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El sexo es vida: La virginidad

El sexo es vida: La virginidad

- Por Ana de Calle

jueves 13 de enero de 2022, 13:37h

La virginidad femenina aún continúa rodeada de mitos. Se la valora de forma desproporcionada y la mujer ocupa un lugar, en cuanto a derechos sexuales, en clara desventaja con el hombre. En ocasiones hay culturas que la valoran por su himen intacto como si se tratara de un objeto, lo que deja muy por debajo a la condición femenina ya que su mayor tesoro es esa membrana sin ninguna función. El himen para muchos grupos sociales tiene una gran relevancia, y si está intacto tiene un significado que no es proporcional a su utilidad biológica.

En nuestra cultura las referencias a la virginidad han sido muchas, y las religiones desempeñan un importante papel cuando transmiten estos valores. Sabemos que la Iglesia católica tiene en gran estima la virginidad de los cónyuges, que se espera de las mujeres y es adecuada en los hombres. La virginidad antes del matrimonio no es una creencia universal, de hecho algunas culturas no le dan importancia, para otras era un acto desagradable que se encargaba a personas que lo realizaban con un ritual. Las hay en las que la mujer guarda su virginidad para ofrecérsela al hombre cuando se casan.

En otros tiempos los grupos sociales en los que el hombre lleva todo el control, han ido desarrollando un tipo de vida machista y sexista en el que la mujer no tiene casi derechos. Lo que más castigan son los derechos sexuales y convierten la sexualidad de la mujer en satélite de la masculina, que es el modelo perfecto. Cuando niegan los derechos sexuales también lo hacen con los derechos personales.

En Occidente vivimos una de las más deshinibidas para el sexo femenino, y podemos observar como el Islam y otras creencias religiosas cercanas, se alían en foros internacionales como en la Conferencia Internacional de la mujer en Pekín, para proteger sus antiguos privilegios.

Y mirando otras costumbres vemos que el valor de la virginidad varía según las sociedades. Marco Polo nos describe a la sociedad del Tibet en la que ningún hombre se habría casado con una mujer virgen, porque carecían de valor si no se habían acostado con un hombre ... En la tribu de los cewa de Africa central creen que las chicas mueren si no copulan antes de su primera menstruación, por eso los padres les empujan a tener relaciones sexuales mientras juegan con sus compañeros. Y si alguna no es desflorada se la desvirga antes de la pubertad.

Es una forma eficaz de discriminación sexual y de tener control sobre las mujeres. Son mecanismos sutiles que se utilizan también hoy día, y "el que dirán" sustituye a las prohibiciones de los padres. Muchas jóvenes para controlar esos impulsos pecaminosos y para ser la mujer ideal se dominan y se hacen valer, y un día colocan en su sexo su cinturón de castidad, llamado vaginismo. Así limitan el contacto sexual a caricias y juegos y no se atreven al coito, que representa simbólicamente la sexualidad adulta, que tienen vedada.

En Sexología como disciplina científica, tratamos de integrar la sexualidad humana, y los sexólogos enseñamos a conocerse mejor y a aceptar el cuerpo como algo natural, a quererlo y a gozar de él para vivir mejor la sexualidad, y evitar muchos problemas y disfunciones sexuales.

Ahora quiero dirigirme a vosotras que padecéis Vaginismo para deciros que es una disfunción sexual con muy buen pronóstico, porque el 90% de los casos se resuelven y las mujeres se curan si hacen Terapia Sexual.

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Ana de Calle
Sexóloga y Terapéuta de Pareja

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