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En nuestro entorno

En nuestro entorno

domingo 05 de enero de 2014, 16:14h

Los españoles tenemos la manía, no se si por algo genético o porque somos así de imbéciles, de vivir pendientes de lo que hace nuestro más cercano congénere. Lo mismo da que sea el vecino de la puerta de al lado, que cualquier habitante de los que llamamos países de nuestro entorno. A veces damos la sensación, en general, de no ser capaces de valorarnos nosotros mismos y, necesitamos del compromiso o la comparativa constante para encontrar redimirnos en aquellas cosas que hacemos mal o que incluso no somos capaces de hacer -no tenemos el mismo salario, ni las mismas ofertas laborales, ni la misma tenacidad política- por no entrar en detalles minuciosos.

Todo esto que pongo en la balanza como algo negativo, nos pasa factura diariamente en nuestro comportamiento; el nuestro, individualmente, el colectivo y, sobre todo, de quien malamente nos gobierna. Probablemente un sociólogo tendría más argumentos y motivos para justificar lo que yo me atrevo a exponer, pero lo saco a colación en este escrito, por ser la palabra más usada en los últimos días: esto no podría pasar en países de nuestro entorno.

Me refiero a la demostración de poder, chulería e hijoputez, de los llamados ex presos vascos, amparada, consentida, pactada e ilustrada por los también llamados poderes públicos, que poco poder deben tener cuando consienten que los asesinos se rían de las víctimas -que somos todos- a sus anchas. Claro que eso en un país de nuestro entorno no sucedería, por supuesto que no, porque para consentirlo se debe tener un gobierno débil, una sociedad dormida, una justicia con los dos ojos tapados y una desidia por todo lo que es español descomunal.

Lo que ha sucedido estos días pasados en Durango -no sólo el día de marras- es más de lo mismo, a lo que ETA y sus sucedáneos nos tienen acostumbrados, mensajes ambiguos, risas, mofa, insultos, desprecio absoluto a la vida humana y el recochineo de sus asesinos antes las victimas con la prensa de testigos, una prensa que, a veces, se torna cómplice de unas actitudes que dejan mucho que desear en la labor de un informador y no se atreve a conformar una noticia.

Somos débiles, lo somos desde la más mínima estructura sociológica, desde el más mínimo gesto de compromiso con nosotros mismos y con quienes nos rodean, pero sobretodo, somos débiles como ciudadanos, como pueblo, como nación -si es que de eso sigue quedando- y en líneas generales, somos el país más débil de nuestro entorno.  Probablemente sea culpa de la mezcla de razas que hemos sufrido a lo largo de la historia y que nos priva de una genética común, o puede que simplemente andemos escasos de líderes, o mejor dicho, de pastores en este país de borregos.

Cada vez que ocurre una noticia de este calado solemos recurrir a sucesos acaecidos en Alemania, Francia o Italia, como ejemplo de países fuertes frente al terrorismo o la secesión, pero en este que nos ha tocado vivir, a todo le damos una importancia exagerada y nos llenamos de sensacionalismo con cualquier chuminada. Es preocupante que sea noticia la carta que un presidente de una comunidad autónoma manda a los líderes de otros países, que por cierto ni caso le han hecho, y no sea noticia lo que de verdad nos afecta, como el paro o la corrupción, es preocupante que vivamos pendientes de las "estrellas" televisivas del momento o  de otras sandeces, dejándonos ese amargo sabor de que somos un pueblo que no tiene solución.

Miremos a los países de nuestro entorno,  seguro que no vamos a estar peor, pero miremos para aplicarnos el cuento y aprender de ellos, no para que nos coma la envidia, el desanimo o en todo caso el despropósito. Aprendamos como han tratado ellos a sus terroristas, asesinos y demás canalla, aprendamos por dónde se pasan muchas decisiones judiciales de tribunales que no entienden de problemas internos, aprendamos cómo hacen de su capa un sayo cuando les viene en gana, pero sobre todo, aprendamos a ser nosotros mismos sin tener que vivir pendientes de los países de nuestro entorno.

***Ismael Álvarez de Toledo

Periodista y escritor

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