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Valls supera su segunda moción de confianza a pesar de tener 31 abstenciones entre sus filas

Valls supera su segunda moción de confianza a pesar de tener 31 abstenciones entre sus filas

martes 16 de septiembre de 2014, 18:55h
El primer ministro francés, Manuel Valls, ha superado la moción de confianza a su nuevo gabinete en la votación celebrada este martes en la Asamblea Nacional. En total, de los 566 diputados presentes, han votado 513, de los que 269 se han expresado a favor --por encima de la mayoría absoluta necesaria de 257-- 244 en contra y 53 abstenciones, según informa 'Le Monde'.
El dato más curioso ha llegado con esas abstenciones entre la que se han contado 31 de su propio partido, el socialista, bastantes más de las esperadas. En total, ha habido 53 diputados que se han abstenido en la votación de este martes, la mayoría de ellos del partido socialista.

Estas cifras contrastan con las que consiguió el pasado 8 de abril, cuando Valls presentó su primer Gobierno. Entonces, recabó la confianza de 306 diputados y solamente se abstuvieron once del llamado bloque díscolo del Partido Socialista.

El diputado socialista Christian Paul, uno de los rebeldes, ya había apuntado que los abstencionistas rondarían la treintena, descartando que fuera a haber votos en contra. "Nuestra intención no es salirnos de la coalición (parlamentaria)", explicó.

Paul llamó hace una semana a sus colegas a "una abstención colectiva" en la votación sobre la cuestión de confianza. "No es posible imponer al grupo socialista una unanimidad de fachada en razón del 'impasse' económico y político actual", explicó.

En este contexto, Valls hizo un llamamiento a la "responsabilidad colectiva", alertando del riesgo de que la división en la izquierda termine llevando a la ultraderecha al Palacio del Elíseo, un discurso que ha mantenido a lo largo de esta semana.

La rebelión en las filas socialistas estalló el pasado mes de agosto, con las duras críticas de los entonces ministros de Economía, Educación y Cultura a la política económica del presidente francés, François Hollande.

Ello obligó a Valls a diseñar un nuevo Gobierno, que presentó el pasado 26 de agosto, y que apenas registró cambios respecto al anterior, a excepción de los nuevos titulares de las carteras de Economía, Educación y Cultura.

Hollande vive uno de sus peores momentos en su carrera política. Su popularidad ha alcanzado un nuevo mínimo histórico (13 por ciento) en medio del estancamiento de la economía francesa y de la publicación del libro de su ex mujer Valerie Trierweiler, en el que cuestiona su visión socialista.

Guiño a la izquierda 

Consciente de las dificultades que afrontaba dentro de su propio grupo parlamentario, Valls ha orientado el discurso sobre política general, que ha pronunciado durante los 45 minutos previos a la votación, a subrayar que comparte "los valores de la izquierda".

Así, el primer ministro ha anunciado "un bono especial" para los jubilados con las pensiones más bajas, dando marcha atrás en la decisión del Gobierno de no revalorizar las pensiones inferiores a 1.200 euros. Con ello, pasarán de los 792 euros mensuales a 800.

En la misma línea, ha rechazado las propuestas del Movimiento de Empresas de Francia (Medef) de reducir los días festivos y los salarios y flexibilizar las 35 horas semanales, subrayando que "el pacto social es el sello distintivo del Gobierno".

También ha desatacado que la reducción del impuesto sobre la renta  ha beneficiado a cuatro millones de hogares este año y que se prevé que sume dos millones más en 2015. "Vamos a continuar esta tendencia", ha afirmado.

Mensaje a la UE

Por otro lado, Valls ha querido enviar un mensaje a la Unión Europea, insistiendo en la necesidad de aliviar el endurecimiento fiscal y de debilitar el euro para reactivar el crecimiento económico en el bloque comunitario.

"Hay que adaptar la velocidad de la reducción del déficit en Europa (...) Y eso implica aplicar toda la flexibilidad que permite el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (de la UE)", ha dicho.

Además, aunque ha valorado la reducción de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE), ha considerado que hay que ir más allá en cuestión de política monetaria.

"La zona euro se está desacoplando del resto del mundo", ha alertado, apuntando como síntomas de ello al débil crecimiento económico y al creciente riesgo de deflación.
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