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Resumen de un San Isidro vulgar

Las Ventas no repite a los triunfadores de San Isidro y nos regala tres novilladas de escaso atractivo

Perera se sube al trono del toreo tras ridiculizar al resto de figuras en el ciclo isidril

miércoles 11 de junio de 2014, 10:28h
Peor, imposible. O casi. Así son los primeros carteles tras el maratón isidril. ¿Se imaginan un mano a mano entre dos de los triunfadores no figuras, el heroico Miguel Abellán y el regularísimo Juan del Álamo? ¿Se imaginan nuevos paseíllo de los tres coletudos heridos el 20 de mayo que obligó a suspender la corrida: David Mora, Nazaré y Fortes? ¿Se imaginan volver a ver a otros espadas que dejaron alto el pabellón y merecen repetir, como Joselito Adame, Uceda Leal, Paco Ureña, Alberto Aguilar? Pues no se lo imaginen porque la empresa ha programado tres novlladas de escaso interés.
  • Miguel de Pablo, en Las Ventas

    Miguel de Pablo, en Las Ventas
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  • Mora es trasladado a la enfermería

    Mora es trasladado a la enfermería
    Kike Rincón

Incluso en estos tres carteles podían haber incluido al novillero revelación de San Isidro, Francisco José Espada y a otros que estuvieron bien como Román y Gonzalo Caballero. Pero, no. Taurodelta ha apostado por tres festejos consecutivos con estas combinaciones: este domingo 15, con novillos de Guadajira, para Miguel de Pablo -el colmenareño es el único que ha dejado buenas sensaciones antes en la Monumental-, Miguel Ángel Moreno y Diego Fernández. Una semana después, novillos de María Cascón para Raúl Cámara, Jorge Escudero y Juan Miguel, y, por último, el 29, novillos de Gabriel Rojas para Curro Damián, Manuel Dias Gomes y Carlos Galván.

Suele ser la escasa imaginación de la empresa en programar sus carteles, sin contar para nada con la afición y lo que quiera ver, algo en la que la responsabilidad es compartida por la Comunidad de Madrid, que ha sido  la que desde principio de este año ya garantizó la prórroga a Taurodelta, ¡también para el próximo!, con lo cual poco se va a esforzar en servir a sus clientes, abonados y aficionados. Es, llevada al máximo en cuanto a la prórroga, como una película que ya hemos visto otros años. Sin inasequibles al desaliento y 'desolé'. 

Al margen de todo ello, es justo y  necesario hacer un resumen de lo acontecido en el recién finalizado ciclo isidril, otra película de todos los años ha vuelto a pasarse esta temporada en la Feria más importante, decisoria y decisiva del planeta: por supuesto, la madrileña de San Isidro y olé. En ella, las figuras -tantas veces figuritas y/o figurones- vienen a regañadientes a dar la cara ante la (cada día menos) exigente afición venteña y ante el toro de trapío -eso sí, cuando se anuncian ellos con sus divisas favoritas disminuye- que es el que suele saltar al encerado del coso Monumental. Y se marchan también a regañadientes con un suspenso generalizado al ser incapaces hasta de cortar una mísera oreja.

No fue el caso del nuevo mandamás de este grupo, Miguel Ángel Perera, que descerrojó la soñada Puerta de la calle de Alcalá en sus dos tardes, con algún reparo en la segunda y con mayor justicia y justeza el día de su primer paseíllo. Tras él se sitúa en segundo lugar, Iván Fandiño, que salió en volandas en la primera de sus tres tardes, siendo ovacionado en la segunda y cortando otra oreja de peso en la última. Es verdad que de los 16 trofeos que echaron en su esportón los matadores, uno fue a las manos de El Juli, pero fue un auténtico regalo presidencial porque la petición fue mínima.

El festejo más dramático y la mejor foto

Otro que salió reforzado y debe subirse al carro de los mandamases del escalafón es la 'eterna promesa', Daniel Luque, en su segunda compromiso, el 24 de mayo, y también contando con la excesiva benevolencia del palco, aunque no tanta como en el caso de Julián López. En cuanto a lo snovilleros, destacó por encima de todos Francisco José Espada, que hizo -cortado una oreja- frente a un extraordinario bicorne de El Montecillo, sin olvidar a Román, que también logró un apéndice y a Gonzalo Caballero, con dos lecciones de pureza que no refrendó con la tizona.

Volviendo al suspenso generalizado de las figuras, en las que se incluye a un Enrique Ponce que volvió a dar la cara después de un lustro y posiblemente a despedirse- sólo El Juli tocó pelo, y Alejandro Talavante, con altibajos, apuntó buenos detalles que tampoco redondeó, mientras que el horroroso e improfesional Morante pegó otro petardo y en menos medida El Cid, Manzanares y Castella. Destacado, en lo negativo, fue ese histórico festejo del 20 de mayo con los tres coletudos en la enfermería, por fortuna ya recuperados, y de la que nuestro fotógrafo Kike Rincón hizo la mejor foto -incluso con la sangre de Mora salpicando a un subalterno- y que acompaña a este texto.

Buenas actuaciones apuntaron un heroico Miguel Abellán, el habitual cortador de orejas en Madrid Juan del Álamo, así como Paco Ureña -herido grave-, Joselito Adame y Alberto Aguilar. Todos ellos dignos de una repetición, sólos con otros de los excluidos de las combinaciones isidriles, en parejas o en ternas; todos ellos con interés por parte de la afición, sí. Pero, todos ellos fuera de los siguientes carteles en detrimento de tres festejos con novilleros de escaso nombre, a excepción de Miguel de Pablo. Pero así son los mandamases de la empresa y su poderdante, la Comunidad... y 'desolé'. 


 >>  Galería de imágenes del festejo de las tres cogidas
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