Erdogan y su autoritarismo en la Turquía que quiere ser Europa

Tristes, muy tristes los graves incidentes vistos estos últimos días en Turquía, el país presidido desde hace años por Tayyip Erdogan, amigo de occidente y socio de Zapatero en aquel controvertido proyecto que era la Alianza de Civilizaciones. En los disturbios de Estambul del fin de semana se ha podido comprobar que el cordero era un lobo y pese a la imagen que se pretendía dar para entrar en la Unión Europea, en este país las libertades de expresión, de opinión o manifestación están más que en entredicho. Sobre todo contra los laicos y ateos, que han sido los principales activistas contra el Gobierno islamista.

Manifestantes y Policía se han enfrentado en una cuarta jornada de incidentes, que comenzaron a raíz de las protestas por la construcción de un centro comercial en la plaza Taksim, en Estambul. Miles de personas -entre 3.000 y 5.000, según la cadena Al Yazira- levantaron barricadas para impedir el paso de la Policía. Unas 1.700 personas han sido detenidas en 67 ciudades desde que comenzaron los incidentes, demostrándose la mano de hierro con la que Erdogan maneja Turquía, una vieja aspirante a la Unión Europea, que mucho debería pensarse si incluye entre sus socios a países que permiten estos regímenes autoritarios, pese a que sean elegidos en las urnas...