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Cortó tres orejas y dos Rafael Cerro

Cara y cruz de José Tomás en Granada: susto y faenón en su segundo y vulgaridad en el de su reaparición

Volvió milagrosamente de la enfermería tras ser cogido por el 5º. Tiene una costilla rota. 

jueves 19 de junio de 2014, 17:36h
Emociones garantizadas. Por vía del clasicismo o por la del valor y los percances. Todo ello cascabeleó José Tomás en su reaparición en Granada, con un bombazo taquillero y para la ciudad por los miles de visitantes, merced a un faenón al quinto, que le volteó con saña y todos temimos una gravísima cornada. Pero el más mediático de los coletudos salió para rematarlo, crear el éxtasis y llevarse dos orejas. En la madrugada de este viernes se ha confirmado qe tiene una costilla rota. Todo lo contrario de su vulgaridad frente al impresentable otro, aunque le regalaran una oreja. En la salida a hombros le acompañó Rafael Cerro, que apostó por jugársela de verdad, mientas que Finito cumplió su papel de comparsa, aunque dejó algún destello. 
  • José Tomás, en el suelo tras su percance con sl 5º

    José Tomás, en el suelo tras su percance con sl 5º
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Este sí es mi José Tomás, el del quinto burel, del hierro de Domingo Hernández, con trapío sobrado para una plaza de segunda. Este sí. Quizás sabía en su fuero interno que, al margen de la oreja facilonga que echó en su esportón, defraudó en el sobrero pésimamente presentado que mató en primer lugar tras cambiarle Mariano de Damas -un presidente, con mucha personalidad en este lance- el titular, que estaba invalidísimo. Pero a el de Galapagar se resarció en ese su segundo, al que ya recibió con un ramillete de 7 verónicas 7 y una media muy barroca y olé.

Después le aguantó tres estatuarios de escalofrío, con las astas rozándole la taleguilla y se desató la pasión en el graderío, máxime cuando continuó con series por ambos pitones con mando, relajo y tersura. No había perfección total, pero sí clasicismo y verdad, incluso cuando el bicho se rajó y Tomás improvisó un molinete y unos adornos finales. Sin embargo, quizás también en éxtasis, se olvidó de que el bicho estaba aún allí cuando iba a recoger la espada, sufriendo un impresionante volteretón y quedando colgado de los pitones unos interminables segundos. 

Cayó desmadejado y K.O. y la impresión era de gravísima cornada, quedando el gentío también casi en estado de shock, del que despertó cuando Tomás salió minutos después de la enfermería para rematar al burel de un pinchazo y una estocada desprendida -que sumar a los que había intentado antes Finito de Córdoba- y ser premiado, en exceso, con doble trofeo pedido con enorme fuerza y entre gritos de "torero torero". Con el de Galapagar, que ha aumentado y engrandecido su historia y leyenda, la emoción suele estar segura.

Un público sugestionado

Eso sí, ante el citado sobrero de Juan Pedro Domecq, sin trapío ni fuerza ni pitones -muy sospechosos, por no escribir convictos y confesos- José Tomás se aprovechó de la sugestión de los tendidos, porque ante semejante cadáver semoviente anduvo ventajista y vulgar. E incluso populista, al solicitar a la banda de música que continuara tocando, tras dejar de hacerlo porque aquello no tenía fuste. Para mayor 'inri', el reaparecido le endilgó un feo bajonazo al burel, claro, no a los músicos- del que presumió cual la estocada del siglo.  

Finito de Córdoba, que pese a su abulia habitual y a no fajarse mucho, dejó destellos sueltos de máxima expresión y perfecto dibujo, fue silenciado en su lote, como se esperaba. Y el novel Rafael Cerro, se la jugó de verdad de verdad de la buena ante un lote con problemas al que, además, extrajo varios naturales y redondos de mucha enjundia, que añadir a su variedad capotera. Sumó una oreja en cada bicorne y se merecía acompañar al rey de la emoción en volandas por la Puerta Grande, pero éste, con el cuerpo molido, se negó y Cerro se solidarizó con el maestro. Con lleno y cartel de 'no hay billetes', se lidiaron tres toros de Victoriano del Río/Cortés, dos (3º y 4º), de Domingo Hernández -de buena presencia, justas fuerzas, noblotes y de juego desigual- y el sobrero 2º de Juan Pedro, sin trapío y casi inválido.

Una costilla rota


El parte facultativo el doctor Pablo J. Tomé Poyatos, médico de la enfermería dice que José Tomás ingresó con una contusión en parrilla costal izquierda, con posible fisura de los últimos cartílagos costales, así como una conmoción cerebral aparentetemente superada, al ser la exploración neurológica normal. Para confirmar estos hallazgos se decidió su traslado a un Centro Hospitalario para realizar los oportunos estudios radiológicos y complementarios. En la madrugada de este viernes se ha confirmado que el de Galapagar sufre una desviación con fractura de la 7ª costilla.
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