martes 24 de diciembre de 2013, 12:45h
El día de Nochebuena, parece el
más adecuado, para tratar el tema de la ambición personal, el
ascenso en la escalera de la vida, y el descenso, que trae consigo la
jubilación, asociadas a la trayectoria vital, de alguien como yo
nacido en 1941, en plena posguerra, y todavía con ánimos para
seguir luchando por una trayectoria vitalista, de la que me auguran
todavía más de una década, por la actual esperanza de vida en
España.
Hablo de una escalera, porque fui
muy amigo de Antonio Buero Vallejo, en los tardíos años 68 a 70,
cuando yo y mi esposa, todavía muy jóvenes teníamos unas cenas
conjuntas, en casa de Alfonso Alvarez Villar catedrático de
Psicología, en Torres Blancas (más bien grises), con la
participación de la mujer de Antonio, Victoria, el pediatra Garrido
Lestache y Luis Gonzalez Seara y su primera mujer, él, a la sazón
director del Instituto de la opinión pública, en el que yo
trabajaba además de la Facultad de Psicologia. Lo importante era lo
que veíamos en Antonio Buero, represaliado del Franquismo y autor de
la Historia de una Escalera, obra de teatro que nos apresuramos a ver
y con la que en 1949 había obtenido el premio Lope de Vega, obra
donde se analiza la sociedad española con todas sus injusticias,
mentiras y violencias.
La frustración, el desasosiego,
la impotencia de una clase trabajadora que no logra salir adelante
aunque haga todos los esfuerzos para ello. Aunque también
encontramos personajes y sobre todo la escalera que encarnan la
demagogia y la inmovilidad del sistema, el decir que se va a hacer
todo por avanzar pero quedarse en el mismo punto de partida, sin dar
ninguna salida a la gran mayoría de la población. En la escalera
del edificio encontramos, así como en la sociedad de posguerra, una
mayor parte de personas que viven sin ninguna proyección hacia el
futuro debido a la imposibilidad económica, y una familia
minoritaria que encarna esa mínima parte de la sociedad que tiene
los medios para progresar. La obra ocurre a lo largo de treinta años
y podríamos pensar que es la misma época de posguerra en la que
escribe esta historia el autor tras salir de la cárcel en 1946, es
una época en que España se encuentra devastada tras la Guerra Civil
y el principio de Autarquía económica que impone Franco, así vemos
que la mayoría de los protagonistas tienen dificultades económicas
y una minoría logra continuar con una vida más holgada.
El tiempo transcurre, con
grandes saltos hacia delante, hacia el futuro, hay una diferencia de
10 años en el segundo acto y 20 años más en el tercero. ¿Cómo no
me iba a sentir identificado, con la historia?, tanto entonces como
hoy, pues en el fondo era un emigrante intelectual, huido del
provincianismo mallorquín y de la falta de oportunidades, excepto en
el turismo, con la intención de luchar por subir esa escalera, no
solo económica sino social, cultural e intelectual. Hoy cuando
vuelvo la vista atrás, y contemplo, la enorme cantidad de cosas que
he hecho en la vida y cuando empiezo a preocuparme por la decadencia,
es cuando me doy cuenta de que debo exigirme todavía más para no
descender peldaño a peldaño, la satisfacción de lo
alcanzado.Naturalmente, no me refiero a lo económico, pues es
evidente que ya no soy ni empresario ni inversor, pero si en la
posibilidad de hacerlo en una distinta rama del saber como es la
literatura. No me refiero a los libros, pues he escrito a cientos, ni
a los artículos que han sido miles, sino a la ficción que es el
escalón que me falta, para subir la escalera.
Sería simplemente egoísta, no
preocuparme más que por mí mismo, pero me preocupa que en la
escalera de la vida, mi país España, haya ascendido con mucha
fortuna, hasta 2007 y que desde entonces los peldaños se hayan
vuelto del revés, y hayamos iniciado un descenso hacia el abismo,
del que vamos trampeando, a través de la deuda, y de la exacción
expropiatoria de impuestos crecientes.
Probablemente los treinta años
de Buero, ya que la necesidad aprieta, fueron el boomerang que nos
relanzó al futuro. Primero fue el plan de estabilización, también
llamado de desarrollo, que liberalizando las estructuras económicas,
permitió la llegada de capitales extranjeros y del turismo, hasta
nuestro ingreso en la comunidad europea en 1985, que nos regalo el
plan Marshall, del que carecimos en la post guerra mundial, y que ha
aportado gratis, más de cien mil millones de euros. La pregunta es
si además de esforzarnos como pueblo, ¿no habremos derrochado los
recursos que hemos utilizado?.
