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Villa Real: Villa fiestas, sin libros

Villa Real: Villa fiestas, sin libros

sábado 07 de junio de 2014, 19:42h

Fue un rey, Alfonso X, al que apodaron El Sabio. Se fijó en una aldea y le vino en gana fundar una "...grand Villa e bona...en aquel lugar que dicen El Pozuelo de Don Gil, e pusele nombre Real...", hecho sabido, como que el lugar ya tenía Patrona desde mucho antes. Lo que no sospechaba el Monarca era, que mucho después, Miguel de Cervantes iba a entregarse de lleno en una obra literaria, dándoles fama universal al poner en marcha la figura de un personaje, que con sus andanzas, describiría todo lo que alcanzase su entendimiento, asistido por su fiel amigo Sancho.

Y andando por ésta ciudad en 'La Noche Blanca', cualquier forastero la describiría de manera muy lejana, a como lo haría si se hubiese topado con la Feria del Libro y del Ocio Cultural.

El asunto consiste en, que comercio, establecimientos hosteleros del núcleo central y el museo, no cierren hasta la 12 de la noche, para que la gente se eche a la calle a mover el dinero, mientras los que no pueden, contemplen el espectáculo callejero o el lugar cultural.

A la Feria del Libro y del Ocio Cultural, por falta de acuerdo en fechas, le capan lo de 'libro', quedándose de la siguiente manera:

La Plaza de la Constitución, recuerda ese lugar de un paseo marítimo de la zona levantina, por ejemplo, con ejercicios playeros, al compás de una métrica musical acorde. Una torre hinchable invita a los niños a subir, mientras al lado contrario, hacen demostración de Capòeira o de esgrima.

En el costado izquierdo de la Diputación, un pequeño escenario para que le rasquen al Rock.

La Plaza Mayor abunda más en su escenario, combinando las danzas orientales, el flamenco, cantado y, especialmente, bailado, ante los espectadores sentados en sillas blancas, de terraza playera y otras apariciones escénicas.

En la Plaza de Cervantes, más rock, y también a los pies de Don Quijote en del Pilar. Terrazas a rebosar, gente; mucha gente y, en cualquier lugar, la espontaneidad de la música en vivo, entre otras curiosidades, como por ejemplo, una señora añadiendo pintura a un lienzo, reflejando la calle de La Cruz y, otra, la calle Lanza, muy cerca de donde se oían piezas clásicas de Conservatorio, con poca audiencia, mientras Los Bichos de Luz distraían al personal.

Un poco escondido, queda la placita de Museo López Villaseñor, con más música, oliendo a pintura fresca en el interior de su patio: otra señora recreándolo sobre su lienzo y, más gente.

Después de recorrer todo, de vuelta al ágora principal, la del Ayuntamiento, la espléndida Banda de Música distrae al personal con aires zarzueleros, bandas sonoras de películas, música discotequera de los Villages People y el gran pasodoble, rematando la faena. Ahí me aposento durante todo el concierto, gracias a la oportunidad de un sitio libre para descansar.

A todo esto, no hay noticias sobre la Feria del Libro en Ciudad Real, ¿por qué?

Los partidarios de las letras en nuestra gran plaza, nos conformaremos con mirar al carillón, cuando suena la seguidilla y aparecen las figuras de la obra inmortal.  

-¿Y tú qué dices, Platón?

-Digo, que no os olvidéis de amar en lo bello, entregados sólo al cachondeo. Trabajo os va a costar salir de la necedad, si no prestáis atención al conocimiento.

Juan Martín-Mora Haba

Escritor

Ciudad Real

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