La Casa Real ya no es intocable. Los continuos escándalos que afectan a la jefatura del Estado y, en última instancia, la imputación de la
infanta Cristina de Borbón en el
caso Nóos, han producido un "cambio"
en la actitud de la formación que en las últimas décadas no se había
permitido ningún reproche ante ninguna actuación de la institución
monárquica.
La Corona ha pasado a ser objeto de polémica y crítica pública, con un reflejo
claro en un descenso de su valoración en todas las encuestas.
La controversia desborda a los partidos y se habla abiertamente de
cambios en distinto grado.
Por primera vez es casi unánime la opinión de
quienes defienden cambios en la institución. Los matices de esos
cambios van desde los que proponen retoques legales y de funcionamiento
en la
Casa del Rey, pasando por quienes hablan abiertamente de la
abdicación de don Juan Carlos,
hasta llegar a los que cuestionan la propia Monarquía.
Entre los
primeros, y con muchas prevenciones, se incluye el Gobierno de
Mariano Rajoy, que acepta, aunque sea arrastrando los pies y empujado por todos, una regulación muy limitada de la Casa del Rey en la Ley de Transparencia, tras negar reiteradamente que eso fuera posible.
Eco en los MediosLa
valoración ciudadana del Rey se ha desplomado en los últimos meses, según el resultado de la encuesta de Metroscopia que este domingo publica El País, y que fue realizada antes de que se conociera la imputación de la infanta Cristina.
Por primera vez,
su nota es negativa, muy por debajo incluso de la valoración que tenía hace un año, cuando el manido episodio de la cacería en Botsuana y la posterior petición pública de disculpas.
El País subraya en su portada que la
Corona ha pasado de ser un asunto al margen de la agenda política a
constituir un frente controvertido que desborda al Gobierno y a los
partidos, sobre todo después de la imputación de la Infanta Cristina. El
diario señala que todos los grupos políticos defienden cambios en la
institución y, por vez primera, se valora en público la conveniencia o
no de la abdicación del Rey, cuyo apoyo ciudadano ha disminuido por el
rechazo entre los jóvenes.
"Somos muy conscientes del deterioro de la
imagen pública de las instituciones y de la Corona en los últimos años.
Todas las encuestas, tanto las públicas como las que manejamos nosotros
internamente, muestran esa tendencia negativa y por supuesto, ese
deterioro nos preocupa mucho, afecta a nuestras actuaciones", admite un
portavoz de la Casa del Rey.
El
hecho histórico que más se valora es el papel jugado por el Rey en la
reconciliación, en
el impulso de la Transición, en la elaboración y
aprobación de una Constitución que garantizaba los principios del Estado
de derecho, en la propia salvaguarda de esa democracia recién
conquistada frente a la amenaza que supuso el golpe del 23-F. Pero también está el aprecio e identificación exterior de la España democrática
con la figura del Rey.
"La Monarquía es una
institución no democrática, y por eso precisa de un refuerzo que le daba
esa gestión del Rey. El problema es que ahora ya no existe ese refuerzo
y la Monarquía pierde apoyo sobre todo entre los jóvenes, porque el Rey
no tiene episodios a los que agarrarse", señala. En su opinión, "el Rey
no da más de sí, y sería adecuado preparar el relevo".
Rajoy ofrece su colaboración al Rey para reforzar la imagen de la Corona
El Rey es consciente de que la situación obliga a
sumir decisiones que hasta ahora no estaban encima de la mesa y que su
responsabilidad es proteger a la Corona de la crisis provocada por el caso Nóos
y también de la campaña de deslegitimación que se está aprovechando
para agitar desde círculos políticos de la izquierda.
El presidente del Gobierno,
Mariano Rajoy, ha ofrecido al monarca su
ayuda y la plena colaboración de su Ejecutivo para reforzar la Corona y
la imagen de la institución. Con independencia de cómo evolucione el caso Nóos
y en qué quede la imputación de la Infanta Cristina, Don Juan Carlos ha
ido en estos meses dando pasos para contener el desgaste y salvar a la
institución de la crisis que la afecta. Pese a su convalecencia de la
operación de hernia discal de la que se recupera, el monarca mantiene
sus despachos habituales con el presidente del Gobierno, en los que se
han tomado decisiones como, por ejemplo, corregir la idea inicial de
dejar a la Monarquía al margen de la Ley de Transparencia. "La Corona no
se maneja con la espalda o con la cadera", señalan en el entorno del
monarca.
