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Falsear la historia: el caso de Beatriz de Osorio

Falsear la historia: el caso de Beatriz de Osorio

miércoles 23 de octubre de 2013, 09:40h
En realidad, el asunto no tendría mayor importancia si no fuera porque la serie "Isabel" tiene una gran audiencia; es decir, que su seguimiento parece que conecta con algún registro en la memoria identitaria histórica. Algo que me parece bien para reconocer las luces y las sombras de esa memoria. Por eso la estoy siguiendo con interés, pese a que desde el principio haya tenido críticas en torno a su rigor histórico.

Ya conocen esas críticas: que si se enaltece la figura de Isabel en exceso, que si su imagen no es la corresponde a una mujer de rostro mucho más duro (ahí están los retratos), que debería evidenciarse que es varios años mayor que Fernando, que si la lucha dinástica respondía mucho más a las tensiones de la nobleza castellana que a otra  cosa, etc. Acepto varias de esas objeciones, pero la cuestión es saber si esta narración histórica supone o no un buen fresco del pasado. Las licencias literarias son entendibles en una obra de ficción. Aunque el punto es que para que sea verosímil debe desarrollarse dentro de ciertos límites. Como dice Santiago Posteguillo, la narrativa histórica, sea audiovisual o escrita, se puede permitir cualquier cosa excepto irrespetar por completo la historia, porque entonces se convierte en algo distinto. En todo caso, basta entrar en la web de Isabel para observar que la serie pretende mantenerse dentro de esos límites de respeto a los hechos históricos fundamentales.

Sin embargo, he notado que de vez en cuando las licencias son excesivas, sobre todo en relación con los personajes secundarios, lo que acaba teniendo efectos sobre la historia de Isabel y Fernando. Ya sucedió con el noble Pedro Girón, hermano de Juan Pacheco, que la serie convierte en un ser completamente pérfido, que acaba siendo envenenado por el hermano de una de las cientos de mujeres violadas por Girón. Me pareció un poco excesivo: es cierto que el Maestre de Calatrava no era precisamente un santo, pero el tosco caballero no se salía de los modos de la época y murió de una apendicitis (entonces dolencia fatal). Entonces me pregunté si la exageración era para dramatizar entre el bien y el mal o simplemente por ligereza historiográfica.

Ahora ha sucedido lo mismo con la figura de Beatriz de Osorio (que se llamaba en realidad Beatriz de Bobadilla y Osorio), sobrina de la Bobadilla amiga de Isabel. La serie presenta a esta joven como una mujer malísima, capaz de buscar la muerte de un bebé, envenenar a la reina y varias lindezas por el estilo. ¿La causa? Estaba teniendo un romance con el rey Fernando. Pues bien, esa narración es completamente falsa, al igual que los hechos que la acompañan. Veamos.

Los dos capítulos anteriores, que tratan de Beatriz, se refieren al final de los años setenta del siglo XV (1479 se menciona en el último). Sucede que en ese tiempo la vida de la joven era muy distinta a la que se muestra en la serie, como tampoco tenía ningún romance con el rey, porque la muchacha de 17 años estaba completamente enamorada de su "gran servidor", don Rodrigo Téllez Girón, precisamente el hijo de Pedro Girón (sólo seis años mayor que ella), Maestre de la Orden de Calatrava. Fue un romance tan encendido que pasó a las coplas de la época.  Sólo fue hasta 1482 que todo cambió con la trágica muerte de don Rodrigo en una refriega con los moros de Granada, cuando una saeta le atravesó la garganta. La desconsolada Beatriz se sumió en su duelo y fue entonces cuando el rey Fernando trató de consolarla. Tampoco hay confirmación de que lo consiguiera. Lo que se sabe es que en cuanto lo notó Isabel buscó cómo sacar de la Corte a Beatriz. Y lo hizo a como diera lugar (y no precisamente a instancias de Fernando). En ese momento estaba retenido allí Hernán Peraza, gobernador de la Gomera, respondiendo a la acusación de haber matado a otro conquistador de las Canarias, Juan Rejón, y la reina le propuso sobreseer su causa si se casaba con Beatriz y se la llevaba al fin del mundo (que eran entonces las Canarias, antes del primer viaje de Colón).

Cierto, Beatriz tampoco era una santa, pero ¿cuál es la necesidad de tergiversar tanto la vida de la joven Bobadilla y Osorio? ¿Por necesidades del guión dramático? El problema más grave es que cuando uno va a la página de Isabel esperando encontrar una explicación de esta gran licencia, encuentra que su asesoría histórica asegura que la figura de Beatriz que se muestra se ajusta en general a la historia. Es decir, parece que se trata más bien de una debilidad notable de información básica. Porque tampoco es que sea necesario hacer una profunda investigación para conocer estos hechos.
Insisto, no se trata de trata de disparar contra la serie desde el terror académico. Si la producción señalara que está haciendo una ficción más allá de los hechos históricos cada uno sabría a qué atenerse. Como sucede con Águila Roja, por ejemplo. Pero si asegura que respeta los hechos en lo fundamental entonces no parecen correctos estos excesos que falsean la historia. Al fin y al cabo se trata de un medio público que debería tener especial cuidado en no desinformar a la ciudadanía. Tampoco sobre los hechos pretéritos. 
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