Los viticultores de Villarrobledo (Albacete) se echaban a la calle este miércoles para protestar en contra del precio de la uva propuesto por los bodegueros para la presente campaña de vendimia. Una tractorada y una visita a las bodegas de la zona para trasladar su malestar fueron los actos que llevaba a cabo durante la mañana ante la creciente preocupación de los agricultores porque, aseguran, el bajo precio de la uva les impedirá cubrir costes y temen que la situación lleve a la ruina del sector.
La primera teniente de alcalde y concejala de Agricultura del Ayuntamiento de Villarrobledo, Amalia Gutiérrez, participaba en la protesta de más de doscientos agricultores de esta localidad.
Amalia Gutiérrez, según el comunicado del consistorio, recogió el sentir de los agricultores concentrados, que llegaron a afirmar que "está en juego el futuro del campo en Villarrobledo", así como las economías de más de 3.000 familias que viven exclusivamente del mismo, en una localidad en la que la campaña de vendimia tiene una clara incidencia en la economía local de muchos sectores durante todo el año. En este contexto, se afirma que "de no adoptarse medidas de inmediato, se provocará la ruina del sector y se arrastrará así toda la economía local".
Las quejas de los agricultores se producen principalmente a la hora de fijarse los precios por kilo de uva de la presente campaña de vendimia, que consideran devaluados hasta en un cuarenta y seis por ciento en algunas variedades con respecto al año anterior, y por supuesto por debajo del coste de producción.
Por la tarde, una concentración en la plaza Ramón y Cajal, frente al Ayuntamiento y denunciando "las prácticas ilegales y continuadas en el tiempo de los bodegueros a la hora de fijar precios de la uva durante la vendimia"
Uno de los agricultores que tomaba la palabra para leer un manifiesto arengaba a las decenas de personas allí congregadas: "queremos ganar dinero trabajando, no robando". Los viticultores no descartan nuevas movilizaciones.
UPA critica que el ministerio lanzara el mensaje de que "se iba a regalar el vino"
La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) de Castilla-La Mancha ha expresado su apoyo a los viticultores de Villarrobledo tras su protesta. El secretario general de UPA CLM, Julián Morcillo ha recordado que hace unos años junto con la Consejería de Agricultura y el resto de organizaciones agrarias se calculó un cuadro de costes de producción de las variedades más representativas, teniendo en cuenta datos reales las explotaciones a lo largo de varios años.
Las conclusiones fueron compartidas por todas las organizaciones agrarias y la Consejería para las variedades de uva: airén, cencibel y bobal; con diferentes sistemas de explotación: en secano; riego en vaso y riego en espaldera. Pero los actuales precios de las tablillas muestran como están muy por debajo de los gastos de producción que asumen los viticultores a lo largo del año.
Desde UPA CLM consideran que el anuncio que hizo el Ministerio de Agricultura en julio, a las puertas de una nueva campaña de vendimia, para obligar a una destilación obligatoria sin ayudas "perjudicó gravemente a las explotaciones familiares", puesto que se lanzó un mensaje al mercado de que prácticamente se iba "a regalar el vino". Es por ello, que la organización movilizó a 2.000 viticultores a las puertas de la Consejería de Agricultura de Castilla-La Mancha, en Toledo el pasado 29 de julio. Las consecuencias de estas decisiones y de la indiferencia del Gobierno regional son los actuales precios impuestos por las grandes bodegas en las tablillas.
La organización considera que la indiferencia del Gobierno pone en peligro a 100.000 viticultores, 70.000 familias, 38.000 puestos de trabajo y 9 millones de jornales al año en Castilla-La Mancha.
Julián Morcillo ha explicado que el estudio que hicieron las organizaciones agrarias y que ratificó la anterior Consejería de Agricultura es "exhaustivo" y se tuvieron en cuenta todos los gastos directos: poda, estercolado, abonado, tratamientos fitosanitarios, laboreos, vendimia, etc. Y también se valoraba las repercusiones de otros gastos indirectos como: amortizaciones, seguros, contribuciones, etc. A estos gastos se les descontaba la ayuda media que en concepto de ayuda de destilación y mosto pudieran haber recibido esas hectáreas, de forma que estos son unos gastos que hay que cubrir exclusivamente con el precio de las uvas, porque ya se había descontado la posible subvención que percibieran esas parcelas.
Esos datos se calcularon para la variedad airén en secano con una producción media de 4.500 kilos por hectárea y 15.000 kilos por hectárea en riego tanto en espaldera como en vaso.
Para la variedad cencibel se tuvo en cuenta una producción de 3.500 kilos por hectárea en secano y 8.500 kilos por hectárea en espaldera.
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