Las últimas especulaciones apuntan a que el favorito para Papa es el canadiense Marc Ouellet

   Nacido en la localidad de La Motte hace 68 años, es teólogo y filósofo y ha desarrollado en Colombia gran parte de su labor como religioso. Habla seis lenguas: francés (es su lengua nativa), inglés, español, portugués, italiano y alemán.

   Ouellet fue ordenado sacerdote en 1968 y dos años después se trasladó a Colombia para enseñar teología en el seminario mayor de Bogotá. Ingresó en la Sociedad de Sacerdotes de San Sulpicio en 1972, por eso después de su nombre suele colocar las iniciales P.S.S. Tras un parón de cuatro años en los que regresó a Roma para licenciarse en Filosofía, regresa al país sudamericano como profesor y miembro del seminario mayor de Manizales.

   "En Colombia siempre se mostró cercano a los obispos y sacerdotes vinculados con los seminarios en donde trabajó, cercano a los seminaristas, a los profesores y al personal de colaboradores", ha explicado el secretario provincial de Los Padres de San Sulpicio en Colombia, Jaime Alfonso.

   Del mismo modo ha destacado que siempre se "ha mostrado solidario con los pobres, trabajó en diversas misiones populares de evangelización y supo hacerse presente con discreción en sectores marginados". "Su compromiso con las vocaciones al ministerio presbiteral fue decisivo. En general, se puede decir que fue un sacerdote apreciado y admirado desde todo punto de vista", ha apuntado.

   La preocupación de Ouellet por las vocaciones y la transmisión de la fe se hace patente en las palabras que pronunció tras su nombramiento, por el Papa Benedicto XVI, como prefecto para la Congregación para los Obispos en 2010.

   "Creo que para las familias en general, la transmisión de la fe a los propios hijos es uno de los grandes retos del mundo de hoy por la secularización, por las provocaciones que vienen de una cultura que está apartada del Cristianismo. Es necesario educar a los hijos en la fe, respetando su libertad, pero proponiendo de manera decidida la fe", declaró.

   El canadiense regresa a su país natal y a Roma para continuar su formación durante varios años antes de concluir su etapa colombiana en 1988, cuando es nombrado primer Consultor del Consejo Provincial Canadiense de Sulpicianos y profesor del seminario de Montreal. En 1990 es nombrado rector de este seminario y en 1994 rector del seminario de Edmonton.

   Según Alfonso, en Canadá la misión de Ouellet "es bien conocida". En este sentido, ha mencionado su trabajo en el ministerio con los jóvenes, las familias, los enfermos y los pobres, incluyendo la obra social inaugurada a finales del 49º Congreso Eucarístico Internacional, que tuvo lugar en Quebec.


COMPROMISO CON LAS VOCACIONES

   Alfonso también ha destacado "su decidido compromiso con los sacerdotes, las vocaciones al ministerio sacerdotal y a la vida religiosa; así como la acogida y el apoyo que ha brindado a los nuevos movimientos y comunidades eclesiales.

   "Destaca su colaboración y el diálogo interdisciplinar y multicultural con el mundo académico e intelectual y sus intervenciones en los diferentes escenarios de la vida social, cultural y eclesial en Canadá", ha señalado.

   En 2001 es consagrado obispo por el papa Juan Pablo II, que ya lo había nombrado meses antes secretario del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos asignándole la sede titular de Agropoli. El 15 de noviembre de 2002 es nombrado arzobispo de Québec y primado de Canadá.

   Fue creado cardenal el 21 de octubre de 2003 por el papa Juan Pablo II que le asigna el título de Santa Maria in Traspontina y el 30 de junio de 2010 el papa Benedicto XVI lo nombra prefecto de la Congregación para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina.


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