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'Me hundí con Lehman y me encerré a programar un robot inversor'

"Me hundí con Lehman y me encerré a programar un robot inversor"

martes 07 de enero de 2014, 08:35h
El control del riesgo en FOREX se llama "YukaPlus". Un conocido le invitó a un cigarrillo delante de la Bolsa de Barcelona. "Y terminé quedándome". Así entró Carlos Romero (Barcelona, 1970) en el sector. Antes de ser trader, trabajaba en una gestoría de patrimonios inmobiliarios preparando estudios de viabilidad para inversores. Romero es matemático, pero hasta el estallido de la crisis no se había tenido que exprimir sus conocimientos hasta el límite de su mente. Todo iba bien.

Romero trabajaba como trader, pero el día que Lehman Brothers se fue al garete cambió su vida. "Como tenía todo estructurado con mi propio negocio, me enganché, como todos, y aunque todo el capital era de inversores, tuvimos que cerrar. Fue un paso muy duro", explica. Como primera reacción ante el hachazo, decidió olvidarse para siempre del mercado de valores.

A partir de entonces, sólo invertiría en el mercado de divisas (Forex), donde nunca se pone el sol. "Lo más importante del forex, es que no puedes tener gaps durante la semana, lo que te permite un rápida reacción y tiene una profundidad de mercado enorme, estamos hablando de unos cuatro trillones de dólares negociados diariamente". Además, Romero decidió poner toda la carne en el asador. Se propuso diseñar su propio robot inversor con el objetivo de reinventarse, de asegurar su futuro. Acaba de terminarlo en el 2013: se llama YukaPlus, aunque él se refiere a él como "el bicho". Y funciona.

Cuatro años de trabajo

Durante cuatro años, a partir de la hora del cierre del mercado, Romero volvía a casa. No para descansar. En los días laborables, trabajaba en el software hasta las dos de la mañana, y los fines de semana le dedicaba catorce horas al día. "Tengo compañeros que trabajan sobre este tema, pero lo importante es llegar a los resultados. Yo hice miles y miles de pruebas, y en muchos casos funcionaban durante uno o dos años, pero después el modelo se venía abajo. Lo difícil es encontrar un robot sostenible".

Según parece, lo ha encontrado, aunque Romero no vende su "bicho" como si se tratase de la piedra filosofal. Si fuese así, estaría mintiendo. Además, en el gremio hay más de un gato encerrado. "Dentro del sector que trabajamos hay mucho intrusismo, existen robots creados para realizar muchas operaciones, así su creador puede generar muchas comisiones. Su primer objetivo es mantener las cuentas, no ganar dinero".

En cuanto al proceso de desarrollo, "básicamente, se trata de entender de programación de MetaTrader, y una vez entendido eso, es jugar con diferentes indicadores. Para que te hagas una idea, existen entre una y veinte variantes por indicador. No son infinitas, pero una variación de un 0,0001% puede hacer que todo se vaya al traste. Afinar en eso es lo que te da el resultado".

YukaPlus está formado por una composición de ocho indicadores. Cuando cada uno de ellos reúne las condiciones óptimas del mercado, el bot hace una entrada. "No opera muchísimo. Cada vez que entras tienes un peaje, genera toda una serie de gastos. Por eso realiza pocas operaciones, con un índice de acierto muy elevado. Está muy bien ajustado el stop loss. Y lo más importante es que se puede ajustar el riesgo que quiere una persona".

En sus mínimos, la criatura engendrada por el matemático asegura un 3,15% de beneficios con el 1% de riesgo, una relación que se puede incrementar, siempre con la misma equivalencia, al gusto del cliente. Sólo hay un límite. YukaPlus no admite un riesgo por encima del 25%. Romero ya ha operado en estos niveles. "Es para clientes a los que les gusta obtener rentabilidades altas. El tipo de operación es el mismo, pero cambia el volumen, y a mayor volumen mayores beneficios, pero si las cosas van mal, también mayores pérdidas".

Se buscan programadores

En las oficinas de los grandes fondos de inversión internacionales, donde cada vez se contratan menos gestores sino legiones de programadores y matemáticos, la utilización de este tipo de bots es tan común como respirar, pero en España es un campo emergente, aún más a nivel particular. "Globalmente, el 60% de las operaciones ya las gestionan robots, pero aquí vamos un poco por detrás, aunque los gestores tradicionales terminarán desapareciendo. Los fondos de inversión cuentan con sistemas muy complejos, pero la mayoría de robots que circulan por la red a corto y medio plazo acaban cayendo".

En cambio, las ventajas de un bot efectivo son muchas. Administran de forma inteligente herramientas como los stop loss, take profit o trailing stop, gestionando de forma automática las órdenes pendientes y la apertura de nuevas posiciones. "El trader no puede estudiar simultáneamente multitud de indicadores, puntos de giro, fibonaccis, soportes, resistencias y diferentes timeframes, pero un sistema automático de trading sí. Además, puede lanzar la operación como un misil en menos de una décima de segundo, sin la intervención del ser humano".

Sobre todo, los robots "eliminan las debilidades del factor humano, que habitualmente cae ante la presión psicológica y la irracionalidad que a veces presentan los mercados", apunta.

Obsesión por controlar el riesgo

Después de un año sometiendo al "bicho" a una fase de demo, lanzó YukaPlus en mayo del 2013. Desde entonces, ha conseguido tres centenares de nuevos clientes. Varias agencias de valores se han interesado por su robot, y algunos inversores han llegado a ofrecerle 400.000 euros para asociarse con Romero y hacer un lanzamiento comercial del sistema.

No está dispuesto a eso. Después de haber sacrificado durante años su vida personal -"mi mujer ha confiado en mí"- prefiere avanzar solo. En el camino, ha aprendido una lección que finalmente también se ha convertido en una obsesión que ha terminado por manifestarse en YukaPlus: la obsesión por controlar el riesgo.

"Ése fue mi primer objetivo. No perder dinero y poder controlar el riesgo exhaustivamente fue lo más complicado, de las 12.000 horas de trabajo del bot, casi un 90% de este tiempo fue para el control del riesgo. Una vez hecho esto, el segundo paso fue la rentabilidad. A diferencia de muchos creadores de robots el primer objetivo siempre es buscar el máximo de rentabilidad. Creo que eso es lo que me diferencia, aunque yo cometí los mismo errores". De momento, todo va bien...

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