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Ahora se insiste en remarcar el límite en los actos violentos

¿Cambia el PP su discurso frente a los 'escraches'?

¿Cambia el PP su discurso frente a los 'escraches'?

lunes 08 de abril de 2013, 18:35h
El último episodio de los denominados 'escraches' que tuvo lugar el pasado viernes frente al domicilio de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, podría haber supuesto un punto y aparte en la postura del PP sobre este asunto. Los discursos más duros se han apartado y desde el partido ahora se admite incluso que las protestas pueden ser una "forma de diálogo" con los políticos, siempre y cuando se lleven a cabo sin violencia. Ahora la duda está en la definición de la palabra "violencia".
La primera respuesta de los diputados del PP afectados por los 'escraches' de «Stop Desahucios» y la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) fue la denuncia de los hechos ante los juzgados. González Pons; Alberto Ruiz-Gallardón; Antonio Gallego, José Ignacio Llorens, Ignacio Gil Lázaro... Más de una decena de cargos públicos del PP se vieron afectados por los 'escraches'. Ante estos sucesos, la delegada del Gobierno de Madrid, Cristina Cifuentes, llegó a vincular al colectivo de activistas con "grupos filoetarras", si bien matizó poco después las palabras que provocaron un enfrentamiento con Ada Colau.

A continuación, el Ministerio del Interior ordenó a la Policía actuar frente a lo que consideraba un acoso popular de los activistas de afectados por la hipoteca, pero no tuvo una gran acogida. La medida originó un gran debate jurídico: el sindicato policial SUP tachaba la orden de "barbaridad"; el País Vasco y Cataluña se negaron a trasladar la orden a sus policías autonómicas y el director general de la Policía, Ignacio Cosidó, casualmente aprovechaba la ocasión en medio del debate para sacar días después un Código Ético en el que insistía en la necesidad de que los agentes debían mantenerse independientes de los  intereses políticos y no debían cumplir órdenes ilegales. Fernández Díaz trató de advertir a jueces y periodistas de que podrían ser las siguientes víctimas de los escraches y acto seguido, pasó a un segundo plano.

'Escrache' a la vicepresidenta

El pasado viernes se produjo el 'escrache' en casa de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, con el ex secretario general de la antigua Alianza Popular Jorge Verstrynge incluido. Hubo identificaciones por parte de la policía como quería el ministro Fernández Díaz y finalmente forcejeos entre los antidisturbios y los manifestantes. De forma paralela, se producía el anuncio de que el PP habría fundido la ILP que llegó al Congreso avalada por más de medio millón de firmas con su ley Antidesahucios descartando la dación en pago general y retroactiva como se solicitaba. Un día después, el vicesecretario general de Organización del PP, Carlos Floriano, calificó el 'escrache' como obra de la izquierda violenta que intentaría así conseguir lo que no logró con los votos.

Y llegados a este punto... Ahora el mensaje del PP se aleja de la crítica generalizada a todas las manifestaciones tipo 'escrache' y recuerda que el límite está en la violencia.

Violencia y presencia policial

El vicesecretario de Estudios y Programas del PP, Esteban González Pons, admitía este lunes en relación con los 'escraches' que están sufriendo dirigentes de su formación, que la protesta puede ser una "forma de diálogo", pero puntualizando que la violencia es el límite. De hecho, ha señalado que la violencia "no es un método que soporte la democracia" y, por lo tanto, "la causa más digna se ve perjudicada si es defendida con violencia". 

De hecho, González Pons ha recordado que él ha sufrido "personalmente muchas protestas", algunas "bastante crispadas", y ha añadido que eso debe "aceptarlo" un político. Eso sí, ha calificado de "incomprensible" que fueran a "presionar" a su familia sabiendo "de antemano" que él estaba en Madrid y que "no tienen nada que ver con el trabajo" que él hace.

También este lunes, Cristina Cifuentes se refería a los 'escraches' y lo hacía para insistir en que perseguirá los escraches pero "no tiene ninguna intención de convertir Madrid en una ciudad tomada por la Policía". Cifuentes indicó que su departamento "va a actuar con la Ley en la mano, impidiendo que las protestes se realicen de manera violenta". "Todo lo que tiene que ver con el derecho de reunión será protegido siempre y cuando se practique de forma pacífica. Si una protesta deviene en violenta, deviene automáticamente en ilegal y entonces se aplicará la Ley", ha añadido para explicar que no aumentará la presión policial en las calles."Con la Policía que hay es suficiente, pero es evidente que si aumentan estas actuaciones violentas y coactivas la Policía hará lo que se hizo el viernes [en alusión al 'escrache' en casa de Soraya Sáenz], que es identificar a los promotores de una concentración ilegal e iniciar el correspondiente expediente administrativa sancionador", concluyó.
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