No hay manera. Desde que entramos en crisis la gran víctima ha sido el
trabajador. Y eso no se detiene ahora que se anuncia a bombo y platillo
una mejoría económica global, tanto en Europa como en España. Y si no,
que se lo digan al Fondo Monetario Internacional (FMI), siempre acusado
por círculos socialistas y comunistas de un auténtico vampiro. El
organismo
considera necesario "ir más allá"
en la reforma laboral española para generar empleo y apuesta por
"alinear" los costes del despido para los contratos indefinidos.
Pide, vaya, abaratar más el despido, dando a entender que no le es suficiente la reforma laboral de 2012, del Gobierno
Rajoy,
que dejó casi libre el despido, con 20 días por año trabajado y con
fórmulas fáciles para las empresas para buscarse el despido sin
indemnización, en el caso de demostrar pérdidas en los últimos meses
ante un juez.
El FMI, dirigido por la dama de hierro francesa
Christine Lagarde, que realiza estas conclusiones en su
informe sobre la economía española correspondiente al artículo cuatro,
afirma que el progreso en España en la reducción de la "perniciosa"
brecha entre contratos permanentes y temporales ha sido "insuficiente", y
añade que la probabilidad de encontrar un trabajo fijo continúa siendo
"demasiado baja" y la de perder uno temporal "demasiado alta". No es extraño que algunos se pongan en la peor de las previsiones acerca de lo que nos espera a todos...
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