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La nimiedad del 'efecto Susana'

La nimiedad del "efecto Susana"

sábado 22 de febrero de 2014, 09:23h
Que conste de antemano que para mí los sondeos electorales, sobre todo los que se hacen a dos años vista de las próximas elecciones, me merecen la misma fiabilidad y confianza que mi combinación de números para que me toque la bonoloto. Es decir, ninguna. Dicho esto habría que diseccionar la útima encuesta hecha pública por el Centro de Documentación Política y Electoral de Andalucía (Capdea), un organismo dependiente de la Junta que todos los meses de febrero, en vísperas del Día de Andalucía, da a conocer un sondeo sobre la intención de voto de los andaluces en unos hipotéticos comicios autonómicos y que recibe el nombre de Egopa (Estudio General de Opinión Pública de Andalucía). Pues bien este año la encuesta en cuestión coloca al PSOE andaluz con el 36,7 por ciento, como fuerza ganadora con más de cinco puntos por encima del PP, que obtiene el 31,1 por ciento, algo que casi todos sabíamos y que a muchos nos parece incluso corta la distancia dadas las vicisitudes que han atravesado en los últimos meses ambas fuerzas políticas mayoritarias en nuestra región, con una Susana Díaz en ascenso directo a los cielos mediátics y un PP sumido en el caos y en caída en picado.

No parece, por lo tanto, que "el factor Susana", determinante para algunos comentaristas políticos de más allá de Despeñaperros, haya supuesto un vuelco importante en el panorama político andaluz, sobre todo si tenemos en cuenta que cuando se realizó la encuesta el PP andaluz no tenía aún ni siquiera un posible candidato. Si tenemos en cuenta que el sondeo se realizó entre el 8 de enero y el 7 de febrero, plazo en el que los populares se hacían el harakiri entre sí en espera de que el todopoderoso dedo de Mariano Rajoy decidiera que el nuevo pope andaluz fuese el casi desconocido Juan Manuel Moreno, habría que concluir que las aguas han vuento a su cauce natural en esta tierra y, pese a los escándalos de corrupción que siguen sacudiendo a prohombres del socialismo sevillano, los andaluces han despertado del sueño de hace dos años que le dio la victoria al PP de Javier Arenas, y han vuelto al redil socialista, nunca mejor dicho lo del redil, del que nunca deberíamos haber salido para evitar que Valderas y sus muchachos ocuparan los sillones del Consejo de Gobierno en el Palacio de San Telmo.

Con todo, lo único que perece dejar claro el sondeo del Egopa son tres cosas. Primero, la caída en desgracia de las dos principales fuerzas políticas, PP y PSOE, que no consiguen, por más empeño que le pongan sus líderes, ilusionar a los ciudadanos; segundo, el progresivo ascenso de IULV-CA que sigue saliendo ilesa de las quemadas del poder pese a ser la única fuerza capaz de plantear medidas rompedoras por más que demagógicas e irrealizables; y tercero, la entrada en el Parlamento andaluz de una nueva fuerza política, UPyD, como sustituta de un Partido Andalucista que cada día parece más condenado al ostracismo y al olvido. Estas tres situaciones son consecuencia de la pérdida de confianza de los ciudadanos en la política. Los votos que pierde el PSOE van directamente a las arcas comunistas y muchos de los que se caen del PP acaban en el partido de Rosa Díez. Si a ello unimos el alto índice de abstención, que podría rondar casi el cincuenta por ciento, nos encontraremos con un panorama bastante desalentador si, como se rumorea cada vez con más fuerza, Susana Díaz decide adelantar las elecciones andaluzas al próximo otoño.

La cuestión no es baladí para los dos partidos mayoritarios. El PSOE contempla anonadado que el pacto de Gobierno con IULV-CA que firmó Pepe Griñán puede salirle rana si continua perdiendo poder en beneficio de sus socios. Porque ello supondría, entre otras cosas, que Susana tendría que dejar en manos de IULV-CA algunas Consejería claves para su futuro y podría suponer el principio del fin de un socialismo acostumbrado a gobernar Andaucía como si fuese su cortijo. Por su parte el PP sigue sin darse cuenta que Andalucía no se puede comparar con otras regiones españolas como Castilla La Mancha, Madrid o la Comunidasd Valenciana. Andalucía es diferente y debe de ser tratada con distintos métodos que los que Ferraz acostumbra a manejar los hilos de otras comunidades más sumisas. El logro histórico conseguido por Javier Arenas hace dos años batiendo el invencible PSOE en su propio terreno de juego, no se puede tirar por la borda en escasos meses porque ese millón y pico de votantes se pueden sentir engañados y darle la espalda. Ambos partidos tienen por delante por lo tanto una ingente labor para recuperar cuanto antes esos votos que su desidia, sus manejos o sus corrupciones han echado por el sumidero. Susana y Moreno tienen ahora la batuta para afinar cuanto antes las orquestas de sus equipos que deben interpretar una sinfonía que les suene bien a los andaluces y no la pachanga de Paquito El Chocolatero a la que nos tienen acostumbrados en los últimos años.


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