Tour: Joaquín Rojas, a punto de ganar la tercera etapa, que finalmente se llevó Simon Gerrans

La jornada de media montaña, marcada por los sucesivos ataques, se resolvió finalmente en una llegada masiva. Gerrans, de 33 años, logró así su segunda victoria en la ronda gala, tras le que había conseguido en 2008 en la meta alpina de Prato Nevoso al coronar una larga escapada. Vencedor de la Milán San Remo de 2012, el australiano ha sumado triunfos en las tres grandes vueltas por etapas. Los favoritos de la general no se movieron en la etapa de 145,5 kilómetros que puso fin a la trilogía corsa del Tour centenario.

Los cuatro puertos de la jornada de hoy fueron dejando al pelotón de los favoritos desprovisto de algunos de los mejores llegadores, lo que dejó la carrera a la merced de nombres menos conocidos. Solo el eslovaco Sagan había sobrevivido a la criba, pero al ciclista del Cannondale le faltó un poco de impulso o quizá el abrigo de algún compañero más para lograr el triunfo.

Algo que sí tuvo Gerrans, que con el triunfo logrado en Calvi se aupa al tercer puesto de la general, a un segundo de Bakelants y por detrás del francés Julien Simon, del Sojasun. La jornada estuvo marcada por una larga escapada formada nada más darse la salida en Ajaccio por los franceses Cyril Gautier (Europcar), Alexis Vuillermoz (Sojasun) y Sébastien Minard (AG2R-La Mondiale), el australiano Simon Clarke (Orica-GreenEDGE) y el holandés Lieuwe Westra (Vacansoleil-DCM).

La colaboración entre los cinco dio resultados hasta que llegó el último puerto, el de Marsolino, de segunda categoría, en cuyas rampas se rompió el grupo por la presión que llegaba desde atrás. Clarke fue el que más prolongó el esfuerzo pero finalmente fue absorbido por el francés Pierre Rolland, que había saltado para mantener el maillot de rey de la montaña que se había enfundado la víspera.

El ciclista del Europcar coronó en cabeza el último puerto y en la bajada fue alcanzado por su compatriota Sylvain Chavanel, el noruego Lars Peter Nordhaug y el español Mikel Nieve. Pero los cuatro no pudieron alcanzar la meta, porque quedaba una decena de kilómetros para el final y la ambición del pelotón era grande. Reagrupado el pelotón, la victoria se jugó a un esprín en el que venció Gerrans.