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Quedan definitvamente desvinculadas del IPC

Claves de la reforma de Pensiones: una fórmula 'mágica' sacada de la chistera del IPC

Claves de la reforma de Pensiones: una fórmula 'mágica' sacada de la chistera del IPC

- El Gobierno se ciñe al mínimo: subirá las pensiones un 0,25% en 2014

martes 01 de octubre de 2013, 10:28h
El anteproyecto de ley de la futura reforma de pensiones aún puede sufrir algunos cambios antes de que esté en vigor. En los Presupuestos del año que viene el PP incluye una subida pírrica del 0,25% en la nómina de los pensionistas, que un año más perderá capacidad de compra al no subir en la misma proporción que los precios, que lo hacen en un 2%. Los responsables del Ministerio de Empleo mantienen una negociación con patronal y sindicatos. Y, en paralelo, la ministra Báñez presenta el texto este martes en el Parlamento
Para actualizar año a año las pensiones, el Ejecutivo ha propuesto una fórmula -con límites- que se basa en la salud de las cuentas de la Seguridad Social. Esto, según la ministra de Empleo, Fátima Báñez, introduce "certidumbre" para los pensionistas actuales y futuros.

La ecuación propuesta tiene en cuenta los ingresos y los gastos del sistema de pensiones y busca su equilibrio financiero. Para disminuir la volatilidad que este tipo de fórmula podría acarrear anualmente, los creadores de la ecuación (la docena de expertos que la Seguridad Social designó en primavera), propuso que se tuviera en cuenta tanto el año en curso como los cinco o seis ejercicios inmediatamente anteriores y posteriores, y que tendiera a corregir los posibles desequilibrios financieros.

La opción del Gobierno ha sido tomar los cinco años pasados y futuros, más el año en curso. Esta última parte, en sí misma, ya introduce un factor de discrecionalidad para el Ejecutivo de turno, ya que serán sus previsiones sobre ingresos las que se tomen para los cinco años futuros.

Pero hay otro elemento decisivo y que también da un gran margen de discrecionalidad: la velocidad a la que se tiene que corregir el equilibrio financiero y que de ser muy rápido puede suponer un resultado negativo de la ecuación. Esta, según un documento entregado a los agentes sociales, dependerá año a año de los presupuestos generales del Estado y no quedará fijado en la Ley General de la Seguridad Social, como pensó el grupo de expertos que emitió su informe en junio.

Con esta opción, la discrecionalidad del Gobierno aumenta y la previsibilidad y "certidumbre" desciende.

Si bien, a falta de cambios de última hora que, dada la mayoría absoluta parlamentaria del PP, no serán de calado, estas son algunas claves para entender qué ocurrirá con las pensiones del futuro tras la reforma:

¿A quiénes afectan los próximos cambios?


La reforma tiene dos novedades principales. La primera de ellas, consiste en un cambio en el sistema de revalorizar las cuantías de los nueve millones de pensiones existentes. Esto, por tanto, afecta a todos los pensionistas existentes y a los futuros. La segunda de las novedades es la creación de un factor de sostenibilidad, que ajustará la cuantía inicial de las futuras prestaciones de jubilación a la esperanza de vida. Este último cambio afectará a todas las nuevas pensiones que se den de alta a partir del 1 de enero de 2019. Las que ya se cobran y las que vayan dándose de alta hasta esa fecha no se verán recortadas por este ajuste.

Cómo se revalorizan las pensiones antes y después de la reforma.
Desde 1997, las pensiones se revalorizan anualmente según el dato del IPC de noviembre. Así, los pensionistas reciben cada mes de enero una paga única que les compensa la diferencia entre el aumento aplicado por la previsión de IPC del año anterior y el IPC real de noviembre. Y esa cantidad se incorporaba para siempre en las nóminas de los pensionistas. De hecho, el Gobierno calcula que el 27% de la nómina total del gasto en pensiones es atribuible a las sucesivas revalorizaciones anuales. Si el IPC de noviembre era inferior a la subida aplicada al inicio del año, los pensionistas no tenían que devolver la diferencia. Además, junto a esta actualización, las pensiones podían experimentar las subidas que cada Gobierno estimara oportunas, en función de las disposiciones presupuestarias.

