Porque dada su situación
económica, al borde de la bancarrota tras salir del concurso de acreedores, y
con sus trabajadores y la plantilla con varios meses sin cobrar, caer ante el
Oviedo podría significar el adiós del Albacete Balompié tras tres cuartos de
siglo largos de vida.
Y es que la Segunda B es un pozo
del que es muy difícil salir, como le acontece a otro histórico venido a menos
como el Oviedo. Un pozo deportivo y sobre todo económico que genera más gastos
que ingresos. Si hasta ahora la familia Iniesta ha ido poniendo dinero, todo
indica que se han cansado de hacerlo y si no viene un inversor, lo que en esta
situación sería un milagro, es más que probable que el Alba desaparezca.
No obstante, el míster Luis
César, ha aislado a la plantilla de estos problemas, aunque los sufren en sus
sueldos, para que se centre sólo en lo deportivo. Y ahí sólo pide, además de
buen fútbol, paciencia, que no es imprescindible marcar en los primeros
minutos, que hay al menos 90 e incluso 120 si se llega a la prórroga.
Así, en la última rueda de prensa
quiso dejar muy clara su propuesta de "un partido de ritmo e intenso, pero
sin volvernos locos. Si a la media hora vamos 0-0, pues vamos 0-0. No quiero
locos ni sádicos en el campo, tampoco marmotas y tortugas. Tenemos 90 minutos
para marcar como mínimo un gol y si vamos a la prórroga no pasa nada".
Sí pasará y mucho en caso de
derrota. Porque, este domingo a partir de las ocho de la noche y con precios
rebajados para lograr el mayor número de espectadores, al Alba no le queda
otra: ganar o ganar.