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CiU nunca creyó que fuera capaz de recaudar suficiente en Cataluña

Cuando Pujol le dijo a Garaikoetxea que Cataluña no quería un concierto como el vasco o el navarro

Cuando Pujol le dijo a Garaikoetxea que Cataluña no quería un concierto como el vasco o el navarro

jueves 26 de diciembre de 2013, 11:17h
En 1978, los nacionalistas Carlos Garaikoetxea y Jordi Pujol mantuvieron una reunión en la que Garaikoetxea le planteó a Pujol que Cataluña también podía reivindicar un Concierto o cupo tal y como iban a obtener Navarra y Euskadi. Garaikoetxea le informó detenidamente a Pujol de las excelencias de ese trato preferencial, pero Pujol desechó tal fórmula por no considerarla conveniente para Cataluña. Luego, muchos años después, eso mismo es lo que reivindicó Artur Mas frente a Mariano Rajoy.
Según ha sabido Diariocrítico de fuentes del PNV, la reunión entre Carlos Garaikoetxea y Jordi Pujol se celebró en 1978 en la sede del Partido Nacionalista Vasco en Bilbao. Garaikoetxea presidía entonces el Euskadi Buru Batzar del PNV, y le faltaba un año para ser nombrado segundo y último presidente del órgano preautonómico del País Vasco, el Consejo General Vasco, antes de acceder a la Lehendakaritza en 1980.

Por su parte, Pujol era ya la máxima figura del nacionalismo burgués catalán, liderando Convergencia Democrática de Catalunya (CDC), partido que, con su posterior alianza con Unió Democrática, daría lugar a CiU, la coalición que ha gobernado casi siempre en Cataluña -salvo la etapa del tripartit-.

Pero en ese año conspiratorio de 1978, Pujol había viajado a Euskadi para estrechar los lazos de amistad con el PNV, partido histórico con el que los convergentes catalanes veían muy conveniente formar un frente común en los acalorados debates que se estaban celebrando en el Congreso de los Diputados, en Madrid, para elaborar la Constitución Española.
Se discutía especialmente por esas fechas el Título VIII de la Carta Magna, fundamental para la descentralización de España y para dar paso al régimen autonómico, y vascos y catalanes, representados en el Congreso pero con escasa fuerza parlamentaria, veían conveniente unir sus fuerzas para salir del 'café para todos' preconizado por el Gobierno de UCD.

Eran los tiempos en que Manuel Clavero Arévalo estaba forzando la cuestión andaluza al límite para que Andalucía no fuera menos que Euskadi o Cataluña, pero también era el momento en el que Miquel Roca, ponente constitucional de la Minoría Catalana, había logrado el éxito táctico de introducir el término "nacionalidades" en el controvertido artículo dos de la Constitución.

      [Artículo 2. "La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas"].

Dispersión de fuerzas nacionalistas

Hay que tener en cuenta que en junio de 1977, con las primeras elecciones democráticas tras la muerte de Franco, las fuerzas nacionalistas en Cataluña estaban un tanto dispersas. Por un lado, la mayoritaria Coalición Electoral Pacte Democratic per Catalunya (PDPC) había conseguido 514.647 votos (un 2,81% del total nacional) y 11 diputados.

A una política de frente común catalán se podría unir acaso -aunque con muchísimas reticencias- uno de los dos diputados obtenidos por la Unio del Centre i la Democracia Cristiana de Catalunya (UDC-IDCC), que se hallaba entonces más en la órbita de UCD y que había obtenido 172.791 votos (el 0,94% del total). En último extremo, para ese frente común se podía unir también la Coalición Electoral Esquerra de Cataluña (EC-FED), que representaba 143.954 votos (el 0,79% de total) y que había conseguido un escaño en el Congreso.

En Euskadi había, acaso, menos dispersión: al histórico Euzko Alderdi Jeltzalea-Partido Nacionalista Vasco (EAJ-PNV) le habían votado 96.193 electores (el 1,62% del total) que le habían dado 8 escaños. Y para un frente nacionalista vasco podría contar en último extremo con el diputado obtenido por Euskadiko Ezkerra (EE), a la que habían votado 61.417 vascos (el 0,34%).

En total, sin embargo, la fuerza de nacionalistas vascos y catalanes en el Congreso resultaba exigua: un total de 23 diputados en conjunto y en condiciones óptimas, frente a los restantes 327 que quedaban en el Congreso. Por eso, no se trataba tanto de números, como de fuerza política y de presión, lo cual era el objeto de la visita que Jordi Pujol libró a Carlos Garaikoetxea en Bilbao.

Los conciertos vasco y navarro y el 'hecho diferencial' catalán

Según han reconocido a Diariocrítico fuentes del PNV, en esa reunión se habló de la descentralización de España y el Estado autonómico que se apuntaba en el Título VIII de la Constitución que se estaba discutiendo en el Congreso de los Diputados. Catalanes y vascos rechazaban la idea del 'café para todos' que quería extender el Gobierno de Adolfo Suárez merced a la influencia fundamental de Manuel Clavero Arévalo.

Clavero Arévalo (Sevilla, 1926) se había integrado en la gobernante Unión de Centro Democrático (UCD) siendo presidente del PSLA (Partido Social Liberal Andaluz, de ámbito regionalista y centrista andaluz, fundado en 1977 y dirigido por el propio Clavero y por Antonio José Delgado de Jesús). Pero Clavero había sido además profesor de Adolfo Suárez y de Felipe González y era en ese momento Ministro Adjunto para las Regiones.

Pujol quería reivindicar el 'hecho diferencial' catalán y precisaba de la ayuda de los vascos. Entonces, Garaikoetxea le propuso que exigiera en el Congreso una fórmula similar al cupo o concierto que vascos y navarros estaban negociando en la nueva Constitución, y que el PNV le apoyaría en tal petición.

Grosso modo, se trataba de que Pujol pactara con el Estado un cupo que debería pagar a la Hacienda estatal y la propia comunidad se comprometía a recaudar entre sus habitantes. Pero Pujol rechazó la idea, porque, según los citados medios, no estaba seguro que en Cataluña fuera capaz de recaudar todo lo necesario. La idea, por tanto, no prosperó y el 'café para todos' se extendió, aunque con las peculiaridades que establecen los artículos 143 (para la Vía Lenta) y 151 (Vía Especial para Cataluña, Galicia y el País Vasco, y luego también para Andalucía).

Ahora, cuando el molt honorable president Artur Mas reivindicó frente a Mariano Rajoy más dinero para Cataluña y un trato al menos tan especial como Euskadi o Navarra, algunos han recordado esta historia que nunca había visto la luz hasta ahora.
 
 
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