Las pupilas del espectador brincan como conejos ante la
excepcional exposición del fotógrafo brasileño Sebastiao Salgado, que se exhibe
en CaixaForum Madrid hasta el próximo 4 de mayo.
Con
el título de
Génesis,
Salgado nos invita
a sumergirnos en su viaje de 8 años de duración. De 2004 a 2012, el fotógrafo
realizó un total de 32 viajes. La exposición está divida en 5 secciones: «La Antártida y los confines del sur» que incluye, entre
otros lugares, Georgia del Sur y las Malvinas. A «Los santuarios» pertenecen
las islas Galápagos, Madagascar e Indonesia. En «África» se integra el delta
del Okavango en Botsuana y el parque de Virunga, en la triple frontera entre el
Congo, Ruanda y Uganda. «Las tierras del norte» nos delita con los paisajes de
Alaska y de la meseta del Colorado (EE.UU). En el sur «La Amazonia y el
pantanal» reflejan la confluencia de los ríos Negro y Solimóes en Manaos, los
parques de Canaima (Venezuela) y Xingú (Brasil), y el pantanal, el mayor
humedal del mundo, a caballo entre Brasil, Bolivia y Paraguay.
El destino de su primer viaje fue las islas
Galápagos. Lo comenzó en este lugar porque, según declaró, fue a estas islas para intentar entender el mundo como, en
su día, lo hizo Darwin en su viaje transoceánico en el Beagle. Salgado comenzó fotografiando una gigantesca tortuga. Sintió
que ella se interesaba por él tanto como él por ella. Ahí se dio cuenta de que
tenía que fotografiar animales, para volver a sus orígenes como homo sapiens: "soy un animal, no soy
otra cosa que un animal", concluyó Salgado.
La idea del proyecto surgió cuando el fotógrafo participó en
la reforestación de un bosque en Brasil, según ha contado Lelia Wanik Salgado,
comisaria de la muestra y esposa del artista. Salgado, un hombre con una alta
conciencia social y medioambiental, fundó en Brasil el Instituto Terra con el fin
de reforestar una propiedad rural de 700 hectáreas, tras regresar a su tierra natal
a finales de la década de 1990. Porque como bien Salgado dijo: "Cada vez que se
planta un árbol, el futuro de nuestro planeta respira un poco mejor".
En la exposición se exhiben 245 fotografías en blanco y
negro. En estas imágenes, Salgado demuestra su enorme dominio de la monocromía,
alcanzando el nivel de maestría de Ansel Adams. Características como la variedad tonal que hay
en sus fotografías y el contraste entre luz y oscuridad nos recuerdan a las
maravillosas pinturas de Rembrandt y de Georges de La Tour.
En el aspecto técnico, es un placer que se pueda apreciar el
cambio que se da en sus fotografías, al pasar del sistema analógico al digital.
En la sección "Antártida y los confines del sur" es en el único momento en el
que podemos disfrutar de su fotografía analógica, donde el grano fotográfico
aporta gran sugerencia a la imagen. Es lógico que por la complicación que
supone viajar de un lugar a otro con cientos de carretes, Salgado tuviera que
renunciar a la fotografía tradicional y decantarse por el sistema digital.
Entre tantas maravillas expuestas, recomiendo estas cinco
fotografías:
1. Crías de elefante marino antártico (Mirounga leonina) en la bahía de San
Andrés. Georgia del Sur. 2009.
Hay que ser un gran maestro - y también tener suerte - para
captar este preciso instante. Tras visitar esta exposición, salta a la vista,
que a no pocos animales les gusta posar ante la cámara.
Parecen ser conscientes de la situación y, en muchos casos, posan para el
fotógrafo con la misma profesionalidad con la que lo haría un ser humano.
2. Las mursis y las surmas son las últimas mujeres del mundo que llevan
platos en los labios. - Poblado mursi de Dargui. Parque Nacional de Mago, cerca
de Jinka. Etiopía. 2007.
Impacta la costumbre de estas tribus, cuyas mujeres se nos
presentan con platos colgando de la boca, tan inusual en la historia de la
humanidad. Tres círculos centrales (vasija, cabeza y plato) componen la imagen
con una simetría exquisita.
3. Los
intérpretes que dan vida a los hombres de barro son de las figuras más
impresionantes del imaginativo mundo de las Tierras Altas. - Paya. Tierras
Altas Occidentales. Papúa Nueva Guinea. 2008.
Podría ser perfectamente el escenario de una película de
ciencia ficción. Sin embargo, se trata de una realidad de Nueva Guinea, donde
esta tribu, que habita en las montañas del valle de Waghi, se enmascara para
conmemorar el triunfo que tuvieron en la guerra con una tribu vecina, pues
gracias a ir vestidos de esta forma espantaron a sus enemigos.
4. La corteza de baiko talado se corta en tiras
que se sumergen en agua y se aporrean con un mazo para machacar las fibras y
confeccionar el taparrabos que llevan los hombres, llamado kabit. - Isla de
Siberut. Sumatra Occidental. Indonesia- 2008.
Frescura y
tranquilidad destacan en esta imagen. Esta es de las pocas fotografías de
Salgado en las que el fondo carece de elementos, mostrando tan sólo un simple
degradado que hace que las dos figuras principales asuman todo el protagonismo.
5. Las mujeres de la aldea zo´é de Towari Ypy
son de las muchas que utilizan el fruto rojo del achiote (Bixa orellana) para
pintarse el cuerpo. También se emplea en la cocina. - Pará. Brasil. 2009.
Esta fotografía - de
composición realmente brillante - destaca por su infinita ternura y sensualidad.
Estas 10 mujeres, que utilizan frutos de la naturaleza para pintarse el cuerpo,
nos muestran un modo diferente de concebir el body-art.
Esta bellísima exposición, que tanto éxito de
público y crítica ha tenido ya en Brasil, Reino Unido, Canadá, Francia e Italia
y ahora está teniendo en España, es una
toma de conciencia sobre el mundo natural. Sebastiao Salgado ensalza la
grandiosa maravilla que es la Tierrra pero no deja de advertirnos que es, a la
vez, un planeta de una enorme
fragilidad. Y, por tanto, es deber de todos esforzarnos por conservar nuestro planeta.