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Cuando la crisis golpea, la derecha gana y la izquierda pierde: radiografía de las debacles socialistas por Europa

Cuando la crisis golpea, la derecha gana y la izquierda pierde: radiografía de las debacles socialistas por Europa

> Sólo Francia es ejemplo de país de gran relevancia en el continente que resiste contra políticas conservadoras
> Las perspectivas electorales para el Parlamento europeo apunta a una gran victoria del centro-derecha

Por Pablo M. Beleña
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martes 01 de abril de 2014, 08:02h
Son malos momentos para las izquierdas en Europa. Y por ende, en el mundo, ya que no es habitual ver el formato tradicional de socialdemocracia en otros países del globo, si aceptamos las excepciones latinoamericanas, con otro cariz político, más populistas. Francia es el único gran país europeo que resiste, como puede, a un aluvión de gobiernos de centro derecha que manejan de maravilla la gestión económica y social de la crisis.
Quién iba a decirlo, pero el pueblo europeo se ha rendido a las políticas del centro derecha político y sus políticas económicas conservadoras para hacer frente a la gran crisis que golpea Europa desde 2007-2008. El gran continente no levanta cabeza y la Unión Europea es capitaneada por líderes conservadores, donde sólo resiste, como puede, el francés François Hollande.

El líder socialista francés llegó en mayo de 2012 a la Presidencia de la República francesa con muchos sueños por cumplir y grandes ganas del pueblo galo de romper con la etapa de Nicolas Sarkozy, quien sin embargo no recibió grandes reproches por su gestión económica de la crisis. Fueron más modos y formas los que hicieron que la sociedad del país vecino eligiera los idealismos del socialismo francés para repartir justicia social y volver a hacer a Francia un país querido por el resto de vecinos europeos.

Pero desde entonces no levanta cabeza. Todos sus grandes proyectos han sido un fracaso, el paro crece y la economía no se levanta. El fracaso absoluto en las elecciones municipales de este ya acabado mes de marzo ha terminado por hacerle cambiar radicalmente y ha obligado a su gabinete a dimitir en peno. No menos noticia ha sido encargar al barcelonés Manuel Valls, francés de adopción, ser primer ministro y formar un Gobierno que haga cambiar las cosas radicalmente. Queda algo más de mitad de mandato para que el presidente Hollande aspire a una reelección que parece ahora imposible.


El resto de Europa

Pero el panorama no es mejor en el resto del continente. España ve como su socialismo, encarnado por el PSOE, apenas puede hacer frente a un golpeado PP. Pese a que el Gobierno de Rajoy es criticado fuera y dentro de nuestras fronteras, pocas encuestas le dan una victoria en las europeas, aunque sí las hay. Si bien, la izquierda real, sobre todo encarnada por IU, además de las izquierdas nacionalistas y regionalistas, siguen restando votos a la tradicional fórmula socialdemócrata. Y ojo porque los rumores de una gran concentración de cara a 2015 entre PP y PSOE, como en el gobierno alemán, minan aún más la moral de muchos españoles, que ven cómo los dos grandes partidos se empeñan en repartirse el pastel político nacional.

Hoy por hoy la única realidad es que Rubalcaba ya perdió unas elecciones generales con estrépito y no ha tenido mejor suerte en otras pruebas en las urnas, como fue Andalucía, conservada gracias a un pacto con IU para evitar el primer gobierno del PP en la región. En Cataluña y Euskadi se perdieron hace tiempo, también, la capacidad para gobernar en ambas autonomías, con especial daño en el caso catalán, consiguiendo los peores datos históricos para el socialismo catalán.

En Italia no hay fiestas para un centro izquierda que intentó gobernar con Enrico Letta pero que vio cómo, de nuevo, la historia se repetía: la escasa mayoría hacía imposible el control parlamentario y el primer ministro tuvo que renunciar para dar paso a Matteo Renzi, quien actualmente se encuentra con los mismos problemas que su antecesor y amenaza también con tirar la toalla si no cuenta con los apoyos necesarios para impulsar sus políticas progresistas.

En Reino Unido el panorama no es nada halagüeño para el centro izquierda. David Cameron, sin tirar cohetes, reina con sobrada autosuficiencia como para controlar el gobierno británico, bien apoyado por los liberales de Nick Clegg. Los laborista apenas levantan cabeza, quienes viven una nueva etapa con Ed Miliband, un joven político de 45 años que aspira a un lavado de cara del laborismo y recordar a los mejores tiempos de Blair.

En Portugal no hay sitio para izquierdas. El tandem del primer ministro Pedro Passos Coelho y del presidente de la República Aníbal Cavaco Silva, ambos del PSD, un equivalente del PP español aunque con un poco creíble nombre social (sus siglas se corresponden a Partido Social Demócrata), son hoy por hoy imbatibles y las consecuencias del rescate económico hacen que otro panorama sea poco viable.

Alemania es campo de Angela Merkel. Es cierto que tras las últimas elecciones, la canciller tuvo que ceder poder a los socialdemócratas y repartir el Gobierno en un gabinete de concentración. Pero a pocos se les escapa que en realidad la que manda es ella y sus políticas liberales. Realmente el vicecanciller es el socialdemócrata Sigmar Gabriel aunque la economía y las finanzas siguen a cargo de la firme mano de hierro del democristiano Wolfgang Schäuble.


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