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El actual presidente de la Conferencia Episcopal ejerció labores de mediador

Ricardo Blázquez, el cura que se implicó en el proceso de paz con ETA de Zapatero

Ricardo Blázquez, el cura que se implicó en el proceso de paz con ETA de Zapatero

- Cuando la Iglesia vasca actuó de intermediaria para acabar con el terrorismo

miércoles 12 de marzo de 2014, 12:34h
Era el 28 de junio de 2005 cuando el entonces obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, se reunió con representantes del Foro de Debate Nacional, un organismo controlado por Batasuna, para buscar una solución pacífica al 'conflicto' en el País Vasco. La reunión la propició el sacerdote Joseba Segura, entonces a las órdenes directas de Blázquez, mientras paralelamente se reunían en Ginebra el presidente de los socialistas vascos, Jesús Eguiguren, y el supuesto jefe de ETA, Josu Ternera, para fijar la metodología del proceso de paz que se inició a mediados de 2006 hasta junio de 2007.
Algunos dicen que monseñor Ricardo Blázquez es un 'cura bueno'. Desde luego, su forma de ver la vida -y, por lo tanto, alguna parte del espíritu, en algunos de los círculos de la escatología- tiene poco que ver con su antecesor en el cargo, Antonio María Rouco Varela. Quiénes lo conocen bien dicen de él que Blázquez es dialogante, y desde luego mostró su carácter de mediador durante la primera legislatura del gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. Especialmente cuando aquél inició la negociación política con Batusuna, por un lado, y con ETA, por otro paralelo, para poner fin a la violencia en Euskadi.

Lo contaron en el año 2011, con todo lujo de detalles, los periodistas Fernando Jáuregui y Manuel Ángel Menéndez en el libro "El Zapaterato. La negociación. El fin de ETA": Blázquez fue uno de los actores importantes en esas 'conversaciones', y lo fue de forma directa -con la reunión con la que habríamos este artículo- y de forma indirecta, a través de su directo subordinado Joseba Segura, en las misiones desde 2006.

La importancia de Blázquez y de Joseba Segura

Según se reveló en "El Zapaterato", en esos primeros tiempos del Gobierno de Rodríguez Zapatero, aunque no había oficialmente mediación de la Iglesia, tres eclesiásticos actuaron en diferentes niveles en la preparación de los contactos con ETA.

En un primer plano apareció el redentorista irlandés Alec Reid, uno de los artífices de los acuerdos de Viernes Santo de 1998 en Stormont que sellaron la paz entre católicos y protestantes en el Ulster. Paralelamente, aparecieron en escena el cardenal francés Etxegaray -conocido en ambientes eclesiásticos como "el negociador tapado" e íntimo amigo de obispos españoles tan dispares como Setién y Uriarte, o Blázquez y Rouco Varela- y el sacerdote vizcaíno y profesor de Teología en la Universidad de Deusto Joseba Segura.

Hay que decir que monseñor Juan María Uriarte fue uno de los mediadores durante la tregua 1998-99 de ETA (en la etapa de José María Aznar), pero una "extraña maniobra" de Jaime Mayor Oreja, haciendo público su nombre y gestión "quemó" al obispo para otra posible intermediación. Uriarte es tío de Jone Goirizelaia, la abogada y ex parlamentaria de Batasuna experta en la defensa de miembros de ETA.

Por su parte, monseñor Roger Etxegaray (1922, Espelette, diócesis de Bayonne, Francia), un vasco francés conocedor de la problemática situación vasca -es tío de Christianne Etxalus, quien se casó en Ecuador con el etarra Alfonso Etxegaray Atxirika (Plencia, Vizcaya, 1958)-, resultaba un buen interlocutor: era, además, un hombre de plena confianza de Juan Pablo II para mediar en situaciones de conflicto.

Por ejemplo, en mayo de 2002 Etxegaray actuó como enviado del Papa en una misión especial de paz a Jerusalén, y en febrero de 2003 lo había sido en Bagdad para "ayudar" a Sadam Hussein a hacer una "seria reflexión" acerca del deber de una activa cooperación internacional que evitara la guerra contra Irak. Aunque no consiguió frenar aquel conflicto en Oriente Medio, en marzo de 2004 Etxegaray recibió de la UNESCO el premio "Felix Houphouet-Boigny" por su trabajo en favor de la paz mundial, junto con el gran mufti (jurista profesional que interpreta la ley musulmana) de Bosnia-Herzegovina, Mustafa Cedric.

Joseba Segura -en las misiones en Ecuador desde el 2 de enero de 2006- estaba comúnmente considerado como un "nacionalista y brillante", con excelentes relaciones con el mundo abertzale, sobre todo con Rafael Díez Usabiaga, el que fuera influyente secretario general de LAB, pero también con el líder socialista vasco, Patxi López. De Segura se decía que practicaba la famosa 'transversalidad' que puso de moda el peneuvista Josu Jon Imaz.

Esas buenas relaciones con todo el entramado social abertzale llevaron a Segura a ejercer el papel de 'introductor de representantes' del Foro de Debate Nacional -un organismo controlado por Batasuna y en el que participaban EA, Aralar, el partido vasco francés AB, los sindicatos LAB y ELA y una treintena de organizaciones sociales de la izquierda abertzale- ante su jefe directo, monseñor Ricardo Blázquez, entonces obispo de Bilbao, con el cual se reunieron el 28 de junio de 2005 para hablar sobre el 'proceso de paz', mientras Jesús Eguiguren, presidente de los socialistas vascos, se hallaba reunido de forma paralela con el etarra 'Josu Ternera' en Ginebra.

Segura es también amigo personal de monseñor Uriarte y uno de los tres hombres de confianza, junto a Ángel Mari Unzueta y Gaspar Martínez Fernández de Larrinoa, con los que el entonces obispo de San Sebastián contaba en la diócesis de Bilbao. Segura, un 'peso pesado' del clero vasco, coincidió en el seminario cuando Uriarte era rector y él seminarista, y cuando el inicio del proceso en el caserío de Txillarre con Batasuna y las posteriores negociaciones con ETA en 2005 era delegado episcopal de pastoral social. Siempre se le calificó como un 'cura inteligente' dedicado a los problemas sociopolíticos vascos.

Este sacerdote vizcaíno, con una moral realmente encomiable y amigo, igualmente, del que fuera coordinador de Ezker Batua-IU, Javier Madrazo, ya había actuado como "enlace" de Uriarte -su mentor, pero también de Blázquez, su inmediato superior- con el mundo de ETA cuando el obispo (Uriarte) medió en Suiza entre la banda terrorista y el Gobierno de Aznar en 1998. Además, Uriarte y Segura, junto al obispo dimisionario de San Sebastián, José María Setién, fueron los que en mayo de 2002 -coincidiendo aproximadamente con el inicio de las reuniones de Txillarre- promovieron la pastoral conjunta de obispos vascos "Preparar la paz", en la que presentaban batalla a las tesis de la Conferencia Episcopal Española recogidas en el libro de monseñor Fernando Sebastián "La Iglesia frente al terrorismo de ETA".

Pero en ese momento, segundo semestre de 2004, la misión de Segura, con el conocimiento y beneplácito de Blázquez, fue la de preparar el camino a otro: al sacerdote irlandés Alec Reid, el mediador que realmente dio la cara en la primera parte del proceso de paz iniciado en 2005. Con el apoyo del Obispado de Bilbao, es decir, de Blázquez, Segura no sólo actuó como chofer y traductor del fraile irlandés, sino también como su introductor en los medios políticos vascos que frecuentaba y que él conocía tan a fondo.

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