Desde el próximo 1 de enero de 2014 cambiará este sistema de actualización de las pensiones, que pasarán a actualizarse con un nuevo índice de revalorización.

¿Qué es el nuevo índice de revalorización?

Este indicador fijará la cuantía en la que subirán cada año las pensiones a partir de ahora. Esta cuantía será el resultado de una compleja fórmula matemática que tendrá en cuenta los siguientes datos:

a) El importe de los ingresos y los gastos del sistema de Seguridad Social y su incremento o descenso anual en los cinco años anteriores, el ejercidio en curso, y las previsiones para los cinco posteriores. 
b) La tasa de variación anual del número de pensiones contributivas, calculado también con una media móvil de los cinco años anteriores, el año en curso y las previsiones de los cinco posteriores.
c) Evolución del efecto sustitución, que consiste en la variación interanual de la pensión media del sistema de cada año, antes de aplicarle la revalorización.
d) Velocidad de ajuste: es el número de años -fijado en tres o cuatro- en los que cada Gobierno puede trasladar el esfuerzo presupuestario, según haya déficit o superávit.

¿Podrán bajar las pensiones con el nuevo índice de revalorización?

No. Y tampoco podrán congelarse. Así, independientemente de cual sea este índice, la ley impone un suelo y un techo, con lo que todos los años, aunque el resultado de la fórmula dijera que se deben bajar las pensiones, tendrán que subirse como mínimo un 0,25%. Y si el indicador mandara subir más de ese porcentaje, la norma también pone un tope y las cuantías no podrán subir más del IPC de diciembre del año en cuestión, más un 0,25%.

Lo que sí puede ocurrir es que las pensiones se devalúen. Esto ocurrirá los años en los que el índice de revalorización resulte inferior al IPC de ese ejercicio y el Gobierno no decida agotar el margen de subida que le permite la ley.

¿En qué consiste el factor de sostenibilidad que se aplicará desde 2019?


Será un coeficiente que se aplicará en el momento de calcular la primera pensión de los nuevos jubilados a partir del 1 de enero de 2019. Este coeficiente se sumará a los parámetros ya existentes para calcular la pensión inicial (edad de jubilación, número de años cotizados, cantidad aportada etc.) y relacionará la cuantía de la prestación con la esperanza de vida del perceptor en el momento de cumplir los 67 años. Este factor se revisará cada cinco años en función de la evolución de la esperanza de vida cada lustro.

¿La aplicación del factor de sostenibilidad podrá recortar la cuantía de la pensión?

Sí. Según los cálculos elaborados por el grupo de expertos nombrado por el Gobierno para diseñar dicho factor, este tendrá un efecto gradual y muy lento. Pero en las actuales condiciones, las prestaciones podrían recortarse en el entorno de un 5% cada diez años.

No obstante, si la base media de cotización del sistema aumentara por encima del 5% en ese mismo periodo, la pensión real aumentará, en lugar de disminuir. "Hemos calculado que lo normal es que se produzca este aumento", ha asegurado el jefe de Estudios del BBVA, Rafael Domenech, miembro de este grupo de expertos.

¿Esta reforma garantiza que el sistema Seguridad Social no vaya a necesitar nuevos ajustes?
No. De ninguna manera. Otra de las conclusiones que pasaron más desapercibidas del informe de los expertos sobre las pensiones aseguraba que, si no se introducen nuevas reformas (que aumenten los ingresos y/o ajusten los gastos), el efecto del baby boom a partir de principios de la próxima década hará que "la pensión media del futuro sobre el salario medio disminuirá significativamente".

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