El tramo final de la consulta soberanista apunta al fracaso pese a que Mas y sus socios mantienen viva la llama

En el acto conmemorativo del Tricentenario de la Batalla de Talamanca -última victoria de las tropas austracistas sobre el ejército borbónico durante la guerra de Sucesión-, Mas quiso salir al paso de las "polémicas", que calificó de veraniegas, declaraciones de algunos miembros del Govern, como las realizadas por la vicepresidenta, Joana Ortega, o el conseller de Territorio, Santi Vila, quienes han cuestionado la celebración de la consulta sin un aval del Constitucional.

Mas dijo que "no hay planes a, b, c, d o e", e insistió en que convocará la consulta para el 9 de noviembre en base a la ley de consultas populares no refrendatarias que está previsto que apruebe el Parlament la segunda quincena de septiembre. En este punto, llamó a aparcar las "especulaciones", y apeló al consenso político como uno de los pilares con los que cuenta el proceso soberanista.

En la prensa, diferentes puntos de vista acerca del tema. El diario EL PAÍS considera que las declaraciones de Mas constatan que "la división por la consulta ahonda la fractura en el Gobierno catalán". Según este diario, la "brecha" ente Unió y Convergència es más que notoria, y que las palabras de Mas tenían por finalidad "calmar" a ERC. En este sentido, ABC y LA RAZÓN coinciden en señalar que "Mas intenta apaciguar a ERC". EL MUNDO dice que "Mas se inhibe y deja en manos de los partidos la respuesta al TC". Tanto LA VANGUARDIA como EL PERIÓDICO resaltan el compromiso del presidente de la Generalitat a buscar una respuesta consensuada a un veto del Constitucional.

Entretanto, el vicesecretario de Organización del PP, Carlos Floriano, mostró su confianza en que "el sentido común" vuelva a CiU. No obstante, consideró que en estos momentos el proceso no lo controla CiU ni Mas, sino ERC Desde el PSOE, Antonio Pradas, nuevo secretario de Política Federal, valoró las declaraciones de Ortega y lamentó las "posiciones totalmente inmóviles" del Ejecutivo central. Pradas emplazó a Artur Mas a abandonar los ultimátum. Por su parte, Alberto Garzón, de IU, acusó al PP y a CiU de organizar "una farsa" alrededor de la consulta en función de intereses partidistas. Mientras, el portavoz de ERC en el Congreso, Alfred Bosh, se congratuló de las manifestaciones de Mas y dijo que ellos están "para ayudar y empujar tanto como haga falta".

En otro orden de cosas, el diario EL PAÍS destaca que los organizadores de la manifestación independentista de la Diada admiten que tienen "dificultades" para llenar el recorrido. "Somos 115.000 inscritos y necesitamos muchos más", dijo Carme Forcadell, presidenta de la Asamblea Nacional Catalana (ANC).


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