Mas: "¡Qué país tendríamos si Madrid no nos frenase!"

Y es precisamente por ese proceso por lo que la intervención de Mas era muy esperada a ambas orillas del Ebro, pero al presidente catalán le molesta que su gestión se reduzca al asunto de la secesión, así que ha querido hablar de otras cosas, justificar su acción de gobierno de los últimos dos años y eso lo ha llevado a pronunciar un largo discurso cargado de contradicciones. La primera parte de su alocución ha estado llena de triunfalismo. La segunda, de culpables. Mas ha defendido que Cataluña ha tomado la senda de la recuperación económica para luego reconocer que las cosas no van bien, aunque eso es, en su opinión, culpa de Europa, de la herencia recibida del tripartito y, por supuesto, de Madrid.

El presidente ha hablado de la gran creación de empleo en Cataluña olvidando a sus cerca de 700.000 parados; ha presumido de "la calidad" del turismo en esta comunidad, pese a las quejas masivas que el turismo de borrachera ha ocasionado este verano en Barcelona; ha destacado el "éxito escolar" de los niños catalanes, aunque el informe Pisa indica lo contrario; ha soslayado los recortes sanitarios afirmando que la "satisfacción" con los servicios de sanidad es "máxima"; se ha vanagloriado de que las universidades catalanas "mejoran posiciones" sin recordar la supresión de becas y al alza de las tasas; ha insistido en que su Govern tiene como prioridad "la lucha contra la pobreza", aunque aún se recuerda que recortó el mapa de los perceptores de la renta mínima de inserción, y ha afirmado sin ambages que Cataluñla destaca por su "transparencia" en el ámbito político cuando sólo hace unas semanas del estallido del 'caso Pujol', que conmocionó a su población.

"Cataluña empieza a salir", ha dicho, pero ha reconocido que la recuperación no es completa, algo que atribuye al ahogo financiero al que la somete el Gobierno central y al proceso de recentralización emprendido "sin disimulo" por el Ejecutivo de Mariano Rajoy. También ha lamentado que la existencia de ese Gobierno central impida al Parlament disponer de capacidad para dictar leyes tributarias, crear un mapa energético propio o redactar normas educativas "sin interferencias". Durante los dos años de legislatura, el Govern sólo ha aprobado tres leyes: las dos de Presupuestos y una para subir impuestos. Pero Mas tiene ahora un montón de proyectos, más de 70, según ha explicado, relativos a asuntos de vivienda, culturales, de infraestructuras, agrícolas o de seguridad...

Los planes son muchos, pero la cuarta ley que aprobará este Ejecutivo será la de Consultas Populares. Lo hará el viernes para poder dar amparo legal al referéndum independentista previsto para el próximo 9 de noviembre. El Gobierno central recurrirá esa ley ante el Constitucional y la norma quedará de forma automática en suspenso. Mas no se arrugará, y según ha reiterado, dictará el decreto de convocatoria para celebrar una consulta "con todas las garantías democráticas". ¿Significa eso que sacará las urnas a la calle en contra del criterio de los jueces como demanda ERC? El president no lo ha aclarado. Pero sí ha dado una pista: ha reconocido que su deseo es acabar la legislatura, pero ha dejado claro que eso ya no depende de él.

Mas gobierna con el apoyo de ERC. Los republicanos amenazan con dejarlo solo si no celebra la consulta aunque ésta sea ilegal. El president ha dejado bastante claro que sin ese apoyo poco puede hacer. La convocatoria de elecciones anticipadas e inmediatas en Cataluña es una posibilidad que cada vez toma más cuerpo.

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