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Crítica de la serie

'True Detective': La eterna disputa entre luz y oscuridad

'True Detective': La eterna disputa entre luz y oscuridad

martes 11 de marzo de 2014, 18:57h
Se acabó 'True Detective', la serie de la temporada, con el permiso de Frank Underwood, y la que ha terminado de encumbrar a Matthew McConaughey como el hombre del momento. Creo que su Rust Cohle está por encima del Ron Woodroof de 'Dallas Buyers Cub' que le ha valido un Oscar y puede que eso nos diga algo sobre el magnífico estado de la ficción televisiva.
(Alerta de spoiler: Este artículo contiene información sobre el último capítulo de la serie) Sin parecerme una obra perfecta, la primera temporada de 'True Detective' me ha fascinado, desde sus cuidados títulos de crédito, pasando por su banda sonora, hasta sus trabajados guiones, la serie de Nic Pizzolatto ha mantenido un gran nivel a lo largo de sus ocho capítulos, terminando con un último capítulo sorprendente.

El último episodio ha servido para que Cohle pierda su máscara de cínico nihilista que no cree en nada, para que veamos que todavía le quedaba mucha humanidad dentro. También ha habido tiempo para que, a pesar de sus múltiples imperfecciones, su inseparable compañero Martin Hart haya disfrutado de la reconciliación con sus seres queridos. Un final en cierto modo feliz que parecía imposible viendo el oscuro y pesimista tono de los primeros capítulos. Aun así, el final no ha roto la unidad de la serie y es como si Pizzolato, a través de Cohle, quisiera ver un rayo de luz entre tanta oscuridad. Y es que como declaraba el más filosófico de los detectives que hayan pasado por la pequeña pantalla, al final todo era la historia más antigua del mundo, luz contra oscuridad, bien contra mal, y Cohle era, a pesar de algunas apariencias, el héroe que necesitaba ese monstruo que era Errol 'El Rey Amarillo' Childress.

El clímax con la llegada de Cohle y Hart a Carcosa ha sido otro de los grandes momentos de la serie, puestos en el punto de vista de Cohle llegábamos a temer que la serie se metiese en el gótico fantástico de Lovecraft pero una puñalada a tiempo, nos volvía a traer a la realidad casi al mismo tiempo que a nuestro protagonista.

Una película de ocho horas

Se podrían haber cerrado mejor otros aspectos pero el balance es altamente positivo, el hecho de que todos los capítulos hayan estado escritos por Pizzolatto y dirigidos por Cary Joji Fukunaga le ha dado un enorme sentimiento de unidad a la serie, acercándola a una película de cerca de ocho horas. Otro factor a su favor ha sido el enorme peso de los personajes con respecto a la trama, dando más importancia a los primeros que a la segunda. Así no le ha ocurrido como a otras series que se perdían en los enrevesados y poco creíbles giros de su guión, me estoy acordando ahora como ejemplo de la primera temporada de 'Bron/Broen'.

Una temporada y resolución, algo que ya estaba pensado previamente y que se ha ejecutado como han querido sus autores, sin pensar en si el público se encariñaba más con uno u otro personaje, sin tener que alargar innecesariamente su trama o crear nuevas subtramas. Habrá que esperar si la segunda temporada, con nueva historia y nuevos protagonistas mantiene el nivel de esta pero es una verdadera delicia que la televisión haya alcanzado tal grado de independencia y libertad. 

Para los que vayan a echar de menos a Cohle y Hart les dejamos con 'Far from any road' de The Handsome Family, la canción que ha servido de cabecera a la serie:

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