grandes ligas hay que tener "estatura" en todos los sentidos. El promover aventuras fijando horizontes de grandeza pero sin indicar que en la hoja de ruta hay todo un mundo envuelto en las espesuras puede dinamitar el dorado viaje a Ítaca. Lo que se ha hecho es una imprudencia histórica y necesita de mentes que sepan pilotar nuevos procesos.

El reciente escándalo de escuchas, cuentas familiares en paraísos fiscales, etc... que no analizaré por prudencia, ha llevado a la Generalitat a exigir participar en la investigación. ¡Qué ingenuidad! A parte que es el juez quien debe dirigirla, es evidente, que no habrá trabajo compartido. Además en este caso, ambas partes tienen intereses partidistas y existe el riesgo de que se tapen sus vergüenzas.

La otra perla quiero referirla a las declaraciones de Pere Navarro sobre la abdicación del Rey. Es cierto que el Sr. Navarro se equivocó de año, mes, semana, día u  hora, pero eso no inhabilita su propuesta expresada   con respeto y de forma razonada. Sorprende la despreciativa reacción de algún exlíder socialista despreciando estas opiniones cuando, si en los primeros años 80 hubiese utilizado la misma radicalidad con actuaciones fraternales, quizás nos hubiésemos ahorrado muchos disgustos. En democracia todo es discutible y cuanto más claro se hable mejor para que se sepa dónde se ubica cada cual. En mi opinión, el momento no es el oportuno por varias razones, pero entre ellas, y no la menor, porque el Príncipe no tiene que cargar con problemas que ni ha creado ni ha participado.
No soy ni monárquico ni republicano, sino de aquella persona que mejor sepa dedicarse y trabajar por este país. Lo demás son adjetivos.

De todas formas y como juego de entretenimiento propongo que se den  nombres de políticos, profesionales, intelectuales, sindicalistas etc... que se considere que podrían encabezar esa responsabilidad. Ya verán que hay tantos nombres como técnicos de futbol o no se nos ocurre ninguno, porque el espíritu cainita nos viene de generaciones.