www.diariocritico.com
Economía y guerra santa

Economía y guerra santa

martes 09 de septiembre de 2014, 10:36h

No pasa un solo día en que no se presente en los medios de comunicación un parte de guerra en Oriente Medio. No pasa un solo día en el que los ciudadanos de occidente se sientan atemorizados por las consecuencias del terrorismo islámico. No pasa un solo día en que el cariz de una guerra santa, dé pie a una intervención militar y salte la maquinaria previa a la tercera guerra mundial, con unos excelentes resultados económicos en materia belicista y unos sangrientos balances en vidas humanas.

A estas alturas de la película conviene ir situando a unos y otros personajes para no hacernos un lío entre buenos y malos, entre protagonistas y actores secundarios, entre los que pagan las armas de la guerra y los que pagan el pato.

A las empresas armamentísticas de todo el mundo les importa un rábano quienes vayan a ser los destinatarios del macabro negocio. Aquí de lo que se trata es de vender más y mejor a costa de sangre ajena, y si no hay guerras entre países porque la diplomacia hace su trabajo, se inventan, se promueven o se argumentan causas desesperadas entre los ciudadanos más incultos del planeta, para que se vayan liquidando unos a otros, y de paso nos hagan un favor a los que vivimos en otras "civilizaciones".

El coste armamentístico es brutal; por ejemplo, un AK-47 cuesta alrededor de los 400 euros, cada bala para el mismo tipo de arma, de uso exclusivo militar, 0,30 euros según la procedencia, por no hablar de armas pesadas, material para fabricar explosivos, detonadores, etc. Quiero decir con esto, que hacer una guerra es caro, mucho más de lo que cuesta alimentar las tripas de los que disparan impunemente contra cualquier objetivo. Las guerras, y ésta lo es, tienen siempre detrás una finalidad, un propósito, un método y una resolución.

La guerra santa a la que nos enfrentamos, es el resultado de errores sucesivos de occidente en el mundo árabe. Desde la primera invasión de Irak en busca de las armas de destrucción masiva que occidente les había vendido, y que propició la creación de Al Qaeda, hasta el despropósito de apoyar a células islamistas con la finalidad de derrocar al tirano de turno y darle el trono a un fulano de dudosa procedencia y moral.

Otro de los factores económicos, que juega un papel importante, es el de la inmigración. Desde que occidente se volvió permisivo y buenista, y amparó a millones de musulmanes en un mundo eminentemente cristiano, puso en marcha el caldo de cultivo de terroristas en potencia, con absurdas reivindicaciones de territorios de la Edad Media, con numerosos complejos sobre la sociedad civil europea, principalmente, y con un desprecio absoluto hacia los Estados Unidos de América. La desigualdad económica y social ha creado guetos marginales en numerosas ciudades europeas, donde la población musulmana se resiste a acatar las costumbres y cultura del país donde residen y se enfrentan con uñas y dientes a una integración que les haría iguales al resto en deberes y derechos.

Todo ello, en general, es un problema. Un problema creado por occidente el día que se le ocurrió la peregrina idea de ir a remover las cenizas en un mundo que vivía apartado del resto hasta por un propio calendario, un mundo que se sitúa en otra dimensión, en otra realidad. El día que algún lumbreras pensó que podía hacer una alianza de civilizaciones como el que mezcla sal y pimienta, cuando lo cierto es que entre oriente y occidente sólo se puede aliar la cerilla con la gasolina, ya que son dos mundos tan absolutamente distintos que ni uno casa con el otro ni el otro casa con el uno.

Llevo el suficiente tiempo en este mundo como para saber más por viejo que por periodista, y todo esto que está sucediendo ahora se lleva pronosticando desde tiempo inmemorial, desde que alguien escribió libros como "La invasión silenciosa" o "La sangre de los Inocentes", y mucho antes, con infinidad de artículos periodísticos que alertaban del peligro de mezclar unas civilizaciones con otras, sobre todo cuando se trata de razas xenófobas y contrarias a la convivencia civilizada en los países donde residen.

Ismael Álvarez de Toledo

Escritor y periodista

http://www.ismaelalvarezdetoledo.com

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
1 comentarios