Julián y Oscar: cultivando patatas de calidad desde hace 30 años

Julián Tardón y Oscar Tardón, nacidos en Segovia, forman el equipo de Patatas Tarsa, una empresa familiar en la que el mayor esfuerzo lo realizan padre e hijo pero el resto de la familia también se ve implicada. Julián nació en el año 1981, creció sin tener la posibilidad de estudiar y con 12 años ya se inició en la agricultura y la ganadería para contribuir a la economía familiar. Junto con su padre se dedicaba a vender hortalizas por los mercados de pueblos cercanos con un burro y las ganas e ilusión de aquel momento. Más adelante probó suerte en otros sectores como las cosechadoras y la crianza del cerdo, hasta que formó su propia empresa donde empezó a comercializar las patatas que él mismo cultivaba.

Su hijo Oscar, nacido en el año 1981, tuvo la posibilidad de estudiar y lo hizo en Madrid, donde se preparó para llegar a ser Técnico Superior en Análisis y Control. Comenzó a trabajar como Técnico de Laboratorio en el grupo Leche Pascual, y posteriormente en diferentes empresas como Alkemi, Facultad de Medicina, Neuropharma y actualmente en Cepsa, compaginando su labor con ayudar a su padre en el cultivo de la patata y su posterior distribución.

Padre e hijo se compaginan perfectamente. Julián está centrado en el cultivo de la patata y la distribución en Segovia, y Oscar se encarga de la distribución en nuevas zonas y de la implantación de mejoras en el almacenamiento del producto, el control de la trazabilidad, el control sanitario de las instalaciones, el control de stock y la correcta manipulación del producto. También garantiza la distribución, la optimización del etiquetado y la limpieza y seguridad del producto que Patatas Tarsa ofrece a sus clientes.

El proyecto surgió hace 30 años, cuando Julián decidió vender las patatas que él mismo cultivaba. Comenzó a distribuirlas a pequeñas cafeterías y a algún restaurante, y poco a poco el número de clientes fue aumentando. A día de hoy, aquello que comenzó como algo tan pequeño, con la distribución en Segovia y la zona norte de Madrid, tiene un volumen de venta de 4.500 kg por semana de patatas de consumo, a lo que hay que añadirle además las cebollas, ajos, zanahorias y otros productos que también distribuyen.

Decidieron emprender por el deseo de que el proyecto familiar continuara y creciera. El producto que Julián y Óscar producen es de alta calidad, pasa satisfactoriamente los controles exigidos por Sanidad y tiene el respaldo del trabajo bien hecho y el esfuerzo que supone sacarlo adelante. "Día tras día estamos implementando mejoras en la producción, en el envasado y en la distribución", dicen sus protagonistas.

La mayoría de las dificultades que se han encontrado a la hora de gestionar el proceso de producción han sido meteorológicas, pero aseguran que todo el proceso en sí es un sistema perfectamente entrelazado que sirve para mejorar y sobre todo aprender. "La aventura de emprender es dura, compleja, a veces desesperante... pero ver que el producto que nosotros mismos producimos satisface a los clientes es la mejor recompensa que existe", dicen orgullosos.

La patata que distribuyen es una patata sana, de confianza y con unas cualidades culinarias excelentes. Los protagonistas cuentan que gracias a sus patatas algún restaurante ha llegado a ganar concursos culinarios.

Hoy en día es fundamental tener presencia en la red y por ello se está creando una página web, así como una cuenta en Facebook donde los clientes pueden seguirles para estar al corriente de las novedades. A lo largo de este año esperan estar presentes también en Twitter y Linkedin.

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