www.diariocritico.com
Franco, Rico, Mainer

Franco, Rico, Mainer

viernes 16 de mayo de 2014, 19:02h
Lucía Franco presenta en la madrileña Fundación March a Francisco Rico y José-Carlos Mainer, dos grandes figuras de la filología hispánica. El acto convoca al público con el atractivo título de "Autobiografía intelectual: Francisco Rico", que evoca el "Deluxe" de Telecinco,

el programa de corazón y sexo presentado con tanto éxito por Jorge Javier Vázquez, licenciado en filología románica por una universidad barcelonesa y, por tanto, quizá alumno de Rico.

A la manera en que Bárbara Rey cuenta sus amores en "Deluxe", Rico le abre su corazón a su entrevistador Mainer, que, en este caso, sí fue con seguridad alumno de Rico en Barcelona. Mainer, catedrático emérito de la universidad de Zaragoza, deja claro desde el principio que es un entrevistador con mando en plaza y abre su intervención con una pincelada sobre la trayectoria profesional de Rico.

El catedrático emérito de la Universidad Autónoma de Barcelona y miembro de la Real Academia Española Francisco Rico estudió ciencias en el bachillerato. En el preuniversitario se matriculó en letras y luego se licenció en periodismo, carrera que llegó a ejercer trabajando algunos meses en ABC. A los 20 años devoraba febrilmente cuantos textos le salían al paso y, para él, por esas fechas, eran equivalentes un poema de Garcilaso, una crónica de periódico, las páginas de una novela o cualquier otro texto que le saliera al paso. Esta fiebre lectora de cualquier papel que se encontrara la comparte con Cervantes, otro devorador de incluso los papeles que pudiera encontrarse en la calle. Rico dirigió la soberbia edición del Quijote para el Instituto Cervantes. Pero, un buen día, como san Pablo - tan finamente satirizado por Nietzsche - en su viaje a Damasco, Rico se cayó del caballo de la lectura indiscriminada al leer el maravilloso libro Poesía española. Ensayo de métodos y límites estilísticos (1950) de Dámaso Alonso, que lo condujo al terreno de la filología. El libro de Alonso lo llevó a leer a los poetas del Siglo de Oro estudiados en este libro. Y, a partir de ahí, Rico se hizo lector - en primer lugar - de estudios filológicos que - en segundo lugar - lo conducían a los poetas y narradores

estudiados por los filólogos. Con estas lecturas Rico terminó instalándose en la literatura medieval - su cátedra es de Literaturas Hispánicas Medievales - y estudió con ahínco la poesía y la obra en prosa del italiano Petrarca, nacido en Arezzo en 1304. ¿Estaba enamorado Rico de la obra de Petrarca, el poeta que más influyó en la poesía europea durante más de tres siglos, en su primera juventud cuando escribió sobre este autor cientos de páginas que hoy podemos leer en www.otiacumpetrarca.com? Probablemente, sí. Pero ahora que Rico anda por su tercera juventud echa pestes contra Petrarca. En este punto, coincide con la excelente italianista Angelica Valentinetti, profesora titular de la universidad de Sevilla, que no siente demasiada simpatía por Petrarca y que, en cambio, siente veneración por Dante. Estas simpatías y antipatías de lectores por los autores leídos debemos tomárnoslas con relatividad y humor. Jaime Gil de Biedma definió a Rico como "anima naturaliter literaria" ("espíritu literario por naturaleza"). Es vehemente y, con frecuencia, impertinente. Ahora que Facebook a todos nos convierte en amigos, Francisco Rico es el hombre antifacebook: su sueño no es lograr amigos sino hacerse enemigos. Y, como no puede reprimirse sus maldades, atacó - eso sí, con salvaje humor -, por ejemplo, a Javier Cercas, antiguo alumno suyo y hoy novelista de gran éxito y a Tachia, pareja del poeta Blas de Otero y luego novia también de Gabriel García Márquez. Es seguro que Rico, tras soltar sus pullas, esa noche durmió muy bien. Como para tantos niños de hoy su ídolo es Cristiano Ronaldo, Francisco Rico declaró que su ídolo había sido el ingeniero y escritor Juan Benet, otro hijo del novelista estadounidense Faulkner y también gran aficionado - me refiero a Benet - a soltar estimulantes pullitas.

El equipo rayó en la Fundación March al más alto nivel. La presentadora Lucía Franco leyó fantásticamente un texto tan bueno como breve. ¡Qué saludable sería que el excelente editor Basilio Rodríguez Cañada la tomara como modelo y así abreviara sus intervenciones - tres o cuatro por semana - en las presentaciones de sus libros del Grupo Editorial Sial Pigmalíón! "Basilio, / si no abrevias / ahora mismo me exilio". Y lo digo porque mañana martes, a las 19 horas, Alicia García Olbés, Manuel Camacho, Rodríguez Cañada y el arriba firmante

presentamos en Madrid la novela La conspiración del 23F, de María Gracia, en la madrileña Fundación Universitaria Europea (C/ Alcalá, 93). ¿Visitará el gran Basilio la web www.march.es donde puede ver y escuchar a Franco - "lo bueno, si breve, dos veces bueno" -, Mainer y Rico? Merece mucho la pena ver y escuchar "Autobiografía intelectual: Francisco Rico".
José-Carlos Mainer irradió la sabiduría de, entre otros, su maravilloso libro La Edad de Plata (1902-1939), que no debe faltar en ninguna biblioteca.
Francisco Rico estuvo muy brillante, con buen control del tiempo y, en algunos momentos, emuló a Quevedo en sus picotazos a las víctimas. No olvidemos que todos - incluso los más santos: hasta el mismo papa Francisco I fue portero de discoteca y, por tanto, entonces no podía ser un angelito - somos nietos de chimpancés y, en ocasiones, disfrutamos machacando a nuestros hermanos. Pero el diálogo entre Rico y Mainer, salvo esporádicas pullas, fue sobre todo tan profundo como amable.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios