La tauromaquia de plaza y calle se expone "El toro sin barreras"

El Museo Taurino presenta, coincidiendo con la feria de julio de Valencia, una exposición sobre "El toro sin barreras". El comisario de la exposición es José Luis Benlloch, quien ha trabajado con fotografías de Arjona, propiedad del centro taurino de la Diputación de Valencia, ha estructurado la muestra en cuatro grandes apartados que son el nacimiento y crianza, selección, manejo y plenitud.
 
El diputado de Asuntos Taurinos, Isidro Prieto, presidirá la inauguración de la exposición el 21 de julio en la sede de la Universidad Católica en la calle Quevedo de Valencia a las 20:00
 
La muestra permanecerá abierta al público desde el 21 al 29 de julio contribuyendo a ser un aliciente más para los aficionados que disfrutan de la feria de Julio.
 
La vida del toro
 
La exposición se divide en cuatro apartados que reflejan las etapas de nacimiento, selección, manejo y plenitud del animal.
 
La dehesa, un auténtico ecosistema natural, es el hogar del toro de lidia desde su nacimiento hasta que llega la hora de su lidia y muerte. Ningún otro animal del mundo que dependa de las manos del hombre goza de tal privilegio.
 
Las crías de cada camada se agrupan después de ser marcadas a fuego con el hierro de la ganadería según su sexo y edad hasta que llega el momento del tentadero o la lidia. Los machos pueden lidiarse de añojos (entre uno y dos años), erales (de 2 a 3), utreros (de 3 a 4) o de toros, entre los cuatro y seis años de edad.
 
Para conseguir un toro bravo ideal los ganaderos ponen en práctica diversas faenas de selección que son un verdadero ritual.
 
Como dice el comisario de la exposición, José Luis Benlloch, son "negros, castaños, colorados, jaboneros, sardos, albahíos, burracos, cárdenos, ensabanados, retintos... son solo algunos de los pelajes que salpican la dehesa. Un espectáculo. Veletos, cornipasos, playeros, bizcos, cornidelanteros... son las denominaciones utilizadas para definir la conformación de los pitones. El léxico y la jerga campera son inagotables".
 
Según Benlloch son "desafiantes, orgullosos, guapos, marcando su territorio en las temidas e interminables peleas... denotan su carácter, también los hay nobles y pastueños, hasta con dulzura en su expresión como denotan las fotos de Arjona. El toro es el rey de la Fiesta, el eje del espectáculo, el centro de todas las miradas. Un animal casi mítico, mágico, venerado por muchos a lo largo de los siglos y que con su juego en el ruedo contribuye junto al matador a la creación de lo que la Constitución reconoce como arte: la Tauromaquia" .