El pueblo ucraniano estalla contra un régimen que le corta el acceso a la Unión Europea y al progreso

Las protestas derivaron en disturbios que, según informan las agencias, se saldaron con 120 policías y 112 manifestantes heridos. Los manifestantes reclamaron la dimisión de Yanukovich, que reunió a su Gobierno para analizar la situación creada en el país tras el estallido de violencia y estudiar la posibilidad de decretar el estado de excepción.

La Plaza de la Independencia de Kiev, símbolo de la Revolución Naranja de 2004, fue el principal escenario de los altercados. Los manifestantes se atrincheraron en torno al gigantesco árbol de Navidad, cuya instalación fue utilizada de excusa por las autoridades para desalojar a los opositores el sábado. Grupos violentos se enfrentaron al cordón policial que protegía la sede de la Presidencia. El otro escenario de las protestas fue el Ayuntamiento de la capital ucraniana, que acabó siendo ocupado por los manifestantes.

El presidente Yanukovich insistió ayer en que el acercamiento de Ucrania a la UE debe hacerse como "socios igualitarios". "Haré todo lo que dependa de mí para acelerar el proceso de acercamiento de Ucrania a la UE, sin permitir para ello grandes pérdidas para nuestra economía ni el empeoramiento de las condiciones de vida de nuestros ciudadanos", señaló en un mensaje dirigido a la nación con motivo del aniversario del referéndum en que se decidió la independencia de la URSS.

Por su parte, el líder del principal partido de la oposición, Vitali Klichkó, insistió en reclamar la dimisión de Yanukovich por haber "robado" a los ucranianos el sueño europeo. Y aunque llamó a la calma a los militantes de su formación, aseguró que las movilizaciones continuarán hasta que se cumplan sus demandas.