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El presidente francés fue ovacionado en el Congreso de EEUU

Sarkozy defiende endurecer las sanciones contra Irán

jueves 08 de noviembre de 2007, 03:25h

Nicolás Sarkozy concluyó este miércoles una visita de 26 horas a la capital estadounidense, donde apoyó la estrategia de Bush contra Irán y reavivó los sentimientos de amistad entre Francia y Estados Unidos.

El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, coincidió este miércoles con su homólogo estadounidense, George W. Bush, en la necesidad de que Irán abandone su programa nuclear, y se mostró partidario de imponer sanciones más duras para conseguirlo.

"Creo en la efectividad de las sanciones, de las sanciones endurecidas", afirmó desde Mount Vernon, donde dio una conferencia de prensa junto al mandatario de Estados Unidos.

El presidente Bush, por su lado, insistió en la necesidad de seguir avanzando por la vía diplomática para convencer a Irán de que "tiene un futuro brillante, pero tiene que abandonar el programa nuclear, por el bien de la paz", aseguró.

"Tener armas nucleares es peligroso y ahora debemos trabajar por la vía diplomática para resolver este problema", añadió.

Sarkozy, en su discurso ante el Congreso estadounidense, destacó este miércoles el tema iraní como uno de los muchos frente en los que las dos naciones trabajan hombro con hombro, con unidad de criterio.

Según dijo ante los legisladores, "los iraníes son un pueblo grande, pero es inaceptable que su Gobierno siga con su plan nuclear".

"Debemos forzar a Irán a que abandone sus planes nucleares, y opte por la apertura, la cooperación y el diálogo".

El presidente francés realizó este martes y miércoles una visita de 26 horas a Washington. El miércoles Sarkozy logró poner en pie al Congreso estadounidense con su defensa de la vieja amistad entre los dos países que, según dijo, sigue viva y más fuerte que nunca, pese a los "momentos difíciles" vividos recientemente.

"Francia es amiga de los Estados Unidos. Siempre lo ha sido y lo será. Incluso en los momentos complicados, de desacuerdos, hemos trabajado codo a codo", dijo Sarkozy, quien reconoció que esta afirmación ha sido siempre difícil de pronunciar para un presidente francés.

Con estas frases, que fueron ovacionadas varias veces por los legisladores, el presidente galo pasó página a la difícil etapa que vivieron los dos países por la guerra de Irak, y que se intensificó por la falta de sintonía entre su predecesor, Jacques Chirac, y George W. Bush.

Sarkozy ha abierto con su visita, por tanto, un nuevo capítulo en las relaciones entre los dos países, mucho más amigable e intenso, como lo fueron en otros momentos claves de la historia, como la II Guerra Mundial, o la Guerra de Independencia estadounidense.

El discurso del presidente francés tuvo muchas referencias históricas, pero ninguna al conflicto de Irak, aunque sí estuvo presente cuando habló de los momentos difíciles que han atravesado las relaciones de los dos países.

El presidente relató los intereses comunes que mantienen ambos países en el panorama internacional, como es el intento de que Irán abandone su programa nuclear, que Kosovo logre la independencia de Serbia, y que Israel y los palestinos alcancen la paz.

También habló de la guerra de Afganistán, en la que Francia entró aleccionada por el horror que supusieron los atentados del 11 de septiembre del 2001, fecha en la que, dijo, "toda Francia se sintió como Estados Unidos".

El martes, el presidente Bush ofreció una cena de gala en honor del mandatario francés. En el brindis, Bush tampoco mencionó las dificultades que surgieron con la invasión de Irak, sino que prefirió hablar también de la colaboración futura entre las dos naciones.

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