domingo 15 de septiembre de 2013, 13:59h
La carta de Rajoy a Artur Mas,
además de ser una señal de buena educación, es evidente que tiene un
significado político. No dice mucho, la verdad, pero tampoco descarta
nada, y ahí está precisamente su valor. Rajoy trasciende el discurso simplista que encomienda a su vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, para elevarse, sin mojarse. Muy en su estilo.
El presidente
no tira de argumentario oficial y se abre al diálogo sin fecha de
caducidad, sabedor de que la tesis del PP según la cual no se puede
hacer nada, porque lo impide la Constitución, es tan poco sólida que
deja de ser cierta cambiando la Carta Magna, lo cual está regulado en la
propia Constitución, como debe ser, porque para eso está la política:
para cambiar todo aquello que sea conveniente para la mayoría social.
De paso, Rajoy gana tiempo, su mejor arma en la política. Su partido tiene mayoría absoluta pero él no es Felipe González,
ni su 'tempo' es el del líder socialista: ni en España ni en Europa.
Todo ha cambiado, para mal. Es lógico, por tanto, que quiera ganar
tiempo y que mientras tanto no pase nada. Rajoy no es un hombre
decidido ni tiene en su cabeza cambiar el Estado, ha sido un número dos
útil y parece que como número uno las cosas le salen mal. Pero
precisamente por todo ello, conoce sus limitaciones y su soledad
política.
Darle una
salida a Cataluña requiere amplios consensos en Madrid y en Barcelona, y
a día de hoy no los hay. Pero los habrá, porque los catalanes así lo
demandan. Lo ideal sería que hubiese ideas claras en ambas partes,
determinación y valentía, un poco al estilo de lo que sucede en Canadá o
el Reino Unido ante situaciones similares con Quebec y Escocia,
respectivamente.
¿Qué salidas
hay, además de que todo siga igual, que ya no es realmente una salida?
En principio, hay tres: la secesión, el federalismo y un estatus
singular para Cataluña. Y puede haber una cuarta, si la segunda y la
tercera se complementan hasta satisfacer a los independentistas, de modo
que se aparque y/o evite la secesión. Todo ello requiere mucho trabajo
político, en busca de un nuevo consenso constitucional, donde se
implique el mayor número posible de fuerzas, pero al menos tres de
ellas: CiU, PSOE y PP.
¿Conclusión? Algo habrá que hacer, porque el cuento de que no se puede hacer nada ya no se lo creen los catalanes.
@J_L_Gomez
Fundador y editor de Mundiario, también es columnista de la agencia Europa Press. Tertuliano de TVG y Radio Galega, colabora en La Región. Dirigió Capital, Xornal y La Voz de Galicia. Ex director editorial de Grupo Zeta. Autor del libro Cómo salir de esta. Coeditor del Anuario del Foro Económico de Galicia.
Twitter: @J_L_Gomez
|
|