Según el Gobierno,
la abdicación es decisión exclusiva del Rey. Por su puesto, el
Ejecutivo no contempla ningún escenario que no sea la Monarquía, entre
otras cosas porque dicen que tendría un efecto demoledor en el exterior y
abriría un abismo en el que habría que disolver las Cortes, convocar un
referéndum e iniciar un periodo de inestabilidad. "La Corona es la
clave de bóveda de nuestro sistema constitucional. Es símbolo de unidad y
permanencia del Estado, pero también de la nación", afirma Benigno
Pendás, director del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales,
dependiente de la Moncloa.
En la agenda de los partidosPere Navarro vuelve a pedir la
abdicación del Rey
Después de que el pasado 20 de febrero pidiera
que el Rey abdicara y dejara la Corona en manos del Príncipe Felipe, el
primer secretario del PSC, Pere Navarro, dijo ayer que su reclamación
"gana vigencia" tras la imputación de la Infanta Cristina.
En su
intervención ante el Consejo Nacional de su partido, Navarro dijo que
los socialistas catalanes han abierto "un debate hasta ahora tabú que ha
servido para reflexionar abiertamente sobre el modelo del Estado y
sobre la necesidad de reforma democrática de la Constitución para
abordar una segunda Transición". "Emplacé a la Corona a aceptar las
normas de transparencia como todo el mundo, y aquéllos que un día me
criticaron por eso, hoy lo piden, en incluso la Corona lo ha aceptado",
señaló.
El secretario de Organización del PSOE,
Óscar
López, fue preguntado ayer por la imputación de la Infanta Cristina, a
lo que respondió recordando que en España "actúa el estado de Derecho;
mientras, hay que esperar y respetar las decisiones de la Justicia". No
obstante, López abogó también por una reforma de la Constitución,
alcanzando el máximo consenso, para "abrir un tiempo nuevo".
Sobre la figura del Rey también se pronunció ayer
el responsable del Área Institucional del PNV,
Koldo Mediavilla, para
quien la "
marca España" está "por los suelos porque su propio jefe de
Estado la echó por tierra cazando elefantes en la sabana africana". En
un artículo publicado en el diario
Deia, Mediavilla señaló que
la "opacidad" en la que, según su opinión, ha vivido la Monarquía, "que
le ha permitido hacer y deshacer a su capricho desde siempre", debe
acabar, puesto que "o desaparece el oscurantismo o la propia Monarquía".
Mientras, ondean los actos del 14 de abril, centrados en conseguir que se proclame la Tercera República
A perro flaco...Por si no tuviera bastante el Rey con lo anteriormente mencionado, este domingo se ha sabido que, el jefe de prensa de la Casa del
Rey,
Javier Ayuso, dio 116.000 euros al Instituto Nóos de Iñaki
Urdangarin cuando era el director general de Comunicación e Imagen del
BBVA, por un dictamen sobre «la estrategia de patrocinios» de la
entidad, según publica El Mundo en su edición del domingo
El instructor del caso Urdangarin descubrió la presencia del
ahora director de Comunicación de Zarzuela tras solicitar al BBVA que le
precisase los trabajos que habían encargado al Instituto Nóos «sobre la
idoneidad de la Fundación de Ayuda al Español Urgente (Fundéu)», que
forma parte del holding bancario.
El acuerdo de colaboración deja bien claro que el área dirigida
por Javier Ayuso en el BBVA abonará «100.000 euros más IVA» a Nóos en
tres plazos: «Treinta por ciento a 31 de marzo de 2006, otro 40% a 30 de
junio de 2006 y 30% restante a 31 de diciembre de 2006».
Javier Ayuso, histórico periodista del Grupo Prisa, aterrizó en
la Casa del Rey en febrero de 2012, coincidiendo con la declaración de
Urdangarin ante José Castro. Su vieja amistad con el duque de Palma
contribuyó en parte a su nombramiento. En la Semana Santa de 2012, Ayuso
se convirtió en el abanderado de la idea de rehabilitar la imagen del
marido de la Infanta Cristina ante la opinión pública.
El jefe de la
Casa del Rey, Rafael Spottorno, tumbó en tiempo récord la propuesta,
entre otros motivos porque por aquel entonces el interesado cargaba ya a
sus espaldas con cuatro imputaciones. El entorno de Spottorno ya
otorgaba a Urdangarin la condición de «irrecuperable juguete roto».
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