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¿Qué Estado Federal?

¿Qué Estado Federal?

lunes 21 de julio de 2014, 16:17h
Cuando el nuevo secretario general del PSOE afirma que España será federal de una vez por todas le falta explicar como sería exactamente esa España federal. Pero sobre todo falta saber si una reforma de la Constitución que diera paso a una España federal serviría para que los nacionalistas renunciaran de una vez por todas a la independencia. Reclamar una España Federal está bien como mantra, y además puede ser una solución pero antes de mover una coma de la Constitución tenemos que saber si hay agua en la piscina.


Hasta ahora tenemos tres posiciones, la de CiU y sus socios de Esquerra que insisten en celebrar un referéndum para decidir si Cataluña es parte de España, la del Gobierno de Mariano Rajoy que recuerda lo evidente: el referéndum es ilegal y por tanto no se va a celebrar y además no quieren oír hablar de ninguna reforma de la Constitución, y la tercera posición que es la del PSOE intentando buscar salidas para salvar el abismo que el nacionalismo catalán ha abierto con respecto al resto de España.


En principio la actitud del PSOE parece la más sensata: Si hay problemas hay que sentarse a hablar e intentar solucionarlos. Hasta aquí todos podemos estar de acuerdo, solo hablando se pueden sentar las bases para el entendimiento, pero luego viene la segunda parte que es donde está el quid de la cuestión.


Hay un sector importante que se agrupa en torno al PSOE dispuesta a dar los pasos necesarios para intentar que los catalanes independentistas se sientan cómodos con el resto de España. Una actitud democráticamente impecable pero vuelvo al principio haciendo está pregunta: ¿Está dispuesta Esquerra y CiU y el PNV y los nacionalistas gallegos a renunciar a sus proyectos de independencia? Si están de acuerdo entonces es urgente que los responsables políticos se pongan a hablar hoy mismo pero si una reforma de la constitución que de lugar a un Estado Federal (insisto en que nos tienen que explicar qué clase de Estado Federal) no colma las ambiciones de los partidos nacionalistas entonces hay que plantearse si el viaje merece la pena.


Los Estados Federales son horizontales, es decir no hay un Estado que tenga más derechos ni competencias que los otros. Pero si vamos a un Estado en que haya territorios que tienen una serie de privilegios que no tiene el resto entonces cabe preguntarse si eso sería un Estado federal o si consistiría en el famoso federalismo asimétrico (que es una contradicción en sí mismo) y entonces estaríamos denominando federal a algo que no lo sería.


Otra cuestión no menos importante es que si se abre el melón de la Constitución debe de abrirse para todo, es decir tan legítimas son las propuestas de quienes abogan por un Estado federal como las de quienes creen que ha llegado el momento de volver a plantearse si España continúa siendo una monarquía parlamentaria. Es decir si se pone punto final al Estado de las Autonomías consagrado en la Constitución del 78 no se puede impedir el debate sobre otros capítulos de nuestra actual Carta Magna.


Y lo que es más evidente no se puede abordar una reforma de la Constitución si no hay una amplia mayoría que respalde esa reforma. Se equivocan los dirigentes del PSOE si creen que solo el PP se resiste a esa reforma constitucional para contentar a los nacionalistas, hay muchísimos votantes socialistas que tampoco lo ven claro, y en esa pérdida de votos que el PSOE ha venido sufriendo en los últimos años también tiene que ver que los electores no se fían de que los socialistas sean los tontos útiles de los nacionalistas.


Evidentemente es necesario que el presidente de Gobierno Mariano Rajoy tenga una conversación con Pedro Sánchez para abordar este problema, pero ambos la deben de tener también con los dirigentes nacionalistas, insisto para saber si hay agua en la piscina, no sea que se haga una reforma que no es que la sociedad esté reclamando, para que al final no sirva de nada. Entre otras cosas la España de las Autonomías ha ido más lejos que cualquier modelo federal. De manera que no deberíamos perdernos en debates nominales.


Y eso sí, es de esperar que el PSOE no apueste por un Estado asimétrico donde unos ciudadanos tengan unos privilegios por el hecho de nacer en el norte y otros no los tengan porque el destino les ha colocado en el sur. Las señas de identidad de la izquierda pasan por la igualdad, por lo menos era así hasta ahora.


Se equivocará el PSOE si divide al país entre buenos y malos, los buenos los que quieren un Estado Federal y los malos los que preguntan para qué y cómo. Sería tremendo que defender la Constitución del 78 sea ahora cosa de carcas.


Vaya por delante que no soy partidaria de sacralizar la Constitución, que creo que las leyes deben de estar al servicio de las personas y para resolver problemas por tanto no me parece mal a priori de que PP y PSOE exploren la posibilidad de abrir un periodo constituyente si eso puede servir para resolver que algunas Comunidades se sientan más cómodas, pero eso sí, no a cualquier precio.


Este es un asunto muy serio y nadie, nadie, debería de hacer partidismo. Sería imperdonable porque es demasiado lo que está en juego.
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