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'Macrocontrato' y el camelo de las Smarts cities

"Macrocontrato" y el camelo de las Smarts cities

miércoles 18 de septiembre de 2013, 14:00h

En el mes de mayo del año pasado, el Pleno Municipal aprobó el ingreso de Guadalajara en la red de las "ciudades inteligentes" o "Smarts cities", que es su denominación en inglés. La experiencia nos ha enseñado que el ingreso en este tipo de redes municipales tiene mucho más de propaganda y de marketing que de utilidad real para el día a día en nuestras ciudades. No obstante, dimos un sí crítico a que Guadalajara se incluyera en esta red de ciudades inteligentes porque compartíamos el planteamiento teórico, que se resume en que gracias a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación se puede obtener una ciudad que se gestiona de forma más eficiente.

La primera fase para caminar hacia esos objetivos es la creación de una infraestructura de comunicaciones, que nos va a permitir posteriormente, y entre otras cosas, un ahorro en la gestión de los diferentes servicios municipales.

En ese sentido, Rivas-Vaciamadrid es una de las ciudades más avanzadas en el mundo, como acredita el hecho de que fue finalista en los premios Smart City Awards 2011 por detrás de la ciudad japonesa de Yokohama. Rivas-Vaciamadrid dedicó 8 millones de euros en 8 años a inversiones de este tipo (entre ellas 200 km. de fibra óptica) que ahora le permiten una gestión mucho más eficiente de sus servicios que se traducen en importantes ahorros y eso que de momento, el nivel de uso de dichas infraestructuras es del 20%.

Por eso cuando el alcalde de Guadalajara, Antonio Román, y su equipo de Gobierno del PP pretenden vincular el 'macrocontrato' con la puesta en marcha de una ciudad inteligente, una ciudad "smart", están engañando a sabiendas a los ciudadanos. Si no se ha llevado a cabo ninguna inversión relevante en las redes de comunicación, que es la base fundamental, no cabe duda de ello y se está utilizando el término "smarts cities" para vender otra cosa totalmente diferente: el macro contrato. La unificación de los servicios de limpieza viaria, recogida de residuos, alumbrado público, limpieza y mantenimiento de zonas verdes, semáforos, alquiler de bicicletas, desratización, y otros, no tiene nada que ver con las ciudades inteligentes, por mucho que diga toda la propaganda y por mucho que el alcalde se desgañite tratando de convencernos de lo contrario. No es más que un camelo.

El macro contrato obedece a unos intereses muy claros y es por eso precisamente por lo que el PP y el alcalde de Guadalajara recurren al camelo. Y ¿cuáles son esos intereses? Pues muy sencillo, los de las grandes empresas de este país, controladas por las grandes fortunas y la banca, que tras el estallido de la burbuja inmobiliaria han visto en las concesiones administrativas de los servicios públicos la forma de continuar haciendo negocio. De ahí que el PP haya iniciado la reforma local para centralizar los servicios de los pequeños ayuntamientos en las Diputaciones y de ahí que hayan intentado implantar este modelo de contrato en determinados Ayuntamientos, que supone un montante económico tan grande que solo unas pocas empresas puedan acceder a él, excluyendo de paso a empresas más pequeñas.

No estamos hablando pues de una cuestión local de Guadalajara, sino de una estrategia de partido, una estrategia del PP, en la que nuestra ciudad es simplemente un conejillo de indias y que al final, y gracias a nuestro recurso, se ha convertido en una china en el zapato. Unos días antes de la resolución del Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales (TACRC) el presidente de la FEMP pedía al Gobierno la modificación de la Ley de Contratos: blanco y en botella. Lo veía venir.

Por otra parte, si no estamos hablando de una cuestión local, resulta que el Alcalde de Guadalajara, Antonio Román y su equipo de Gobierno han puesto por delante de los intereses de nuestra ciudad la estrategia de su partido, el Partido Popular, un partido que por lo que se está sabiendo ahora de forma fehaciente, ha sido financiado irregularmente, directa o indirectamente, por empresas de este tipo, empresas que acaban exigiendo su parte del botín y el botín son los servicios públicos, en este caso los de los Ayuntamientos.

Decía el alcalde que con el 'macrocontrato' se permite una gestión integral de los servicios públicos, que esto permite el ahorro de recursos económicos y que esto a su vez repercutirá en los ciudadanos que soportarán menos impuestos. Habida cuenta de la experiencia que tenemos con las empresas que prestan los servicios municipales actualmente, que incumplen de forma sistemática sus contratos y que solo la presión de la oposición es capaz de forzar al Gobierno municipal a hacérselos cumplir, no creo yo que una empresa que controle los servicios municipales más importantes, que acabaría teniendo más poder real que los órganos políticos, a la larga resulte más barata. 

La experiencia nos dice que al final los terminará gestionando en función de sus propios intereses. Pero si el Alcalde piensa que agrupando los servicios municipales se podrían producir ahorros tan importantes, ahora que el Tribunal de Contratación le ha dicho que no se puede hacer como él quería, le invitamos a que los preste de una manera que sí le permite la legalidad actual, mediante gestión directa. Seguramente no tendría un fracaso tan estrepitoso como el del macro contrato y, además, tendría nuestro modesto apoyo si tomase esa decisión.

José Luis Maximiliano Romo

Concejal de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Guadalajara

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