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Historias ejemplares

Virginia y Roberto: del amor al emprendimiento hay un paso

Virginia y Roberto: del amor al emprendimiento hay un paso
sábado 12 de abril de 2014, 12:26h
Virginia Fradejas Alonso de 37 años y Roberto Castrillo Castrillero, de 42 son un matrimonio que un día decidió liarse la manta a la cabeza y montar su propio negocio.
La ideóloga en principio fue Virginia. Ella siempre había tenido en mente montarse su empresa, de hecho, ya en sus tiempos de estudiante esta ingeniera técnica industrial se presentó con dos compañeras a los premios 'Proyectos universitarios de creación de empresas' de la Fundación C.E.L Iniciativas por Lugo  en la que se les concedió un accesit. Según explica la misma Virginia: "La poca experiencia en el mundo empresarial que tenia en ese momento así como la falta de recursos económicos me hizo desechar la idea".

Con esa idea en la cabeza, Virginia comenzó a trabajar por cuenta ajena como ingeniera y, precisamente, gracias a un viaje por motivos laborales hace 3 años a Chile, decidió dar el paso. "Me invitaron a un yogurt helado, un concepto que yo no conocía y que me hizo ilusionarme con la idea de un modelo de negocio nuevo. A raíz de ello investigué sobre el sector pero al poco a mi padre le detectaron un cáncer y descarté de nuevo la idea", asegura Virginia.

Meses después de fallecer su padre, conoció un programa del Ayuntamiento de Valladolid a través del cual formaban gratis a emprendedores y se apuntó. Allí, recibió la ayuda necesaria para desarrollar el informe de viabilidad y el plan de empresa. "Una vez terminado el curso comenté con mi marido que estaba decidida a montar el negocio y él me dijo que le gustaría emprenderlo conmigo", explica. Así, Roberto, técnico de sonido con más de 20 años de experiencia como empleado por cuenta ajena y que en aquel momento sólo contaba con trabajos esporádicos, decidió dedicarse junto a su mujer a su propio negocio: la yogurtería AllGood en Valladolid.

Roberto y Virginia definen su producto como innovador, saludable, goloso y destacan además que puede consumirse todo el año. "Se trata de una yogurtería en la que no sólo se sirve yogurt helado para combinar con topping, sino que también hay la opción de tomar yogurt natural sin azúcares para combinar igualmente con los topping, granizados, smoothies, fondues de chocolate y frutas, cafés, chocolates, etc. El cliente puede sentarse cómodamente si lo desea y además disponemos de una zona para niños para que estén jugando". Pero sus planes no acaban aquí: "Nos gustaría expandirnos como empresa de catering de este tipo de postres", explica el matrimonio.

Entre los retos que han tenido que superar están la falta de experiencia como empresarios y el desconocimiento del sector de la hostelería. Además, Roberto y Virginia lamentan las trabas burocráticas que dificultan y encarecen el emprendimiento. También han tenido que esforzarse para superar la dificultad de captar clientes y más con la crisis económica que lastra el consumo. Pero lo tienen claro: "Se trata de un proyecto personal en el que hemos puesto mucha ilusión y horas de trabajo y seguimos ilusionados aunque haya días duros".

Para levantar AllGood sólo recurrieron a financiar por leasing una de sus máquinas, el resto del capital salió de sus ahorros y de una subvención de 1.500 euros que el Ayuntamiento de Valladolid por participar el curso antes mencionado.

Desde su experiencia aconsejan "no emprender sino disponen de capital propio suficiente, buscar ideas de negocio no masificadas y paciencia, mucha paciencia en el recorrido".

All Good, en la Red:
Facebook: All Good Yogurt Twitter:@allgoodyogurt Web: www.allgoodyogurt.es

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