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Sanidad pública, y farmacia a peor

Sanidad pública, y farmacia a peor

viernes 01 de agosto de 2014, 13:22h
   Según Gaceta Médica: La satisfacción de los españoles con la sanidad baja por segundo año consecutivo. Los ciudadanos españoles continúan bajando la puntuación que mide su satisfacción general con el sistema sanitario público. Según los datos del último Barómetro de Sanidad correspondiente a 2013, realizado por el Ministerio de Sanidad en colaboración con el Centro de investigaciones Sociológicas, la puntuación ha pasado de 6,57 en 2012 a 6,41 puntos sobre diez en el último año, la nota más baja desde 2009, año en la que se puntuó con un 6,35. A pesar de ello, las cosas no van a ir a mejor sino a peor, de hecho, el mercado farmacéutico como indicador más fehaciente de que las personas n o toman medicación como antes,  ha caído en junio un 2,3 por ciento, recuperando la tendencia negativa experimentada en febrero y abril, según los últimos datos facilitados por la consultora IMS Health. El descenso en unidades ha sido algo menor, con una caída del 1,7 por ciento. Es el mercado de prescripción el que ha registrado una caída más acusada, con una reducción del 4,7 por ciento. El estudio de IMS revela, además, que en la primera mitad del año el mercado de genéricos (medicamentos  no tan seguros por su variabilidad de +- 20 % sobre el original) ha crecido un 6 por ciento con respecto al mismo periodo de 2013, con Madrid (con una subida del 8,8 por ciento) a la cabeza, por delante de la Comunidad Valenciana o Aragón. Cantabria y La Rioja son las regiones donde menos variación ha experimentado: apenas superior al 1 por ciento.

    Naturalmente, el ministerio, que en realidad no controla nada ya que todas las competencias están transferidas a la CCAA, destaca que  el 66 por ciento de los españoles cree que la sanidad funciona bastante bien o bien aunque necesite algunos cambios, a pesar de que este porcentaje también es el más bajo desde 2010, cuando rondaba el 74 por ciento. En su comunicado, el ministerio de Sanidad subraya que esta encuesta permite conocer la opinión de los ciudadanos para tomar en consideración sus expectativas a la hora de establecer prioridades de las políticas de salud, y lo cierto es que se trata del barómetro que juzga el primer año de la reforma sanitaria de Ana Mato, aprobada en 2012.

Por otra parte, la encuesta refleja que el 70 por ciento de los ciudadanos ha consultado en el último año al médico de Atención Primaria, el 45,6 por ciento al especialista, el 28,3 por ciento ha acudido a Urgencias y el 8,9 por ciento ha ingresado en un hospital, cifras que se mantienen o se reducen levemente con respecto a la anterior edición, correspondiente a 2012. Más de 8 de cada 10 ciudadanos manifiestan que la atención clínica que han recibido en los distintos niveles asistenciales de la sanidad pública fue muy buena o buena, en concreto el 87,1 por ciento en las consultas de atención primaria, un 84 por ciento en las consultas de los especialistas y un 87,6 por ciento en los hospitales. Los aspectos mejor valorados son, en atención primaria, la cercanía de los centros (8,09), la confianza y seguridad que transmite el médico (7,89), y el trato recibido por el personal sanitario (7,82).

En especializada, se valora el número de especialidades al que se tiene acceso (7,60), el equipamiento y los medios tecnológicos (7,59) y el trato recibido por los profesionales (7,47). Y en los hospitales el equipamiento y la tecnología de los hospitales (7,93), los cuidados del personal de enfermería (7,52) y médico (7,45). y la información clínica recibida (7,39).

