www.diariocritico.com
Todo el mundo espía a todo el mundo

Todo el mundo espía a todo el mundo

lunes 15 de julio de 2013, 09:33h

Andamos estos días  hipócritamente escandalizados a uno y otro lado del Atlántico porque  casi  por  un "quítame allá esas pajas" hemos  conocido  explícita y públicamente  que  los gobiernos  norteamericano y francés -al menos, y que , se sepa por el momento-  andan  espiando nuestros  correos electrónicos, nuestras llamadas, nuestros itinerarios  habituales o menos habituales, el asunto y la duración de nuestras conversaciones, el peso de los datos que  intercambiamos y no sé cuantas cosas más  de las que circulan por  los famosos   caminos virtuales de Google, Facebook, Microsoft, Apple, Yahoo,...

Todo comenzó por  un golpe de efecto  de  Edward Snowden, el ex técnico de la CIA que filtró al diario 'The Guardian' los programas de espionaje de  los Estados Unidos  de América,  una  bromita que le ha costado  al joven  espía   un periplo   a lo Phileas Fog -el célebre  protagonista  de "La vuelta al mundo en 80 días ", de Julio Verne-   y que le ha llevado  a Hong Kong y a Moscú y que, al día de la fecha, lo tiene aún sumido  en la incertidumbre de conocer qué país al margen de  Rusia, Bolivia, Venezuela o Nicaragua    va a querer  darle asilo  con esos antecedentes de  "hombre de confianza"  que él mismo  se ha labrado.

Días después,  el diario  francés ´Le Monde´  destapaba  en una información  que la Dirección General de la Seguridad Exterior   del país galo (DGSE)  investiga   también,  y  de forma sistemática,  tanto  las señales electromagnéticas emitidas por los ordenadores o los teléfonos dentro del país, como los flujos entre Francia y el extranjero. En otras palabras, que    también el gobierno francés   espía la totalidad de las comunicaciones.

De todo  el asunto, lo único  novedoso  es que  ha salido a la luz pública y esto, claro está, choca frontalmente con  la naturaleza intrínsecamente   silenciosa, oscura, privada  y teóricamente  secreta de  las actividades de estos servicios que los gobiernos   de todo el mundo  han tenido siempre a su disposición  desde tiempos inmemoriales.

 

Espionaje cañí

Ya  se habían encargado   de ilustrar   profusamente   estos  turbios  escenarios tanto  el cine como la literatura. Sirvan  solo como apresurado  ejemplo,  las figuras del  superagente 86, la del agente 007, (siempre  al servicio de  SM  la Reina) o  los vericuetos de  los agentes del MI 5 y el MI 6, que Graham  Greene   se empeñó  en  descubrirnos, de forma tan  interesante como  ilustrativa, ya que a Greene, nadie podía corregirle  pequeños detalles porque   fue cocinero antes que fraile o, dicho de otro modo, sirvió   unos añitos  como espía  en el servicio de inteligencia británico.

Pero  los ciudadanos norteamericanos que, al parecer,  tienen muy bien definida  la línea de separación entre la realidad y la ficción  (¡dichosos ellos!), han sufrido   una conmoción por el  "affaire Snowden" que a nosotros  nos resulta  muy difícil entender.  Aquí, a pesar de la Ley Orgánica de Protección de Datos (LOPD) y de la  vigencia   y aplicación  de otras  cuantas leyes más   orientadas  a proteger la libertad, la  seguridad y   la privacidad de los sufridos ciudadanos españoles,   sabemos  que  nuestros más íntimos  datos andan de mano  en mano  (y, al parecer, como decía la copla, "ninguno se los quea"). Si no es así, por favor que levante la mano  quien  en los últimos 7 días no ha recibido  una llamada en  el teléfono de casa o en su móvil  ofreciéndole cambiar de proveedor  de  telefonía  fija o móvil,   ofreciéndole  un seguro  de vida o  trasladándole   la feliz noticia de  que ha resultado  acreedor  de  unas  vacaciones  en Marina d'Or pero, eso sí, a cambio de acceder    a  padecer   en el domicilio propio  a una demostración del último modelo de  robot de cocina...

Vamos que, se diga o no se diga, se publique o no se publique, tomen buena nota de que   en cualquier lugar del globo el país que no espía  es, sencillamente, porque no puede.

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios