miércoles 04 de junio de 2014, 14:17h
"España,
mañana, será republicana", se grita. Bueno, quizás pasado. No parece que hoy
sea el momento de que los poderes públicos organicen un referendum, pero si es
sano que haya una parte de la sociedad que lo pida. Habrá que empujarlo para
que pueda ser, decía el gran Labordeta.
Pero después de un empacho de loas en los medios - muchísimas - y críticas,- pocas,-
y chistes - innumerables,- a Juan Carlos y más loas y chistes, de el futuro
Felipe VI, creo que sería convenientes en centrar un poco el tiro en un asunto.
Ya
es sabido que Rubalcaba actuó como lo hizo porque tenía información
privilegiada. El se encuentra con los resultados de una elecciones europeas que
le obligan moralmente a irse - como deberían haberse planteado muchos
secretarios provinciales y, por otra parte, el secretario general del partido
sabe que el Rey va a dimitir en breve. No puede perder el control del partido
ni, sobre todo, del Grupo Parlamentario y por eso convoca un Congreso
Extraordinario, pero no se va. Acepta incluso la formula de un militante un
voto propuesta por Eduardo Madina. Pero no se va. Desde su perspectiva, fue un
gesto de responsabilidad.
Rubalcaba
y por supuesto Felipe González se manifiestan partidarios de respetar el pacto
de 1978, entre las fuerzas políticas y la Corona, un pacto que, como se
recuerda suscribió, y antes, el mismo Santiago Carrillo. En aras de la
estabilidad, dicen, y aún señalando los cambios generacionales que demandan
otras posibilidades, es un camino legítimo y moderado perfectamente defendible.
Igual que son legítimos otros.
Ello
nos lleva a la votación en Las Cortes de la dichosa Ley Orgánica, hecha aprisa
y corriendo, como consecuencia de la abdicación del Rey. Ese análisis moderado
y legítimo lo pueden hacer los diputados socialistas y quienes consideren otras
posibilidades, deberían ser convencidos con la palabra y no con la coacción
Se
han levantado voces a favor de la libertad de voto ese día para los
parlamentarios socialistas. Esa libertad de voto debería haber sido, por
imperio de la Ley, lo normal. Sin embargo ha sido prostituida durante muchos
años por el maldito juego de dedos y sanciones. Ante la trascendencia de lo que
se va a aprobar en unos días, debería darse a los diputados y senadores
libertad de voto.
En
todo caso, todo apunta a que ¿pasado mañana?, España, podrá ser republicana.