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El enfado pírrico de Rabat

El enfado pírrico de Rabat

sábado 03 de noviembre de 2007, 13:01h
Este lunes, los Reyes de España realizarán su primer viaje y visita a las ciudades de Ceuta y Melilla, anuncio que ha dado ocasión a dos clases de reacciones bien distintas. Los propios ceutíes y melillenses no caben en sí de gozo, y las autoridades marroquíes no han disimulado su enfado y contrariedad. Las dos cosas son perfectamente explicables y eran del todo previsibles de antemano.  A los habitantes de las dos ciudades autónomas españolas, nada les puede satisfacer tanto como la comprobación de esa realidad con la presencia de su jefe del Estado, nada menos. Han sido décadas de espera, y sólo ahora ha parecido que era ocasión propicia, y se ha encajado el viaje en las actividades de la Casa Real. Posiblemente algo pueden tener que ver las quejas que han podido escucharse sobre los cometidos, tareas y trabajos de los miembros de la real Casa, y nadie dudará de que este viaje no resulta, de antemano, ni fácil ni posiblemente cómodo. Sobre todo, por 'la otra parte', la de las autoridades de Rabat, que siguen empleando su tradicional lenguaje de 'ciudades expoliadas' a la Corona de Marruecos. De manera que el anuncio de que retiran hasta mejor ocasión a su embajador en Madrid era previsible, tanto como la nota de protesta que se conoció a las pocas horas del anuncio del viaje oficial.

De manera que nos hallamos ante un viaje de dos caras bien distintas: la satisfacción de los ciudadanos de las dos ciudades y el enfado formal y oficial de la diplomacia marroquí, que bien hubiera querido, primero, que el anuncio del viaje no se realizara jamás, y en segundo lugar, que una vez conocida su reacción adversa, la Casa Real española diera marcha atrás y el viaje se aplazara para mejor ocasión, o sea, para nunca más.

Pues, no será de ese modo. El viaje se efectuará tal y como se había preparado desde hacía tiempo, y no se espera que se produzcan incidentes de ninguna clase. Y el enfado de Rabat durará lo que deseen que dure sus diplomáticos y Casa Real, habida cuenta de las excelentes relaciones que en los últimos tiempos vienen manteniendo las dos casas reales y los diplomáticos y el comercio de una y de otra parte. Será un enfado diplomático y probablemente de escasa duración, porque a nadie interesa que se prolongue más allá de un gesto de enfado de niños pequeños. A nadie se le escapa la pretensión marroquí de 'conquistar' las dos ciudades españolas en tierras africanas. Pero tampoco se le escapa a nadie que no hay proyecto de ninguna clase porque se produzca una cesión de esa naturaleza. De manera que la situación se puede prolongar oros cuantos siglos más, o siempre. De este lado siempre cabrá esperar algún gesto expresivo del enfado oficial de Rabat.

Y toda la beligerancia cederá por el bien de la paz, de la buena vecindad y del buen comercio.


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