Habría que ver como vamos
descendido en PIB, sistemáticamente desde 2008. España ha acumulado
décadas de desarrollo apenas interrumpido, multiplicando su
capacidad de producir riqueza y (con matices) nuestro bienestar
material. Esa capacidad acumulada, nos sirve de amortiguador frente a
la crisis, porque sufrir una contracción del diez por ciento no
tienen el mismo efecto sobre el bienestar en una economía de 20.000
dólares/capita que en una de 3.000 dólares/capita. Como ejemplo el
PIB se contrajo un 0,7% en el cuarto trimestre de 2012 y cae un 1,4%
tras cerrar el año con el peor trimestre desde 2009. España
enfrente la peor recesión desde la postguerra, y que nuestra
economía vaya a retrotraerse cinco o diez años, quizás incluso
más. Un retroceso que está teniendo consecuencias graves y que hay
que combatir, pero sin olvidar que, aunque retrocediese al nivel de
2002, nuestro PIB será aún superior al que tuvimos en cualquier
momento anterior de nuestra historia. También el endeudamiento que
es de cerca de 4 veces el PIB (incluyendo el privado) y que después
de destruir casi millón, y medio de empresas, y seis millones de
empleos, hace casi imposible su devolución. Solo entre 2008 y 2011
desaparecieron 616 mil empresarios, escaldados con los pagos de
indemnizaciones, y la pérdida aunque fuera parcial, de sus
patrimonios, también ocurren paradojas, como es el hecho de que el
número de millonarios con fortunas superiores al millón de dólares
creció un 13% en 2012. La Verdad, es que estamos nadando, en medio
de un mar de dinero, pero que no es exactamente nuestro, pero está
aquí, con lo que la pobreza se extiende en aquellas capas de
población, que no ahorraron, que están en el paro, y que durante
bastante tiempo creyeron que esto era Jauja, y que no siendo
previsores, gastaron sus indemnizaciones y el paro, que parecía que
nunca se fuera a acabar( mucha culpa es de los sindicatos y de la
legislación laboral, que hacia preferir el cierre de las empresas, a
su mantenimiento con menos salario o indemnización,. Ahora ya no
tiene remedio, las empresas han muerto), o no pudiendo serlo, ahora
se ven abocados a la mendicidad, el salario de emergencia o los
comedores sociales. Por el contrario otros sectores, especialmente
clases medias y altas, mantienen o incluso mejoran, aunque en ellas
se ceba Hacienda, ya no solo cobrando impuestos más altos, IBI, IVA,
IRPF, sino con una campaña, por ejemplo de denegar derechos a
desgravaciones por perdidas patrimoniales, a las declaraciones de
2010-11 y 12, con pretextos legales, a los que hay que recurrir ante
los tribunales o pagando o avalando la deuda, lo que es una autentica
exacción y un abuso.
Todo ello sin haberle visto la cara
a un inspector, y no aceptando ningún tipo de alegaciones. Hay que
añadir a ello, también como ejemplo, que después de haber ganado
un pleito al ayuntamiento de Madrid, este me ha devuelto el aval
previo, pero no el dinero que pagué, por el año siguiente, y encima
me sigue pasando recibos por esa tasa, como si no hubiera ganado el
pleito. ESTADO LEVIATAN, DEVORADOR DE AHORRADORES. Encima, se queda
con dinero de la Lotería. MENUDO TIMO. Alegría aparente y cava,
pura demagogia,! le ha tocado a sectores deprimidos o en paro,
Leganés, Mondragón, Canarias etc.!Hemos llegado, a un tramo menos
de escalera.
*BERNARDO RABASSA ASENJO
PRESIDENTE DE CLUBS Y
FUNDACIONES LIBERALES. COMMODORE
OF IBERIA OF IYFR. MIEMBRO ASOCIADO
DE ALIANZA LIBERAL EUROPEA (ALDE), PREMIO 1812
PREMIO CIUDADANO
EUROPEO 2013 DE FORO EUROPA 2001
Presidente de clubs y fundaciones liberales. Miembro asociado de Alianza Liberal Europea (ALDE). Premio 1812 (2008). Premio Ciudadano Europeo 2013. Medalla al Mérito Cultural 2015. Psicólogo social. Embajador de Tabarnia. Presidente del partido político constitucionalista Despierta.
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