Bitcoin ha levantado una oleada de atención en los medios de comunicación e incluso en el terreno político durante los últimos meses. Desde su creación en 2009, este sistema de comercio mediante divisas online ha revolucionado la industria tecnológica, ya que nadie parece ponerse de acuerdo si el concepto de una moneda digital que no está conectada a un gobierno será un triunfo o un fracaso.
Este sistema permite a los usuarios intercambiar la moneda virtual por bienes o servicios online (y en la vida real con ciertas aplicaciones) sin tener que utilizar a un tercero, como una compañía de tarjetas de crédito o PayPal. Esto elimina los cargos por servicio asociados a este tipo de empresas. Y al no afiliarse con el gobierno o la economía de ningún país, la moneda digital evita ser arrastrada cuando esa economía sufra, lo que también supone un punto a su favor.
La falta de regulación, su punto flaco
La mayor preocupación sobre Bitcoin es la falta de un marco regulatorio que controle este comercio. Dado que las compras virtuales con esta moneda son imposibles de rastrear, se ha convertido en una de las vías de pago preferida en transacciones de drogas ilícitas. También se relaciona a Bitcoin con la posibilidad de blanqueo de dinero y otras actividades delictivas.
Aprovechar su volatilidad con CFDs
Otra preocupación reside en que la moneda no está sujeta a la inflación de ninguna economía, y el comercio de divisas en este sistema virtual se puede inflar arbitrariamente. Fiatleak.com ha informado que la variación intradiaria de precios de Bitcoin puede llegar a alcanzar hasta un 80 %. Una cifra escandalosa si se tiene en cuenta que por lo general la fluctuación diaria de las divisas tradicionales está en torno al 1 %. Esto significa que en un día cualquiera los Bitcoins podría valer cientos de veces más de lo que se pagaron por ellos, o por el contrario, pueden valer casi nada.
Una forma de operar en estos niveles de volatilidad sobre la cotización de Bitcoin es mediante un CFD o Contrato por Diferencias. Con el CFD un inversor puede abrir posición en Bitcoin comprando, si cree que se va a revalorizar, o vendiendo, si cree que el precio va a caer.
Las inversiones en CFDs sobre Bitcoin son sólo una forma de especular con su precio pero el futuro de la moneda digital está todavía en el aire y la balanza entre los beneficios y los riesgos aún no se inclina por una dirección definitiva. Puede que haya que esperar a que los gobiernos del mundo y los reguladores decidan cómo controlar este sistema. Hasta entonces no existen garantías.
Los CFDs son un producto financiero complejo. Se trata de un producto apalancado cuyas pérdidas pueden exceder el depósito inicial. Los CFDs pueden no ser adecuados para todos los inversores.
El fenómeno de los 'bitcoins': ¿valor refugio o burbuja peligrosa?
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