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Sin flor en el trasero, ni falta que nos hace

Sin flor en el trasero, ni falta que nos hace

viernes 06 de diciembre de 2013, 19:07h
No se cumplió la frase de Serrat en una de sus canciones magistrales de que "De vez en cuando la vida, te besa en la boca". Más bien fue en el trasero, pero en el caso de Vicente del Bosque sin flor, como si tenía en semejante lugar su antecesor Luis Aragonés, siempre aliado con la diosa Fortuna en los sorteos. Pero da igual. Ya pasaron los tiempos en que España, cuando no estaba aún bautizada con el apelativo de La Roja, temblaba y especulaba mientras los traviesos hados del destino hacían caer las bolitas, y también lo hacía después en las canchas. Porque, ausente de juego y de estilo que no fuera la afortunadamente ya olvidada furia anterior, el asustadizo e inseguro conjunto hispano siempre quedaba al merced de los rivales y de las carambolas clasificatorias posteriores. 

Ahora, desde el milagro del 'sabio de Hortaleza' y su arriesgada apuesta por los 'locos bajitos', por los magos del balón en el medio campo, por los jugones en la Eurocopa de 2008, la ya conocida como La Roja no tiene ni debe tener miedo a nadie. Al revés, son los contrarios los que rezan para que sus jefes del banquillo posean esa flor en ese sitio en los sorteos, para que la vida les bese en la boca y eludan a la selección, al menos a priori en los primeros compases. 

Naturalmente que ahora las bolitas podían haber sido más cariñosas con España, que no sólo afrontará un grupo complicado.Con la morbosa anécdota también complicada de que el primer encuentro sea contra la Orange, o sea la repetición de la finalísima de Sudáfrica, a lo que hay que añadir el magnífico equipo chileno -que era el de este continente americano -que encabeza una estrella planetaria como el azulgrana Alexis, en plena forma- el que menos quería Del Bosque, pero al no tener flor ahí, pues nos tocó. Eso sí, el otro rival sí que pertenece a los parias futboleros como es Australia, que no contará en la encarnizada lucha del resto para meterse en octavos, lo que sólo alcanzarán dos. 

Y, con otro añadido, en este cruce de octavos puede aparecer Brasil, enclavado en el grupo A, cuyos dos primeros clasificados se medirán al nuestro, lo que ya sería el colmo de la negación de la flor. En cualquier caso, aunque ya iremos analizando más en profundidad el grupo y los rivales, nada hay que temer, que ya pasaron los malos tiempos. Somos los dobles campeones de Europa de forma consecutiva y los actuales defensores del título mundial, una trilogía consecutiva que jamás equipo alguno alcanzó. Y, más: somos el modelo que intentan seguir todos los equipos. 
Por tanto, de cara a esta inicial fase que es la de grupos, ni flor, ni boca, ni traviesos hados ni nada: si La Roja está en su nivel, que es lo único que debe ocuparnos y preocuparnos, no habrá problemas para seguir adelante defendiendo el tíutlo planetario y aspirando a otro récord sin batir: ganar dos mundiales seguidos.
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