Laura y José Antonio presentan Coto Pelayo: "una solución global para las exportaciones de bodegas pequeñas y medianas"

Los dos tienen una amplia experiencia profesional antes de lanzarse a la piscina del emprendimiento. Laura, nacida en Valladolid, es licenciada en Publicidad y RRPP, diplomada en Empresariales, tiene un Máster en Comercio Internacional y un postgrado Experto en Estudios Asiáticos, además es Sumiller y, como guinda, habla cuatro idiomas, inglés, alemán, francés e italiano. Empezó a trabajar a los 16 años, junto a su padre, en Transportes de Vehiculos Boada, empresa de logística internacional de coches. Posteriormente trabajó un año como consultora junior de comercio internacional en Agerón Internacional. Tras esta experiencia, estuvo en Miguelañez S.A. dedicada al mundo de la confitería, donde fue Responsable de Comercio Internacional durante 5 años.  José Antonio, nacido en Mérida, es un gran experto en el mundo del vino, siendo parte de la FIJEV, Federación Internacional de Periodistas y Escritores del Vino, jurado en multitud de concursos internacionales de vinos y escritor. También es especialista en análisis sensorial de vino. Ha trabajado durante 40 años como Director de Exportación de Bodegas Fariña, compatibilizándolo con su actividad profesional como consultor internacional en comercialización de vino. Actualmente está en el final de su trayectoria profesional, pero continúa en activo. Su intención es jubilarse en los próximos meses y su idea era dar continuidad a toda su labor trasmitiendo sus conocimientos a una persona joven, de confianza, con interés y ganas de trabajar. Además es bilingüe de francés y se ha educado en Burdeos.

La semilla de Coto Pelayo comenzó a formarse cuando, en 2010, Laura y José Antonio coincidieron en su colaboración para la exportación de los vinos de Bodegas Viyuela, propiedad de la familia de ella. Los dos conectaron inmediatamente y con el paso del tiempo fueron desarrollando la idea del proyecto. Para el verano de 2011 comenzaron  a preparar la empresa. José Antonio Mijares localizó el local donde comenzarían, con zona de almacenaje, clientes y todo lo necesario para empezar. Aun así se llevó una sorpresa cuando Laura se presentó en su oficina para decirle que había dejado su trabajo, José Antonio la avisó de los riesgos que conllevaba dejar un trabajo indefinido y bien pagado para comenzar un proyecto nuevo en los tiempos que corrían. Pero, como bien dice Laura, era una situación de "ahora o nunca". Y como buena emprendedora decidió que era AHORA.

Una asociación de bodegas

Aprovechando su experiencia en la bodega familiar, Laura conocía de primera mano todas las dificultades con las que se encuentra la pequeña bodega a la hora de exportar. Los tremendos costes de los viajes, difíciles de asumir por los productores que comienzan, ya que suponen grandes inversiones. También sabía lo caro que sale contratar a una persona que se encargue del área comercial, por lo que pensó que para Bodegas Viyuela sería bueno contar con una asociación con otras bodegas similares pero que ofrezcan vinos muy diferentes. A esto se añadió la amplia experiencia de José Antono en el sector y nació Coto Pelayo.

Se trata de una asociación de bodegas exportadoras, donde el papel que se asume es el de director de exportación de cada una de esas bodegas. Se concibió así para poder dar servicio a pequeñas empresas que no disponen de un departamento de exportación, ni de personal especializado o que hable idiomas. Supone una reducción de costes para las bodegas, al ser de un coste muy inferior al de un departamento de exportación y además comparten los costes de viajes con otras bodegas con las que no tienen competencia. Lo que ofrecen es un servicio, tratando de unir a productores con compradores, sobre todo a nivel internacional, tratando de ayudar a la bodega a aumentar sus ventas al menor coste posible y a los importadores a tener vinos singulares, diferentes, de producciones familiares, teniendo un amplio surtido de vinos que puedan agrupar y reducir costes de transporte.

Además realizan eventos internacionales, con la preciada colaboración de la hermana de José Antonio, la prestigiosa enóloga Isabel Mijares, que posteriormente se unió a la sociedad y que es Presidenta de la Asociación de Prensa Española del Vino y Vicepresidenta de la FIJEV. Como bien remarca Laura, Coto Pelayo es "una solución global para las exportaciones de bodegas pequeñas y medianas". Y puede que no se equivoque, ahora mismo las expectativas son muy buenas. En poco tiempo esperan contratar personal para poder hacer más eventos y crecer más. La previsión es buena, con muchos proyectos a la vista para 2014. En este año han desarrollado proyectos en India, México, Venezuela, Alemania, Suiza, China, Singapur, Japón, Reino Unido, Polonia, Cuba, Colombia, Costa Rica, Brasil... y el año próximo esperan dar continuidad a todas estos proyectos y desarrollar más.

Eso sí, consejo a los nuevos emprendedores, no todo ha sido un camino de rosas. Laura se queja de falta de ayuda, tanto institucional como a la hora de ofrecer ayudas por emprendimiento. Además se hace eco de la lentitud en la administración, a la hora de poner en marcha su empresa. Eso sí, Laura es optimista por naturaleza y recomienda a los nuevos emprendedores que, una vez bien analizada la viabilidad de la idea, se lancen a llevarla a cabo. Sobre todo por como enorgullece ver los propios logros. Y es que, como muy bien remarca nuestra protagonista, "si no nos lanzamos a la piscina los emprendedores... este país se va al carajo".

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Laura Gonzalez ([email protected])

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