Respecto a la equidad, al margen de la calidad de la atención sanitaria, apenas un 40 por ciento de los españoles considera que la sanidad pública presta los mismos servicios a todos los ciudadanos con independencia de la comunidad de residencia, o lo que es lo mismo, un 60 por ciento sí observa estas variaciones. La encuesta también muestra las dudas sobre la equidad en el acceso a estos servicios en función de si se reside o no legalmente (un 44 por ciento cree que aún así se prestan los mismos servicios), si se vive o no en una zona rural (un 44,6 por ciento considera que no hay diferencia) o si se es español o extranjero (más del 60 por ciento no ve diferencias). Además, alrededor del 87 por ciento subraya que los servicios se prestan por igual con independencia del género, un 71 por ciento que son los mismos si se trata de un joven o un anciano, y hasta un 69 por ciento que no hay variaciones en función del nivel social.

    Desciende el número de envases enteros de medicamentos. Sobre las listas de espera, se ha preguntado a los ciudadanos qué criterios creen que se deberían tenerse en cuenta para establecer el orden quirúrgico ante un mismo proceso y el 84,4 % ha señalado que debe prevalecer el criterio del médico de prioridad o gravedad. En segundo lugar (35,6 %) debe tenerse en cuenta si el problema de salud repercute en la autonomía del paciente para su propio cuidado y, en tercer lugar (29,2%), proponen que se tenga en cuenta la fecha de entrada de los pacientes en la lista.

     Ha descendido el número de ciudadanos que guarda en su domicilio envases enteros de medicamentos recetados, pasando de los 45 millones que se estimaban en el barómetro presentado en 2012 a 30,1 millones.

    Por otro lado, más del 61 % de los encuestados conocen el sistema de receta electrónica y el 40 % lo han utilizado, porcentaje diez puntos superior al del año anterior. Este es un tema, que demuestra el tercermundismo en que todavía nos movemos, pues cualquiera que vaya a una farmacia se encuentra con que la dispensación le toma el triple de tiempo de lo normal, ya que el farmacéutico se ve obligado a cortar con un cutter un trozo de la caja de cartón donde figura el código de barras y a pegarlo con un trozo de celo a la copia de la receta, cuando la trazabilidad debería estar asegurada exclusivamente con el código de barras, desde que el médico lo receta, hasta que la Seguridad social lo paga y debería constar en el expediente del paciente para un mejor seguimiento, a la vez que deberían hacerse controles periódicos y comprobaciones a fin de evitar iatrogenias en pacientes crónicos, a los que se les da años y años los mismos medicamentos, sin que se le retiren salvo que presenten consecuencias adversas. Hay que decir en general, que como el Gobierno se ha decidido por el tema de los recortes, ha empezado por lo más fácil, como es bajar el precio y obligar a dar al medico el más barato. Esto ha hundido un mercado que incluso retira medicamentos por no ser rentables, a su vez arruina a las farmacias, porque cada vez es más pequeño su margen, y como no son  expertos financieros, muchas de ellas pierden dinero, la mayoría de veces sin darse cuenta, de que es y que no es rentable para la farmacia. Es preciso hacer un correcto análisis financiero, (due dillingence) para descubrirlo, lo que no está al alcance de la mayoría y unas previsiones de cash flow para evitar deudas y no poder pagar en tiempo y forma a los proveedores. También el modelo de farmacia (21.500) es un problema pues lo que sí ha conseguido la Administración es que tengamos los genéricos más baratos del mundo por lo que se producen ilegales exportaciones a terceros países. Solo las farmacias bien gestionadas sobrevivirán. !Ojo!
  
 
PRESIDENTE DE COFIFARM IBÉRICA Y DE LA UTE CEBR-MULTIMÉDICA-QINDICE PRESIDENTE DE CLUBS Y FUNDACIONES LIBERALES. MIEMBRO ASOCIADO DE ALIANZA LIBERAL EUROPEA (ALDE), PREMIO 1812
PREMIO CIUDADANO EUROPEO 2013 DE FORO EUROPA 2001.

 

Bernardo Rabassa

Presidente de clubs y fundaciones liberales. Miembro asociado de Alianza Liberal Europea (ALDE). Premio 1812 (2008). Premio Ciudadano Europeo 2013. Medalla al Mérito Cultural 2015. Psicólogo social. Embajador de Tabarnia. Presidente del partido político constitucionalista Despierta.

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