Con los ojos bien abiertos
lunes 09 de septiembre de 2013, 08:18h
Un
portal de noticias mejicano, a través de su boletín de noticias (Uniradio
informa) daba cuenta a mediados de agosto pasado de una proposición formulada por una diputada azteca cuyo tenor, una vez leído, les
prometo que me turbó hasta el extremo de no dar
crédito a mis ojos y, menos aún,
a mis cortas entendederas. Tuve que
repetir lectura y, aún así,
sigo sin poder salir de mi asombro.
Vamos al caso: La diputada
mexicana del PAN, Ana María Jiménez Ortiz, propuso prohibir el casamiento entre
personas ciegas, porque "solo debe considerarse como matrimonio aquellas
relaciones en las que los integrantes sostienen relaciones sexuales mirándose a
la cara".
Me imagino
que a la señora Jiménez Ortiz, tres
semanas después de formulada su
propuesta, se le habrá quedado cara de idiota al conocer la noticia de la
reciente concesión del Premio
Príncipe de Asturias de la Concordia
a la Organización Nacional de Ciegos
Españoles (ONCE). Y, al mismo
tiempo, a todos los integrantes de
la organización premiada la misma cara de perplejidad
que quien esto escribe por
ver la osadía que muestran
algunas señorías (mejicanas, en
este caso), fundamentalmente por dos
razones. La primera, no ya por
hablar de asuntos que desconocen absolutamente sino, incluso, por atreverse
a hacer propuestas de ley sobre las mismas. La segunda, por constatar la
falta de interés y de imaginación
de ciertos padres de la patria (mejicana, insisto) a la hora de
enfrentarse a lo que la diputada
debía percibir como un enorme
problema social.
Reacciones
Tan insólita
y discriminatoria iniciativa recibió inmediatamente, como es lógico y natural, una oleada de repulsas a través de las redes
sociales de tal intensidad que no sé si
su señoría se habrá
atrevido a salir de casa. Si lo
ha hecho, seguro que ha sido con los ojos bien abiertos, al modo con el que -si es coherente, y predica con el
ejemplo- posiblemente practique las habilidades contorsionistas contenidas en el famoso tratado
erótico-filosófico indio que todo el mundo conoce por el Kamasutra. Sin ser, ni mucho menos, un
experto en literatura india, y menos aún en las habilidades expuestas en este viejo
tratado, no creo errar un milímetro si digo que en él no debe de aparecer ni una sola línea que contraindique, aleccione, prevenga, ni
tan siquiera sugiera la inconveniencia
de cerrar los ojos a la hora de ponerse "manos a la obra" en este tipo de
empeños.
Si esto es así, ¿qué ha podido motivar a la diputada Jiménez a sugerir
una barbaridad de tamaño calibre?
Vive Dios que no
logro dar respuesta a esta
pregunta aunque, sin embargo, he llegado a conclusiones más concretas con otra
cuestión que acaso pueda ser de un
calado mayor. Voy a darles la respuesta porque sé
que la inteligencia de los
lectores de Diario Crítico está muy por encima de la media de algunos diputados del PAN. El enunciado que daba
cumplida satisfacción a mi duda es que no es la inteligencia virtud necesaria
para ocupar escaño alguno. Si se tiene, perfecto; pero los partidos valoran
antes muchas otras, que tampoco les voy a referir, conocedor como soy de sus
capacidades.
Lo que sí voy a hacer es
atreverme a formular una sugerencia tanto a la diputada mejicana
como a quienes quieran
comprobar en carne propia lo que , a priori, seguro que les debe decir
ya el sentido común: prueben a hacerlo
con los ojos cerrados. Verán que no hay
la más mínima diferencia, ni en la
ejecución, ni en los resultados, que de haberlo hecho con los ojos
bien abiertos. Si comprueban lo contrario, no duden en
incluir aquí los pertinentes comentarios y, por supuesto, mandar a la diputada Jiménez
Ortiz sus más sinceros y vívidos
sentimientos de solidaridad. Seguro que se lo agradecerá.
Columnista y crítico teatral
Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)
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