Gallardón insinúa que la ley del aborto fue un encargo envenenado

Y lo hizo en coherencia "con la doctrina de nuestro partido" y recordando que en 2010, el PP interpuso un recurso ante el Tribunal Constitucional. Recurso que, por cierto, cuatro años después sigue durmiendo el sueño de los justos. Pero, sobre todo, era un compromiso electoral. "Hice lo que tenía que hacer y, honestamente, que se me había encargado", se ha reivindicado Gallardón, para recordar a renglón seguido que el Anteproyecto de marras no era "suyo, sino del Gobierno de España", citando lo de la "responsabilidad solidaria" de todos los miembros del Consejo de Ministros.

Gallardón, además, no entiende la retirada "tras tres informes favorables" -CGPJ, Fiscales y Comité de Bioética- y habiendo incorporado sus modificaciones. Él confiaba en sacar adelante su reforma hasta que, según ha explicado esta tarde, "a finales de julio, primeros de agosto" vio un cambio de actitud en el presidente del Gobierno "y que se manejaban otras opciones". Fue en ese momento cuando el aún ministro de Justicia comprendió que la retirada era inevitable.

Porque Ruiz Gallardón afirma que sólo ha despachado del tema con Mariano Rajoy, que en estos momentos pone tierra de por medio camino de China. Desde el partido, asegura, nadie se ha dirigido a él en ningún momento para pedirle que diera su brazo a torcer. "Otra cosa son las declaraciones públicas". Una andanada dirigida a Génova, donde también abandona todos sus cargos.

Por supuesto, que el anuncio de su marcha coincida con el comienzo del otoño y el fin del último plazo que se puso para convertir la reforma en proyecto de ley es "pura casualidad". Es más, su dimisión la presentó el pasado viernes cuando Rajoy le confirmó que se retiraba. Si ha esperado estos días es por "terminar el trabajo jurídico" de los recursos que el Gobierno tiene previsto presentar contra la Ley de Consultas de Cataluña y la previsible convocatoria de la consulta independentista.

En el capítulo de reproches escondidos bajo presuntas deudas de gratitud, está el lanzado al propio Rajoy cuando le hizo ministro hace tres años: "Una tarea fascinante para la que renuncié a otra tarea fascinante, que es el Ayuntamiento de Madrid".

La marcha del despechado Ruiz Gallardón se debe también a que considera que no es "la persona adecuada para llevar adelante la nueva forma de regulación del aborto que ha anunciado esta mañana el presidente". Un 'marrón' que deja a su sucesor, una incógnita que Rajoy ha complicado con su viaje a China. Cataluña no es problema, ha explicado el propio ministro de Justicia, porque es el Ministerio de Administraciones Públicas a quien corresponderá en su momento presentar los recursos correspondientes ante el Tribunal Constitucional.

Ruiz Gallardón se queda, pues, como mero militante del PP, un partido al que, y esto lo ha enfatizado, ayudó "a nacer" y en el que está afiliado "desde el primer día". Preguntado si creía que se había fallado a muchos de los votantes 'populares', su respuesta ha sido más que clara: "Por supuesto que si".

Ahora, por lo escuchado esta tarde, sólo le hace ilusión el Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid. Su futuro aún es una incógnita salvo la de cobrar sin trabajar, como tendría derecho durante varios años. "No me apetece", ha dicho con la sonrisa forzada que le ha acompañado durante toda su comparecencia ante los medios para decir adiós a la política, "sin ira ni rencor, creánme".

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